Fundación Barraquer
La Fundación Barraquer fundamenta su existencia en el hecho de que la salud visual es un derecho, no un privilegio
La Fundación Barraquer nació en 2003 impulsada por el profesor Joaquín Barraquer junto a sus hijos, los doctores Elena y Rafael Barraquer, como cauce estable para convertir en acción social el legado clínico y docente del Centro de Oftalmología Barraquer. Desde el inicio asumió un mandato claro: acercar la asistencia oftalmológica a personas sin recursos y contribuir al desarrollo de la especialidad allí donde la falta de medios clínicos o formativos limita el derecho a la salud visual. Esa vocación combina intervención directa, creación de capacidades y apoyo a la investigación, manteniendo el rigor técnico que ha caracterizado a la institución barcelonesa durante generaciones.
Con el paso de los años la entidad ha escalado sus programas y ha afinado su foco geográfico. A la cooperación internacional, materializada en expediciones médico-quirúrgicas a países de ingresos medios y bajos, se sumó la llamada «acción local», orientada a atender a personas en situación de vulnerabilidad en el entorno más cercano. Ese giro se concretó, entre otras iniciativas, en el proyecto Mirem per tu, que articula la derivación de pacientes desde entidades sociales, revisiones in situ y el acceso a tratamientos y gafas a precios reducidos gracias a acuerdos con ópticas colaboradoras. La propia Fundación ha subrayado esta línea en diferentes comunicaciones públicas y la ha reforzado en los últimos años, sin abandonar las misiones al exterior.
Visión del trabajo
El despliegue programático descansa en cuatro ejes bien definidos. Primero, la asistencia: equipos de oftalmología y optometría atienden patología prevalente y facilitan intervenciones de catarata en contextos donde la lista de espera o la ausencia de quirófano condenan a la ceguera evitable. Segundo, la prevención y la sensibilización: cada año se promueven campañas, talleres y sesiones informativas en centros educativos, empresas y entidades sociales para detectar problemas de visión y fomentar hábitos saludables. Tercero, la formación: la Fundación concede becas de tres y seis meses para que médicos de países donde se realizan expediciones completen estancias regladas en el Centro de Oftalmología Barraquer, rotando por las subespecialidades y regresando con competencias prácticas para replicar procedimientos y organizar servicios.
Por último, el apoyo a la ciencia: la entidad sostiene la Cátedra de Investigación en Oftalmología Joaquín Barraquer de la Universitat Autònoma de Barcelona y participa puntualmente en proyectos con instituciones de referencia, entre ellas la Universidad de Oxford. Esta arquitectura explica la coherencia entre la acción asistencial, la generación de conocimiento y la transferencia de capacidades locales.
Alcance local en Barcelona
El alcance se mide hoy en itinerarios concretos. En Barcelona y su área metropolitana, Mirem per tu ha permitido revisar y tratar a personas derivadas por universidades, fundaciones y entidades de acción social; los acuerdos firmados con la Universitat Politècnica de Catalunya y con organizaciones como la Fundación Probitas han facilitado circuitos estables de acceso a la atención para menores y adultos con necesidades específicas. Varias de estas colaboraciones informan de centenares de beneficiarios anuales en programas de revisiones y provisión de gafas, que complementan la asistencia hospitalaria cuando es necesaria. De forma más general, la Fundación ha informado de un aumento sostenido de la actividad en sus memorias de actividades recientes, con un notable crecimiento de las atenciones locales.
La dimensión internacional sigue siendo una seña de identidad. Las expediciones combinan cirugía de catarata de alto volumen con formación a profesionales locales y selección rigurosa de casos; así, en 2023, una misión a Ecuador culminó con 144 cirugías de cataratas, además de procedimientos refractivos y tratamientos de queratocono, e incorporó a jóvenes oftalmólogos ecuatorianos que recibieron tutorización en quirófano y la posibilidad de completar una estancia en Barcelona mediante beca. En etapa previa, la Fundación ya había consolidado campañas anuales, lo que ilustra una capacidad logística que se sostiene en alianzas locales y protocolos clínicos estandarizados.
Organigrama
El gobierno de la entidad se apoya en un patronato reducido y especializado y en una dirección operativa profesionalizada. La presidencia corresponde al profesor Rafael I. Barraquer Compte; el doctor Javier Elizalde ejerce la primera vicepresidencia, acompañado por vocalías de perfil gestor, y la secretaría recae en una figura no patrona. La dirección la asume Francesc Ballbé, quien coordina los programas y ha señalado públicamente el papel vertebrador de Mirem per tu en la actividad asistencial doméstica. La Fundación está inscrita en el Registro de Fundaciones de la Generalitat de Catalunya y publica información de buen gobierno y transparencia, reforzando así la confianza de donantes y aliados.
Lo que la organización persigue, en suma, es que ninguna persona quede fuera de la atención oftalmológica por razones económicas o administrativas y que, cuando la intervención se desplaza a otros países, deje tras de sí servicios más fuertes que antes. De ahí el equilibrio entre la respuesta directa y la creación de capacidades como formación de médicos, estandarización de circuitos, cooperación académica, con una mirada al impacto a medio plazo. La Fundación formula su misión en términos precisos: contribuir al desarrollo de la oftalmología y facilitar el acceso a la asistencia; el modo de lograrlo es integrar clínica, prevención, docencia e investigación bajo criterios de calidad y de alianza con el entorno social.
Proyectos de éxito
A la hora de ejemplificar su trabajo, basta con poner sobre la mesa tres escenas que resumen bien su método. En un barrio de Barcelona, una unidad móvil despliega pruebas de agudeza visual y fondo de ojo a demanda de una entidad social, detecta casos de catarata, miopía elevada o glaucoma no controlado y los canaliza al centro, donde reciben tratamiento y, si procede, gafas con descuentos pactados. En Quito o Guayaquil, un quirófano temporal permite operar cataratas densas en pocos días, mientras se forman residentes locales y se seleccionan los casos para futuras estancias en Barcelona.
Dentro del ámbito universitario, una becaria de África occidental regresa a su hospital tras seis meses de rotaciones con un plan de mejora para su servicio y el respaldo de la Cátedra de Investigación para implementar protocolos de seguimiento. Tres escenas distintas, un mismo objetivo práctico: devolver visión, crear conocimiento aplicable y reducir desigualdades en salud ocular.
La Fundación Barraquer ocupa así un lugar singular en el ecosistema sanitario y social: puente entre una clínica de referencia y las personas más frágiles, laboratorio de formación para profesionales que multiplicarán impacto en sus países y aliado fiable de universidades y entidades del tercer sector. Cuando una organización logra sostener esa pirámide de asistencia, capacitación y ciencia con buen gobierno y resultados tangibles, no necesita adornos. Le basta con mirar a sus pacientes a los ojos y seguir trabajando.