Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (ADANER)
Para combatir la anorexia y la bulimia, ADANER lleva a cabo iniciativas y campañas de apoyo a pacientes y familiares
La Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (ADANER) nació en 1991 por iniciativa de familias y personas que habían atravesado un trastorno de la conducta alimentaria y que decidieron organizarse para impulsar la atención, el acompañamiento y la prevención. En pocos años consolidó su presencia y, desde 1998, figura como asociación de utilidad pública, un reconocimiento que avala su interés social y el carácter estable de sus programas. Esa combinación de origen ciudadano y validación institucional explica el tono de su trayectoria: atención clínica y psicosocial orientada al día a día de las personas afectadas, y, al mismo tiempo, un trabajo sostenido de sensibilización y defensa de derechos en el espacio público.
La entidad ha crecido como una red con implantación nacional mediante asociaciones provinciales y delegaciones, con sede en Madrid y presencia activa en comunidades como Andalucía, Murcia o Cantabria. Ese despliegue permite articular acciones locales y, a la vez, mantener criterios comunes de intervención. Su web central detalla servicios y vías de contacto, mientras que los sitios de las sedes territoriales evidencian un mapa de actividades que van desde la atención de primera línea hasta proyectos específicos de cada territorio. Esta capilaridad se completa con la interlocución habitual con dispositivos públicos de salud mental y unidades especializadas de TCA en la Comunidad de Madrid, lo que facilita derivaciones, continuidad asistencial y un lenguaje compartido entre equipos clínicos y familias.
Núcleo organizativo de ADANER
El núcleo operativo de ADANER combina información rigurosa, apoyo psicológico y prevención. Desde el año 2000 desarrolla un programa de prevención elaborado en conjunto con la Mesa de Prevención del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, un marco que ha llevado a colegios, familias y profesionales contenidos prácticos sobre factores de riesgo y protección, señales de alarma y circuitos de derivación. A ello se suman las charlas informativas periódicas, los grupos de apoyo para familiares y personas afectadas, talleres terapéuticos y una línea de orientación telefónica atendida por psicólogas, que actúa como puerta de entrada y punto de sostén cuando aparecen dudas o recaídas. La oferta se mantiene de forma sostenida y se adapta a distintos públicos, con acciones formativas y de sensibilización coordinadas también con la Escuela Madrileña de Salud.
Su estructura de gobierno es clara y ajustada al marco asociativo: la Asamblea General, integrada por el conjunto de socios, constituye el órgano soberano; la Junta Directiva, elegida en asamblea, asume la representación, dirección y administración entre asambleas. Los estatutos establecen que esta junta sea colegiada y esté compuesta, como mínimo, por tres y, como máximo, por doce miembros, con cargos de presidencia, secretaría, tesorería y hasta dos vicepresidencias, y resto de vocalías; el mandato es de tres años y los cargos son personales y gratuitos. La misma norma detalla funciones específicas (desde convocar reuniones y ejecutar acuerdos hasta velar por las cuentas) que dotan de previsibilidad y control interno a la actividad cotidiana.
Campañas y actos que cumplen objetivos
Los objetivos de la entidad, formulados en sus estatutos, combinan la asistencia directa con la incidencia social. ADANER busca proporcionar información y asesoramiento a personas afectadas y a sus familias, promover la rehabilitación integral, tejer redes de apoyo y reforzar la sensibilización pública sobre la anorexia nerviosa, la bulimia y otros TCA. También impulsa la investigación y la detección precoz, colabora con administraciones y entidades sanitarias, promueve la igualdad y la prevención de la violencia de género en mujeres con TCA y crea espacios juveniles para educar en salud. Esta amplitud de fines permite a la asociación moverse en planos complementarios (clínico, educativo, comunitario y político) sin perder el foco en la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas.
Ese marco se traduce en campañas y actos reconocibles. Cada 2 de junio la entidad se suma a la conmemoración del Día Mundial de Acción por los TCA, con actividades públicas de sensibilización, encuentros y mensajes de concienciación que buscan combatir estigmas y favorecer la detección temprana. A lo largo del año organiza charlas en centros educativos, «escuelas de padres» y sesiones abiertas para profesionales, y participa en mesas y jornadas con administraciones sanitarias. En el plano territorial, iniciativas como el campamento terapéutico de ADANER Granada (que en 2025 celebró su 24.ª edición) muestran una metodología intensiva orientada a fortalecer habilidades emocionales y hábitos saludables en un entorno protegido, con apoyo de voluntariado y equipos multidisciplinares. Esta agenda se completa con colaboraciones institucionales, como convenios con la Comunidad de Madrid para mejorar la coordinación asistencial.
Origen en comunidad
La información pública sobre su actividad incluye datos económicos que refuerzan la transparencia. El resultado general de 2023 refleja una estructura de ingresos basada principalmente en cuotas de socios y apoyos privados y públicos, y una distribución del gasto centrada en personal, grupos terapéuticos, atención telefónica, actividades de prevención y costes básicos de funcionamiento. El equilibrio entre financiación propia y subvenciones finalistas permite a la asociación sostener servicios continuados, como la orientación telefónica y los grupos, y programar intervenciones de mayor escala cuando se cierran acuerdos con administraciones locales o autonómicas.
Tres rasgos, en conjunto, definen el perfil actual de ADANER. Primero, un origen comunitario que mantiene como prioridad el apoyo cercano y la escucha informada; segundo, una inserción natural en el sistema público (a través de programas de prevención, guías de recursos y convenios) que reduce pérdidas de tiempo en el acceso a tratamiento; tercero, una cultura de movilización que convierte los TCA en un tema visible, pegado a la evidencia clínica y no a tópicos culturales. Gracias a esa ecuación, la asociación se ha consolidado como un interlocutor creíble para familias, profesionales y administraciones, con capacidad para traducir la complejidad de los TCA en decisiones prácticas que mejoran el pronóstico y disminuyen el aislamiento.
En definitiva, ADANER opera como un puente entre la vivencia del trastorno y la red asistencial, sin perder de vista la prevención y la sensibilización social. El recorrido desde 1991 hasta hoy, la utilidad pública, la organización transparente y las alianzas clínicas y comunitarias dibujan una institución madura, con programas estables y una agenda que combina intervención y pedagogía pública. No hay fórmulas mágicas frente a los TCA, pero sí estructuras que sostienen procesos de recuperación: la asociación ha hecho de esa estructura su principal aporte.

