Un fármaco consigue entrar en el cáncer de pulmón más agresivo
Existe un tipo de cáncer de pulmón que crece muy rápido y de manera muy agresiva
El tumor de células pequeñas, o cáncer de pulmón microcítico es una enfermedad que se expande rápidamente y que, cuando da la cara, suele estar en una fase muy avanzada, posiblemente con metástasis en otros órganos y con un pronóstico bastante desfavorable. Se trata de un tumor con un origen tan violento, que la ciencia lleva décadas investigándolo y sin tratamiento que le supere, solo con quimioterapia para dar un primer golpe, pero con el riesgo de que vuelva a aparecer y cuya supervivencia a cinco años no supera el 5%.
No obstante, todos esos años de investigación, esa carrera de lucha entre la enfermedad y la ciencia, ha empezado a llegar a su fin gracias a una nueva generación de medicamentos que abren un halo de luz en este tipo de tumor.
Aun así, los expertos no celebran nada ni se dan por satisfechos, queda mucho recorrido por delante, pero aseguran que estos tratamientos para el cáncer de pulmón microcítico es optimista. Después de varias décadas de estudios sin resultados positivos, la primera inmunoterapia que llegó hace cinco años fue un revulsivo. A partir de ahí, surgieron nuevos ensayos de nuevas combinaciones de fármacos y especialmente, con la entrada de un nuevo fármaco que une los linfocitos con las células tumorales para facilitar así su destrucción.
En 2024, se estima que se diagnostiquen aproximadamente 33.000 casos de cáncer de pulmón en España, según la SEOM. De todos ellos, el 15% podría ser microcítico, vinculado al tabaquismo y, según oncólogos, la quimioterapia y la radioterapia son las herramientas más habituales, pero están lejos de ser infalibles contra este tipo de tumor.
El punto de inflexión
Como se ha mencionado, hace cinco años llegó la primera inmunoterapia y fue un pequeño rayo de luz para este tipo de tumor en el pulmón. Esto supuso un pequeño avance y algo de mejoría, aumentando la supervivencia a tres o cinco años del 2-5% al 12-15%.
En 2023, se presentó un ensayo en fase II con el tarlatamab, un fármaco que actúa como anticuerpo que funciona de intermediario, poniendo en contacto a los linfocitos con las células tumorales para que estos las reconozcan y las aniquile. La molécula tiene dos brazos, uno de ellos se une al linfocito, y el otro se junta con una proteína presente en la membrana de las células tumorales, así, los presenta, y el sistema inmune identifica a estas células y las mate.
Según el estudio, el 40% de los pacientes respondieron al tratamiento y el tumor se redujo. Los autores del estudio, cuyo autor principal es Luis Paz-Ares, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, creen que con este tratamiento va a haber un impacto en la supervivencia, aumentándola.
El tratamiento con tarlatamab es el más prometedor hasta entonces, pero aun así no está exento de riesgos. Existen efectos secundarios como la neurotoxicidad o el síndrome de liberación de citoquinas.
La FDA (Food & Drug Administration) de EE.UU. ha dado el visto bueno a este tratamiento.