Angiólogos andaluces alertan de más patologías venosas tras el verano
Insuficiencia venosa crónica y trombosis venosa, las patologías venosas más sensibles a presentar mayor número de casos al término del verano, hecho que favorecen las altas temperaturas, la deshidratación o la menor movilidad durante los viajes de larga duración
La Sociedad Andaluza de Angiología y Cirugía Vascular (SAACV) llama la atención sobre el potencial incremento de complicaciones por enfermedades venosas, especialmente insuficiencia venosa crónica y trombosis venosa, que se detecta tras los meses de verano. Las altas temperaturas, la deshidratación o la menor movilidad durante los viajes de larga duración, entre los factores que pueden incrementar el agravamiento de dichas patologías.
“Es muy común que en nuestras consultas se observe un aumento de hasta un 30 % en las consultas relacionadas con edemas (hinchazón), varículas visibles (pequeñas venas dilatadas en la piel) y enrojecimiento cutáneo tras el verano”, explica el Dr. Javier Martínez Gámez, presidente de la SAACV, quien destaca igualmente que los casos de trombosis venosa profunda (TVP) también tienden a repuntar en septiembre, mes que coincide con el retorno a la rutina y la exposición continuada a presión ambiental más baja.
Porcentaje de la población que puede llegar a sufrirla
Se estima que hasta el 50 % de la población puede llegar a experimentar síntomas leves de insuficiencia venosa durante el verano, situación que afecta al 40% de los hombres y de forma más pronunciada (a 6 de cada 10) a las mujeres.
Dada esta realidad, el presidente de la SAACV hace hincapié en la necesidad de reconocer o atender aquellos factores que agravan la salud vascular en verano. Uno fundamental es el calor, ya que provoca dilatación de los vasos y dificulta el retorno venoso, lo que empeora la inflamación y la fatiga en las piernas, además de favorecer la coagulación y el riesgo de trombosis. Especial atención merece también la deshidratación, ya que la pérdida de líquidos incrementa la viscosidad sanguínea y la tendencia a formar coágulos. Por supuesto, los largos trayectos en coche o avión, frecuentes en verano, reducen el bombeo muscular, lo que conlleva aumentar la congestión venosa y el riesgo trombótico.
Para prevenir este tipo de patologías venosas tras el verano, desde esta sociedad científica se recomienda mantener una hidratación continua (incluso después de la temporada estival), tratar de estirar las piernas y/o caminar durante los viajes, realizar ejercicio moderado (caminar, nadar o subir escaleras) a diario, usar medias de compresión graduada (en casos con antecedentes o sintomatología, siempre bajo recomendación facultativa) y mantener un correcto control médico si se presentan síntomas persistentes (hinchazón, pesadez, varices prominentes, dolor o enrojecimiento.
Desde la SAACV se insta a mantener durante el inicio del otoño estas medidas de autocuidado que han de ponerse en práctica desde el verano. “Un enfoque preventivo y de seguimiento puede reducir notablemente la morbilidad asociada a estas patologías, lo que también favorece la realización de intervenciones más eficaces y la mejora de la calidad de vida”, concluye el Dr. Martínez Gámez.
El impacto de las patologías venosas en la salud pública
Las enfermedades vasculares representan un grave problema de salud pública en España, de manera que se considera que prácticamente el 50% de la población mayor de 50 años sufre alguna patología vascular (arterias y venas), un porcentaje que irá en aumento en los próximos años conforme avance la esperanza de vida de la población en nuestro país, que cuenta con una de las más altas tasas de esperanza de vida a nivel mundial. En base a estas cifras, tan sólo en Andalucía, más de 1.600.000 personas podrían padecer alguna de estas patologías.
Pese a que la incidencia de este tipo de estas patologías siempre ha sido mayor en la población de edad más avanzada, los expertos también alertan de un incremento de la prevalencia entre personas cada vez más jóvenes como consecuencia de estilos de vida poco saludables ligados a otras patologías como la diabetes, el colesterol o la hipertensión y el consumo de tabaco, además de una mala alimentación.
Desconocimiento sobre las patologías venosas
A pesar de todo ello, sigue existiendo un notable desconocimiento por buena parte de nuestra sociedad sobre la importancia de las enfermedades vasculares, por lo que necesaria una mayor visibilización y concienciación como mejor medida posible para su prevención y para, en general, fomentar una vida sana y saludable. Junto con la cardiopatía, en Andalucía las enfermedades vasculares son la segunda causa de muerte en las personas entre 30-64 años. Entre las principales patologías vasculares se encuentran y la Enfermedad Arterial Periférica (EAP) o la Insuficiencia Venosa Crónica (IVC).
La EAP, conocida como ‘síndrome del escaparate’, porque obliga a quien la padece a pararse continuamente al andar. Esta patología afecta hasta al 8,5 por ciento de la población mayor de 55 años (10,2% en hombres y 6,3% en mujeres), con un infradiagnóstico superior al 20 por ciento que viene favorecido por ese desconocimiento social.
Por su parte, la IVC se manifiesta como pesadez de piernas, hinchazón o calambres, que si no se trata adecuadamente puede derivar en complicaciones graves como úlceras o trombosis venosas. Se estima que una de cada tres personas adultas (en torno al 25 % – 30 % de la población adulta) presenta algún grado de insuficiencia venosa, especialmente a partir de los 50 años, y es más común entre mujeres (en torno al doble que en varones) y personas con antecedentes familiares, obesidad, embarazo o trabajos que requieren estar muchas horas de pie o sentado.