4 de febrero
El 4 de febrero de 1998 se probó con éxito en niños un combinado de tres fármacos que se utilizaba en adultos con resultados satisfactorios en el control del SIDA. Por lo general, los médicos no utilizan esa clase de mezclas de fármacos en los tratamientos de niños afectados por el VIH, sobre todo por las reacciones que puedan producir en su organismo. También han existido evidencias que decían que los menores de edad no podían reaccionar a los tratamientos como lo puede hacer un adulto. Sin embargo, la falta de estudios que muestren las dosis adecuadas para el organismo de un niño es lo que más había echado para atrás este asunto.
Este día marcó un hito en la lucha contra el VIH y el SIDA, ya que se demostró la eficacia de una terapia combinada de tres fármacos antirretrovirales. Así, se permitió mejorar la calidad de vida y la esperanza de los niños infectados por el virus.
La terapia triple, que se utilizaba en adultos, combinaba inhibidores de las transcriptasa inversa y un inhibidor de la proteasa, consiguiendo reducir de manera significativa la carga viral de los pacientes pediátricos. Este hecho representó un cambio importantísimo en el tratamiento del VIH, ya que anteriormente, los medicamentos se administraban de forma individual, lo que facilitaba la aparición de resistencia al virus.