Uno de cada tres pacientes con diabetes sufre dolor neuropático diabético: Grünenthal lanza una campaña para concienciar sobre esta desconocida complicación
El 64% de pacientes con este tipo de dolor tiene poco o ningún conocimiento del mismo y menos de la mitad de las personas que la sufren recibe un tratamiento específico
La diabetes es mucho más que controlar los niveles de azúcar en sangre. Una de sus complicaciones más desconocidas e infradiagnosticadas es el dolor neuropático diabético. Esto se debe a que, en muchas ocasiones, sus síntomas se describen como simples molestias, pero sentir hormigueo, quemazón, pinchazos, entumecimiento o descargas eléctricas, principalmente en los pies y en las piernas, pueden dar la voz de alarma y avisar del desarrollo de este tipo de dolor que tiene un gran impacto en quien lo padece.
Por ello, con el fin de informar a la población sobre los síntomas y sensibilizar a los profesionales sanitarios sobre la importancia de un diagnóstico precoz y correcto abordaje, Grünenthal lanza la campaña No me llames Dolores… llámame, Dolor Neuropático Diabético, con el aval de una decena de sociedades científicas y asociaciones de pacientes, bajo el lema «Un paso a tiempo puede marcar la diferencia», en el marco del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra cada 14 de noviembre.
La iniciativa se desarrollará entre el 13 y el 19 de noviembre en las estaciones de metro más transitadas de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao. El propósito es informar sobre esta complicación de la diabetes que afecta a uno de cada tres pacientes, y animar a quienes experimenten hormigueo, quemazón, pinchazos, entumecimiento o descargas eléctricas en pies y piernas a consultar con un profesional sanitario.
Una complicación que puede derivar en amputaciones
El dolor neuropático diabético es una complicación de la diabetes sobre la que existe un gran desconocimiento a pesar de que afecta a más de 2 millones de personas en España. Es decir, una de cada tres personas con diabetes sufre este tipo de neuropatía. Además, está presente en el 40-50% de las personas con diabetes después de diez años del comienzo de la enfermedad, tanto en aquellos con diabetes tipo 1 como tipo 2.
Se trata de una afectación del sistema nervioso periférico que se produce habitualmente en ambas piernas y en los pies. Los síntomas más tempranos son el dolor en reposo que mejora cuando el paciente se mueve y las parestesias o sensación de hormigueo en piernas y pies.
Abordar la enfermedad a tiempo evita lidiar con problemas mayores
Un correcto abordaje terapéutico es fundamental para evitar que estas complicaciones deriven en úlceras en el pie que pueden acabar requiriendo amputaciones. Sin embargo, el 64% de pacientes con dolor neuropático diabético tiene poco o ningún conocimiento del mismo y menos de la mitad de las personas que la sufre recibe un tratamiento específico.
En este sentido Zonia Casiano, presidenta de la Asociación de Pacientes Diabetes Madrid, destaca que la polineuropatía diabética dolorosa impacta directamente en la calidad de vida, pero detectarla y tratarla de forma adecuada puede marcar la diferencia. «Es clave que las personas con diabetes conozcan esta complicación y consulten con su profesional sanitario ante los primeros síntomas», aclara Casiano.
Además, estas manifestaciones se asocian con un deterioro importante de la calidad de vida del paciente, así como con altos niveles de ansiedad, depresión y trastornos del sueño.
Así, la enfermedad tiene un gran impacto en la calidad de vida. Según una encuesta realizada a pacientes con neuropatía diabética periférica se evidencia que un 29% siente afectada su capacidad de hacer ejercicio, un 28% el sueño y un 52% ha perdido al menos cinco días de trabajo por el dolor. Por ello, el manejo del dolor neuropático diabético requiere un enfoque multidisciplinar y debe abordarse desde la prevención, el tratamiento y el alivio sintomático. En cuanto a las medidas necesarias a considerar en su prevención y sus complicaciones son: control de la hiperglucemia, evaluación de factores de riesgo cardiovascular, evitar la aparición del pie diabético y el manejo de otras enfermedades.

