La «cara oculta» de la diabetes: de su impacto en la salud emocional y sexual hasta sus implicaciones laborales
Se debe afrontar la diabetes teniendo siempre en cuenta, además de la parte clínica o puramente biológica, aspectos psicológicos, emocionales y sociales
Los requerimientos de automanejo en las personas con diabetes y sus familias son muy elevados, influyendo directamente en su salud emocional y calidad de vida. Por eso, y aunque la diabetes suele asumirse generalmente como una patología médica, puramente biológica, “es el ejemplo claro de cómo debe entenderse una patología desde el punto de vista bio-psico-social”, subraya Francisco Javier Hurtado Núñez, del Centro de Especialidades Psicológicas (Sevilla), quien considera que “la diabetes debe ser afrontada teniendo en cuenta siempre, además de la parte clínica o biológica, aspectos psicológicos, emocionales y sociales”.
La vertiente emocional de la diabetes es, por lo tanto, un tema que ocupa y preocupa los afectados y a los profesionales sanitarios; sin embargo, es uno de los muchos efectos de esta patología que aún se infraestiman o, simplemente, se obvian. Sobre algunas de estas implicaciones menos conocidas de la diabetes se ha centrado la jornada divulgativa que han celebrado en Córdoba la Fundación de la Sociedad Española de Diabetes (FSED) y la Federación Española de Diabetes (FEDE), en el marco del Día Mundial de la Diabetes (el 14 de noviembre). También sus repercusiones en la esfera sexual y la vida en pareja, o su alcance a nivel laboral, han sido expuestas en este encuentro conjunto de profesionales sanitarios, pacientes y familiares.
Tiempo en rango emocional
En diabetes, desde hace unos años, el tiempo en rango (TIR) es un concepto básico para entender el manejo de la glucemia. Cuanto mayor tiempo en rango de la glucemia, mejor para la persona y la prevención de complicaciones a largo plazo. Partiendo de este hecho, el psicólogo Francisco Javier Hurtado ha subrayado en este foro que “valorar sólo el TIR glucémico no es suficiente para saber si una persona tiene calidad de vida en su día a día”. Tal y como aconseja, “tenemos que asegurarnos que en consulta se haga un seguimiento del TIR glucémico, pero también del TIR-Emocional”.
Y es que, generalmente, la esfera emocional de la persona con diabetes pasa desapercibida en consulta. “Aunque siempre hay excepciones, normalmente con el poco tiempo que se tiene en consulta casi el 100% del mismo se usa para la evaluación clínica, revisión de analíticas, etc. Y, por lo tanto, en la consulta no se valora emocionalmente a la persona con diabetes, de forma que se pierde la visión global del paciente, y posiblemente desconozcamos factores que están influyendo en su mejor o peor nivel de resultados clínicos”, admite Francisco Javier Hurtado, que es psicólogo clínico y experto universitario en Educación Diabetológica.
Posibles causas de la diabetes
Aunque son muchas las posibles implicaciones emocionales de la diabetes, se resalta sobre todo que tener esta patología aumenta notablemente la posibilidad de presentar depresión, ansiedad, problemas del suelo, distrés o, incluso, trastornos de la conducta alimentaria. A ello contribuyen, entre otros factores, la exigencia diaria, la atención constante, la preocupación y/o el cansancio que supone convivir con una condición crónica.
Para hacer frente a este problema, la solución ideal pasa por “incluir al psicólogo en el equipo multidisciplinar de atención a las personas y familias con diabetes”, recomienda Hurtado. Dada la dificultad para alcanzar este objetivo a corto plazo, este experto propone “comenzar por asumir que la parte psicológica debe valorarse también cada vez que se tiene un contacto clínico con la persona y familia con diabetes. No debemos focalizarnos sólo en los resultados clínicos, considerando incluir siempre el apartado psicológico y emocional de la diabetes en los programas educativos”.
El «tabú» sexual
También se obvia, frecuentemente, la repercusión de la diabetes en el ámbito sexual y la vida en pareja; en este caso, el tabú sexual adquiere su máxima expresión. Y, sin embargo, no se trata de un tema menor, sobre todo si se tiene en cuenta que “en los diez primeros años desde el diagnóstico, la diabetes provoca disfunciones sexuales hasta en el 50% de los pacientes, porcentaje que va en aumento a medida que avanza la enfermedad”, asegura la Prof. Loreto Mendoza, del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (UG).
