18 de enero
El 18 de enero de 1930 fallecía el médico español Antonio Espina y Capó. Estudió la carrera de Medicina en la facultad de Medicina de Madrid, ganó una plaza de inspector de Salubridad Pública y por concurso, la de médico cirujano del hospital del Niño Jesús de Madrid. En 1876 realizó y ganó las oposiciones a médico de la Beneficencia Provincial de Madrid, y pidió trasladarse al Hospital General y concretamente a las salas donde pudiera dedicarse al estudio de las enfermedades internas y a la enseñanza. Y en 1900 fue nombrado catedrático agregado de Patología y Clínica Médicas en la facultad de medicina de Madrid.
Estudió y analizó las tendencias más recientes en cuanto a tratamientos de la tuberculosis y profundizó en diversas modalidades terapéuticas. Recibió una beca para estudiar en Berlín los efectos de la tuberculina de Koch, que luego ensayaría en los enfermos del Hospital General. Su investigación durante su vida fue fundamentalmente, además de las enfermedades del pulmón, a las del corazón, muy ligadas en la práctica clínica de entonces.
En 1888 acudió a un congreso en París, donde concluyó que la tuberculosis debía considerarse como una enfermedad contagiosa, hecho hasta entonces puesto en duda por muchos médicos. La tuberculosis era una de las enfermedades que más preocupaban a los responsables sanitarios, ya que según los datos oficiales esta enfermedad había producido en España en 1900 más de 36.500 muertes declaradas oficialmente, aunque la cifra real se estimaba que era muy superior.
Espina y Capó se dedicó de manera muy especial al estudio de la tuberculosis, por lo cual se le reconoce como el creador en España de la tisiología como especialidad.