Odontología Solidaria
En un mundo en que la salud bucodental es un privilegio, la ONG Odontología Solidaria ofrece sus servicios a personas en situación de precariedad
La organización sin ánimo de lucro Odontología Solidaria es una fundación española nacida en 1994 del empuje de profesionales de la salud bucodental que decidieron organizarse para que la salud oral deje de ser un privilegio. En 1998 dieron el paso a entidad fundacional para consolidar su marco jurídico y fiscal, manteniendo intacta la idea de partida: atender a quienes, por su situación socioeconómica, quedan fuera de la cobertura pública y del mercado privado. Ese enfoque, explícitamente anclado en el derecho a la salud, explica su manera de trabajar y su huella en varias comunidades autónomas.
La trayectoria de la organización se entiende mejor si se observa su evolución institucional y territorial. A mediados de la década de 2000, el proyecto reforzó su identidad y alcance; en la propia historia pública de la entidad se recuerda la fusión con Odontología Sin Fronteras, un hito que ayudó a concentrar esfuerzos del voluntariado odontológico en España. Sobre esa base, y con sedes sociales en Madrid y Granollers, la fundación ha mantenido una presencia continuada que combina clínicas propias con alianzas locales.
Una labor diaria y continua
El trabajo cotidiano se articula en torno a clínicas solidarias que atienden exclusivamente a personas derivadas por los servicios sociales, centros de salud u organizaciones del Tercer Sector. No se trata de una odontología «residual», sino de una odontología social y comunitaria que prioriza recuperar la función masticatoria y la salud de los tejidos orales, dejando fuera tratamientos estéticos o de alto coste que no sean imprescindibles o que ya cubra el sistema público. El motor de esa atención es el voluntariado profesional apoyado por un pequeño equipo técnico que ordena la logística, la gestión de proyectos y la administración.
Esa intervención clínica se complementa con educación para la salud y materiales propios. Desde 2015, la fundación utiliza el cómic El viaje de Juanjo como apoyo didáctico con infancia y familias; desde 2016 dispone de una guía de Educación bucodental para personas con discapacidad, avalada por la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral, concebida para cuidadores y familiares y disponible como publicación abierta. Estas herramientas permiten un hilo preventivo que acompaña a las personas más allá del sillón dental y que da coherencia a charlas y talleres en escuelas, centros cívicos y entidades sociales.
Odontología Solidaria, una red sólida
Hoy, Odontología Solidaria trabaja con una red estable de clínicas en Albacete, Badajoz, Burgos, Granollers, Madrid, València y Zaragoza, y declara ocho clínicas en funcionamiento en su mapa público. La entidad cuantifica su alcance con cifras acumuladas que ilustran la magnitud del esfuerzo colectivo: más de 75.000 personas atendidas en proyectos nacionales, cerca de 10.000 en programas internacionales, más de 200.000 tratamientos realizados y más de 240.000 horas de dedicación altruista por parte de su voluntariado. No son solo números: detrás hay itinerarios de inserción social que mejoran alimentación, autoestima y oportunidades de empleo.
El gobierno de la fundación aúna el liderazgo del Patronato con un equipo técnico reducido y el cuerpo de voluntariado. Para el periodo 2022–2026, el Patronato está presidido por Jesús Rueda García, con Lara Vivero Couto como vicepresidenta y Rosa María Tarragó Gil como secretaria, además de varias vocalías vinculadas al territorio. El organigrama, sencillo y operativo, busca que las decisiones estratégicas y de buen gobierno convivan con una ejecución muy pegada a la práctica clínica y a la coordinación social en cada delegación. Los Estatutos y el Código de Buen Gobierno, publicados en abierto, refuerzan esa cultura de transparencia.
En cuanto a objetivos, la misión es clara: revertir la exclusión sanitaria en salud oral atendiendo a quienes lo necesitan y, al mismo tiempo, interpelar a las administraciones para avanzar hacia una cobertura universal efectiva. La visión, alineada con la Estrategia Nacional de prevención y lucha contra la pobreza y la exclusión social 2019–2023, aspira a que la entidad sea un referente capaz de orientar políticas públicas que integren la salud bucodental en el catálogo de derechos, no en el de las excepciones. Ese doble plano conforma su planificación anual y su manera de medir resultados.
Vocación pedagógica y asistencial
Los ejemplos concretos de actuación son numerosos y revelan esa combinación de asistencia, prevención y comunidad. La memoria de actividades recoge acciones de promoción en vía pública y centros educativos; stands con motivo de días señalados; carreras, conciertos y otras iniciativas de sensibilización; y campañas locales impulsadas desde cada clínica. Entre los materiales empleados figuran los ya citados cómics y guías, y entre los actos destacables aparecen intervenciones en maratones solidarios, jornadas con colegios profesionales y talleres en barrios con alta vulnerabilidad. La entidad, además, conserva un historial de cooperación internacional con acciones formativas y asistenciales en países como Angola, Camerún o El Salvador, siempre bajo criterios de sostenibilidad y participación comunitaria.
Ese trabajo de fondo convive con un reconocimiento público que la fundación también utiliza para hacer pedagogía social. Desde 2006, el Premio ODS distingue a personas e instituciones que abren caminos para la salud oral de los más vulnerables, un hilo de premios que sirve tanto para visibilizar modelos como para tejer alianzas útiles. Es, en el fondo, otra forma de intervención: señalar lo que funciona para que otros lo repliquen.
Treinta años después de su puesta en marcha, Odontología Solidaria mantiene una identidad reconocible: rigor clínico, foco social y una logística austera que multiplica el valor de cada hora de voluntariado. No pretende sustituir al sistema público ni competir con la práctica privada; pretende demostrar, con hechos, que existe una odontología con propósito que restituye derechos y devuelve dignidad. Y lo hace desde un modelo de gobernanza transparente, con presencia territorial suficiente para ser útil y con una agenda que no separa la atención individual de la incidencia pública. Ese es, probablemente, su mejor balance.