Pero no sólo eso. Actualmente se reconoce la importancia de la disfunción eréctil (DE) como un marcador precoz en la diabetes no diagnosticada y, de hecho, “la presencia de DE debe ser un buen motivo para iniciar la detección de la diabetes, especialmente entre los hombres de mediana edad”, como aclara la experta de la UG,quien recuerda también que “en la terapia de los trastornos sexuales inducidos por la diabetes tiene una influencia crucial el diagnóstico temprano de la enfermedad”.
Gran repercusión a nivel clínico
A nivel clínico esto también tiene una gran repercusión. Y es que se ha demostrado que la disfunción eréctil es un marcador de aterosclerosis asintomática en personas con diabetes tipo 2. Por eso, aconseja Mendoza, “es muy conveniente incluir la valoración de la DE en los protocolos de estratificación de riesgo de enfermedad cardiovascular”.
La disfunción eréctil en la persona con diabetes se asocia a trastornos del deseo sexual y del orgasmo, y afecta sobre todo a la fase de excitación, generando trastornos de excitación y de lubricación en las mujeres y en los hombres. Pese a ello, como admite la Prof. Mendoza, “los pacientes no suelen plantear estos problemas en la consulta por vergüenza o por no darle la importancia que se merece”.
Divergencias entre hombres y mujeres
También en este ámbito se aprecian algunas significativas divergencias entre hombres y mujeres. Según detalla la profesora de la Universidad de Granada, “muchas mujeres otorgan a las cuestiones meramente físicas de la sexualidad un menor peso que los hombres”. En ellas son muy importantes factores psicológicos relativos al modo en que se vive la diabetes y cómo adaptar su vida a esta condición. La diabetes puede afectar a su autoestima y a su imagen personal y favorecer, por tanto, la aparición de sentimientos negativos de inseguridad, de ser diferente, de haber perdido atractivo y capacidad de seducción, y de miedo al rechazo de la pareja. “Todo ello favorece, más aún en la mujer diabética, conductas de evitación de la actividad sexual por miedo al contacto íntimo”, revela la Prof. Mendoza.
La disfunción sexual inducida por la diabetes tiene una etiología multifactorial, incluyendo componentes metabólicos, neurológicos, vasculares, hormonales y psicológicos, lo que debe tenerse en cuenta para su correcto tratamiento. Para intervenir sobre la DE en la persona con diabetes, es necesario que cumpla con la dieta prescrita, tome regularmente los fármacos específicos para la enfermedad y practique ejercicio de manera regular. Además, debe corregir otros factores que pueden agravar esta disfunción; entre los más frecuentes, la depresión, la hipertensión arterial, la dislipemia, el tabaquismo, el sedentarismo, el alcoholismo y algunos fármacos.
A la inversa, si se abordan adecuadamente las disfunciones sexuales, se estará en mejores condiciones de tratar la diabetes. Los trastornos sexuales en las personas con diabetes son subsidiarios de terapia sexual y farmacológica. “Los inhibidores de la fosfodiesterasa 5 (IPDE-5) han mostrado ser eficaces para corregir la disfunción eréctil, aunque los resultados no son tan positivos en esta enfermedad como cuando se utilizan en la DE provocada por otra causa”, indica Loreto Mendoza.
Diabetes y trabajo: una relación compleja
Si el principal objetivo del tratamiento de la diabetes es mejorar la calidad de vida de las personas diagnosticadas y normalizar su vida, no se puede obviar el entorno laboral. La International Diabetes Federation (IDF), con motivo de este Día Mundial de la Diabetes, ha subrayado que “millones de personas con diabetes se enfrentan a retos diarios como el estigma, la discriminación y la exclusión, para gestionar su enfermedad en el ámbito laboral. Esto repercute negativamente en su bienestar”.
La interrelación entre diabetes y trabajo es compleja y no está exenta de dificultades, sobre todo partiendo del obsoleto enfoque que se otorga a la diabetes en algunas ofertas de empleo tanto público como privado, según ha expuesto en este foro el abogado Javier Sanhonorato Vázquez, especialista en Derecho Sanitario (Madrid) y que convive con la diabetes desde su infancia, quien también ha llamado la atención sobre cómo afecta a la actividad laboral de los progenitores el diagnóstico y seguimiento de la diabetes en un hijo y las posibilidades que ofrece la normativa actualmente vigente.
