El Laboratorio Clínico detecta alteraciones moleculares clave para la toma de decisiones clínicas en el paciente oncológico
La integración del diagnóstico genético, epigenético y del análisis del ARN permiten diagnósticos más precisos, terapias personalizadas y un mejor seguimiento, lo que se traduce en menos efectos secundarios y una mejor calidad de vida para el paciente
La integración del diagnóstico genético, epigenético y del análisis del ARN está transformando la oncología hacia una medicina personalizada y de precisión. Estas innovaciones no solo mejoran la precisión del diagnóstico y la elección del tratamiento, sino que acercan la posibilidad de detectar el cáncer antes y tratarlo de forma más eficaz, lo que se traduce en un mejor pronóstico y calidad de vida del paciente. El especialista de Medicina de Laboratorio, en coordinación con los oncólogos y patólogos, procesa y analiza las muestras clínicas para traducir los hallazgos moleculares en información práctica para la toma de decisiones terapéuticas.
Los especialistas en Medicina de Laboratorio ofrecen una visión profunda sobre los avances más recientes en el diagnóstico y tratamiento del cáncer a través del simposio, “Diagnóstico molecular en cáncer: innovaciones centradas en el paciente»; que tiene lugar en el marco de la celebración del XIX Congreso Nacional del Laboratorio Clínico (LABCLIN 2025, organizado por la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEMEDLAB).
Principales avances en diagnóstico genético
A lo largo de la jornada, moderada por la presidenta de la Comisión de Genética de SEMEDLAB, la Dra. María Santamaría González, expertos como la directora de la Unidad de Biología Molecular (UBM) del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, la Dra. Sarai Palanca; el facultativo especialista del Servicio de Análisis Clínicos del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, el Dr. Angel Díaz-Lagares; y la responsable del laboratorio del Grupo de Genética del cáncer hereditario, perteneciente al Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), la Dra. Sara Gutiérrez-Enríquez, profundizan en los principales avances en diagnóstico genético que permiten identificar mutaciones accionables y guiar terapias dirigidas. Entre ellos, destacan nuevos biomarcadores epigenéticos que mejoran la detección precoz y el seguimiento de la enfermedad; además del valor del ARN a la hora de diagnosticar el cáncer de mama y de ovario hereditario.
El diagnóstico molecular en cáncer, como introduce la Dra. Santamaría González, consiste en analizar la información molecular específica del tumor para entender qué lo causa y cómo se comporta. Tal y como apunta, “es clave en la oncología de precisión porque permite adaptar el tratamiento a las características únicas de cada paciente, identificando terapias dirigidas más eficaces y evitando tratamientos innecesarios”.
Medicina de Precisión, un paso adelante en el abordaje del cáncer
El presente del diagnóstico molecular del cáncer se encuentra en un momento óptimo e importante. Así lo cree la Dra. Palanca, quien subraya que la medicina de precisión ha transformado el abordaje diagnóstico y terapéutico del cáncer; “al incorporar el perfil molecular del tumor en lugar de basarse únicamente en criterios histológicos; es decir, los diagnósticos actuales requieren poner el nombre y los apellidos a los tumores”, indica. Estos progresos, como apunta la facultativa, se apoyan en la implementación del Programa de desarrollo de medidas para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad del sistema nacional de salud (SNS): Consolidación de la medicina personalizada de precisión en el SNS (Plan 5P) y por el desarrollo del Catálogo Común de Pruebas Genéticas y Genómicas del SNS.
En este sentido, el Laboratorio Clínico es el punto central donde se procesan y analizan las muestras para detectar alteraciones genéticas o moleculares relevantes. Su rol, como declara la Dra. Santamaría González “es garantizar resultados precisos, reproducibles y clínicamente útiles”. En este marco, la Dra. Palanca destaca que los laboratorios han desarrollado competencias en nuevas aproximaciones y tecnologías modernas como la secuenciación de nueva generación (NGS), “que permite analizar múltiples genes de forma simultánea, optimizando el consumo de muestra y resultar coste-efectiva”.
Otras pruebas para detectar alteraciones
Asimismo, resalta otras pruebas como la PCR digital o ultrasensible, con la que es posible identificar alteraciones que se encuentran en muy baja concentración en fluidos biológicos; “mientras que la biopsia líquida (análisis de ADN tumoral circulante) resulta especialmente valiosa cuando se carece de muestra tisular al diagnóstico, o inclusive para realizar un seguimiento no invasivo y detectar resistencias a los tratamientos”, arguye la Dra. Palanca.
Las pruebas genéticas en muestras tanto de ADN como de ARN extraídas de sangre periférica, moléculas en las que se emplean técnicas de secuenciación masiva de última generación, también juegan un papel crucial en el diagnóstico molecular del cáncer; en un contexto marcado por el creciente valor del ARN como fuente de información dinámica sobre la actividad tumoral y la respuesta al tratamiento.
De acuerdo con la Dra. Gutiérrez-Enríquez, el diagnóstico genético del cáncer de mama y ovario hereditario se basa principalmente en el análisis del ADN. Sin embargo, como matiza la experta, el diagnóstico genético con ADN solo proporciona un resultado positivo, con la identificación de una variante genética patogénica, en el 20% al 30% de los pacientes con historia personal o familiar hereditaria. El reto del Laboratorio Clínico, como señala la experta, es la existencia de una creciente lista de variantes identificadas en ADN de las que se desconoce su efecto en la función del gen, las llamadas variantes de significado incierto; “y, por lo tanto, se ignora si dicha variante se asocia o no con el riesgo de desarrollar cáncer”.
Efecto de estas variantes
Un posible efecto de estas variantes, como asevera la facultativa, es una alteración del procesamiento de la molécula ARN, proceso conocido por su nombre en inglés como “splicing”, “que es esencial para la correcta expresión de los genes y por consiguiente una correcta producción de una proteína y su correcta función en la célula”. Por lo tanto, según argumenta la facultativa, se necesita también un diagnóstico genético basado en ARN: “El beneficio de la evaluación del ARN en el laboratorio, además del ADN, es la disminución de variantes de significado incierto; lo que aumenta la certeza del diagnóstico y se traduce en la identificación de un mayor número de variantes patogénicas y, por consiguiente, aumenta también el número de pacientes y familias diagnosticadas con cáncer hereditario”.
De cara a los próximos años, el Laboratorio Clínico afronta el reto de implementar algoritmos de diagnóstico que incluya el análisis del ARN, un análisis que, como recuerda la Dra. Gutiérrez-Enríquez, “no está integrado en la mayoría de los laboratorios por su coste, complejidad de los procesos técnicos y de interpretación, que son más altos que los utilizados con ADN”. Por su parte, expertos como la Dra. Palanca apuestan por una evolución integradora y tecnológica del diagnóstico molecular basada en la expansión de las tecnologías ómicas; “con nuevos desarrollos a partir de biopsias líquidas; inteligencia artificial y análisis de Big Data; avances en medicina de precisión en tumores raros y pediátricos; e integración de perfiles genéticos del paciente”, resume.

