Ferrer
Laboratorios Ferrer, innovación, compromiso y presencia global desde Barcelona
Laboratorios Ferrer nació en Barcelona en 1959 como empresa familiar fundada por Carlos Ferrer Salat. Desde sus inicios se planteó una meta clara, ofrecer tratamientos de calidad que contribuyan a mejorar la vida de las personas, a la vez que establecer una presencia internacional relevante. Con los años, la compañía ha evolucionado hasta convertirse en un grupo farmacéutico internacional presente en más de cien países, con especial foco en áreas terapéuticas como el dolor, el sistema nervioso central, el cardiometabolismo, la dermatología y el autocuidado.
Durante las décadas siguientes a su fundación, Ferrer emprendió una estrategia de crecimiento sostenido que combinó expansión geográfica, adquisiciones y diversificación de producto. Inicialmente centrado en el mercado español, el grupo abrió filiales internacionales y estableció alianzas para comercializar sus medicamentos más allá de la península. A finales del siglo XX ya comenzaba a vislumbrarse su vocación global. Una de las claves de la evolución de Ferrer ha sido su decisión estratégica de abandonar progresivamente los genéricos de bajo margen para centrarse en productos de marca, de especialidad hospitalaria, de alto valor añadido y con mayor potencial de innovación.
Producción, innovación y compromiso científico
Ferrer ha mantenido un compromiso sólido con la investigación, desarrollo y modernización de sus instalaciones productivas. Su centro de I+D & Manufactura es testimonio de un modelo que prioriza la calidad, la seguridad y la producción industrial adaptada a estándares internacionales. Asimismo, la empresa ha invertido en la adquisición de plantas de producción y en la integración de tecnologías modernas para asegurar eficacia, trazabilidad y capacidad exportadora. Su estructura permite operar no solo en el ámbito local, sino abastecer mercados globales con productos bajo licencia, importaciones y fabricación propia.
Una de las señas más distintivas recientes de Ferrer es su compromiso formal con la sostenibilidad y el bienestar social. En 2022 la compañía se convirtió en el primer laboratorio farmacéutico español en obtener la certificación B Corp, lo que evidencia su esfuerzo por gestionar el impacto ambiental, social y de gobernanza. Según los propios datos del grupo, la estrategia de «personas, planeta y justicia social» articula buena parte de su tarea corporativa.
Retos, adaptaciones y perspectivas de futuro
El entorno global farmacéutico presenta múltiples retos: presión regulatoria, reducción de márgenes en genéricos, necesidad de innovación constante, competencia internacional y aceleración del ritmo de cambio tecnológico. Ferrer ha respondido a estos retos mediante redefinición de su cartera, desinversión en negocios que considera no estratégicos y refuerzo de especialidades de hospital, terapias raras y autoproducción de alto valor. Asimismo, la internacionalización continúa siendo un eje clave, ya que la empresa mantiene presencia en mercados de Europa, América Latina, Asia y Estados Unidos. Para los próximos años, Ferrer se perfila a profundizar su oferta en enfermedades raras, ampliar su huella global, fortalecer su cadena de suministro responsable y continuar el despliegue de proyectos con impacto social.
Laboratorios Ferrer representa la trayectoria de un laboratorio que, desde sus orígenes familiares, ha sabido adaptarse, innovar y crecer hasta convertirse en un actor global de la industria farmacéutica. Su combinación de internacionalización, especialización terapéutica, inversión en calidad, y un modelo de negocio que incorpora responsabilidad social y sostenibilidad la posiciona como una empresa a tener en cuenta en el panorama español e internacional. Con retos claros por delante y una hoja de ruta bien definida, Ferrer demuestra que el futuro del sector puede estar ligado a modelos empresariales que apuestan por el propósito tanto como por el producto.