Relaciones de trabajo
A pesar de los esfuerzos del colectivo por visibilizar la diabetes y de las campañas de concienciación, todavía existe desinformación en la sociedad en general, y ello repercute también en las relaciones de trabajo. “En pleno siglo XXI, muchos trabajadores con diabetes esconden esta condición en lugar de aprovechar las facilidades que el concepto de salud laboral ofrece para adaptar el tratamiento a la jornada laboral”, apunta Sanhonorato. A la vez, añade, “una mala lectura de este concepto puede limitar el acceso a determinados puestos, turnos o incluso ser causa de despido o no contratación”.
En el acceso a determinados puestos en la Función Pública, se ha avanzado mucho, pero siguen existiendo algunos casos de exclusión por el solo hecho de tener diagnosticada una diabetes. Como reconoce este abogado, “son todavía excesivos los trabajos en los que la diabetes es causa de exclusión, con lo que la discriminación, ya sea directa o indirecta, es evidente”.
Normativa vigente
El normativa vigente no cumple todas las necesidades existentes. Tal y como denuncia este experto, “no existe una Ley de crónicos, no hay una Ley que responda a nuestras necesidades como personas con diabetes y que propugne nuestra igualdad ante los derechos contenidos en la Constitución y que proponga actuaciones basadas en la justicia y la equidad”. En este sentido, Javier Sanhonorato, en su condición de abogado y de persona con diabetes, exige que “tanto los Poderes Públicos como nuestros representantes ante los mismos (asociaciones de personas con diabetes y sociedades médicas, sobre todo) prioricen la búsqueda de soluciones, dando apoyo cuando surgen verdaderos casos de discriminación por diabetes”.
Mientras tanto, se demanda potenciar la Educación Terapéutica en Diabetes, asegurar el acceso equitativo a tratamientos individualizados, continuar estudiando las causas que aún hoy en día hacen que la diabetes sea motivo de exclusión en el acceso a determinados puestos de trabajo, avanzar en la propuesta de consenso entre todas las sociedades médicas (incluida la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo), y vigilar la aplicación de la Orden PCI/154/2019, de 19 de febrero, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros de 30 de noviembre de 2018, que elimina/limita las exclusiones apriorísticas por determinadas enfermedades, como la diabetes, en el acceso a la Función Pública.
Joven, deportista y con diabetes: tiempo, paciencia y esfuerzo
La práctica deportiva, sobre todo si es de carácter profesional, añade dificultades en el manejo de la diabetes, más aún si eres joven. Esta es la experiencia que han narrado en este foro deportistas profesionales como un futbolista del Córdoba CF, Alejandro Herrero, o el canoísta Manuel Pérez López, conocido como el «Azukita». Este último reconoce que “en una persona joven se encuentran muchas limitaciones que, con el paso del tiempo, se pueden ir eliminando”.
En su caso particular, la principal limitación que destaca es la gestión de la glucemia en el deporte, “por la carga de entreno que tengo, y porque no hay dos días ni dos entrenamientos iguales”. Para sobrellevar esta situación, la receta es sencilla: tiempo, paciencia y esfuerzo; con ello, “se puede conseguir todo aquello que nos planteemos”.
«Personas con una mochila»
“La diabetes es una patología de prueba y error, en la que se deben seguir una serie de pasos…pero éstos constantemente están cambiando, incluso cada vez que se hace lo mismo (y más aún si se realiza algo diferente)”, afirma el deportista andaluz, quien aclara que “somos personas que tenemos una mochila pesada en la espalda, que se llama diabetes, y tenemos que sacar todas las cosas de ella cada vez que hacemos algo, y es normal que a veces se nos queden cosas dentro o fuera de ella”.
De ahí que su consejo principal es “no castigarnos por las situaciones puntuales que se nos escapan de control; siempre hay un motivo detrás y en muchas ocasiones ni depende de nosotros”, según lo explica. Partiendo de esta realidad, “tenemos que tratar de interiorizar que vivimos con diabetes, no para la diabetes. Y no todo es perfecto ni un camino de rosas. Pero con los medios que tenemos actualmente, y la ayuda que brindan tanto las asociaciones como los profesionales sanitarios, podemos conseguir los objetivos de control y solucionar los problemas que nos surjan”, concluye Manuel Pérez López.

