Medicina

La cirrosis descompensada es una causa cada vez mayor de ingreso hospitalario

Desde la Asociación Española para el Estudio del Hígado se aboga por la necesidad de disponer de soportes de hígado artificial para tratar el fallo hepático agudo y la cirrosis

El vicepresidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y jefe de servicio de Aparato Digestivo del Hospital Gregorio Marañón, Rafael Bañares, aboga por la necesidad de disponer de dispositivos o soportes de hígado artificial (biológico o no biológicos) para poder avanzar en el tratamiento del fallo hepático agudo y la cirrosis descompensada, que se asocian a una elevada mortalidad.

Lo expresó en su ponencia durante la VI Reunión de Hepatología Traslacional de la AEEH celebrada en Barcelona, el pasado jueves y viernes. Este evento científico reunió a alrededor de 150 especialistas en medicina y ciencias básicas para debatir hacia dónde camina la medicina de precisión en hepatología. Los expertos analizaron durante dos días la aplicación de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial (IA) en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades hepáticas, como el hígado graso, cáncer de hígado, desde la fibrosis a la cirrosis hepática, ya que «la hepatología traslacional es la clínica del futuro», según remarcó el presidente de la AEEH, Manuel Romero.

En la última sesión de ponencias, el vicepresidente de la AEEH, Rafael Bañares puso el foco en la escasez de estudios con resultados positivos existentes en hígado artificial y ha lamentado que existan «más dificultades» en comparación con otros dispositivos como la hemodiálisis, el soporte ventilatorio o el cardíaco, al ser el hígado «un órgano muy complejo».

Encontrar diferentes soluciones a problemas como la cirrosis

«Claramente es muy necesario disponer de este tipo de dispositivos para aquellas situaciones clínicas de insuficiencia hepática aguda y cirrosis descompensada, porque no siempre hay trasplante como solución o si lo hay, se demuestra después que no era óptimo, especialmente en pacientes jóvenes al cabo de los años», dijo Bañares. El especialista hizo hincapié en que «los pacientes con cirrosis gravemente enfermos son una causa de ingreso hospitalario cada vez más frecuente; la cirrosis incrementa además la mortalidad hospitalaria en pacientes que están ingresados por otra causa, aporta mayor morbimortalidad en otras enfermedades».

Por ello, Bañares ve fundamental el desarrollo de sistemas que permitan el soporte de la función hepática, bien hasta el trasplante hepático o bien hasta la recuperación de la situación que había antes del daño agudo, según explica. Recordó además que la experiencia clínica actual tiene aún bastantes límites, así como que el desarrollo de este sistema en un futuro pasa por la realización de un mayor número de estudios controlados multicéntricos que evalúen su efecto sobre la supervivencia en distintas afecciones.

«Los soportes de hígado artificial son una necesidad clínica pero no es solo una cuestión de máquinas. Los científicos debemos tener claros los conceptos que queremos mejorar antes de pasar a las pruebas. El futuro pasa por explorar diferentes fuentes celulares, y la obtención células a gran escala. También será necesario mejorar las funciones biológicas y mejorar la eficiencia de la transferencia de los líquidos que queremos extraer de la sangre del paciente», explicó Bañares. Y concluyó con una nota de esperanza: «El hígado artificial es un reto muy importante científico y tecnológico que ojalá podamos ver en el futuro».

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