¿Cuáles son los retos después del terremoto en Turquía y Siria?
Se cumple un mes del terremoto en el sur de Turquía y el noroeste de Siria
Desde hace un mes, cuando un terremoto de magnitud 7,8 sacudió Turquía, causando más de 45.000 muertes, y Siria, con al menos 8.000 personas fallecidas, las réplicas no han dejado de registrarse. Ese mismo día otro terremoto de magnitud 7,5 sacudía la provincia turca de Ekinozu/Kahramenmaras y el pasado día 20 otro seísmo de 6,4 hacia temblar varios distritos de Hatay, en el sur del país. Médicos del Mundo señala que las continuas réplicas en la región suponen una amenaza importante para las personas que siguen experimentando el impacto traumático del terremoto. Aún hoy, un mes después, sigue siendo difícil llegar a Hatay y Antakya, ya que la mayor parte de la ciudad y de los edificios están destruidos y las carreteras bloqueadas.
¿Cuáles son los principales retos, según Médicos del Mundo?
Tener acceso a vivienda, calefacción y ropa de invierno
Según han arrojado los datos de la evaluación de necesidades de Médicos del Mundo en Hatay, epicentro del terremoto, la población afectada señala como una prioridad la vivienda, la calefacción y la ropa de invierno, debido a las gélidas temperaturas del invierno.
En la muestra de 77 personas de diferentes comunidades, el 38% de las encuestadas dijo estar viviendo al aire libre y un 23% afirmó residir en una tienda de campaña, muchas veces en las inmediaciones de sus hogares, ya que, aunque algunas casas se mantienen en pie, tienen miedo a las réplicas. También hay gente viviendo en sus vehículos (11%) y en el jardín de su casa (11%).
«Va a pasar tiempo hasta que estas personas estén dispuestas a regresar a su vivienda. Desgraciadamente cientos de miles no van a poder hacerlo porque su casa está destruida o tan dañada que tendrá que ser demolida. Cuando van a poder reconstruir sus casas se convierte en uno de los mayores retos que afronta ahora el país”, destaca Ricardo Angora, técnico de salud mental de Médicos del Mundo desplazado a Turquía.
“Una solución para estas personas seria establecer alojamientos provisionales en módulos prefabricados hasta que puedan conseguir viviendas definitivas, pero para esto pasaran años», apunta el experto en salud mental de la organización.
Además, la población reivindica la necesidad de tener acceso a calefacción y ropa de invierno, en una zona donde la temperatura desciende hasta 10 grados bajo cero por la noche.
Atención psicológica
Síntomas de angustia, shock, miedo, incertidumbre, desorientación… La salud mental y el apoyo psicosocial son una necesidad prioritaria en estos momentos para personas que viven con un profundo trauma y con una sensación de incertidumbre y falta de información constantes.
Según los datos recogidos en las consultas sanitarias de Médicos del Mundo en las zonas afectadas, la mayoría de las personas dice haber perdido el apetito y han visto sus patrones de sueño alterados. Tendencia a aislarse o a evitar estar solos, tendencia a romper a llorar o a tener ataques de rabia o impaciencia, pesadillas y/o imágenes involuntarias de la experiencia traumática, etc. Incluso un alto porcentaje de las personas manifiesta síntomas físicos producidos por el malestar psicológico.
Médicos del Mundo atiende a la población con consultas psicológicas individuales, intervenciones grupales para concienciar, apoyar en el duelo e informar, así como sesiones psicoeducativas infantiles mediante actividades y juegos educativos y actividades lúdicas en los campos de damnificados colectivos en el área metropolitana de Iskendirun, entre otros.
Necesidad de artículos de higiene, duchas y letrinas
Médicos del Mundo llama la atención sobre las medidas sanitarias, la falta de material higiénico, de duchas y retretes portátiles y la presencia de cadáveres bajo los escombros, que suponen un gran riesgo para la salud pública. Según han informado diversos actores ya hay presencia de diarrea y enfermedades relacionadas con la piel, aunque en menor grado.
Además del problema del alojamiento, otras necesidades son mobiliario como frigoríficos, estufas, cocinas, camas, etc., así como productos de higiene, material de limpieza y equipamiento básico, ropa, kits para bebés, etc.
“Las comunidades afectadas por el seísmo tienen una gran necesidad de distribución de artículos no alimentarios. También es necesaria la protección, incluyendo asistencia lingüística, asistencia legal para registros y derivaciones escolares, así como asistencia jurídica”, explica el presidente de Médicos del Mundo, Pepe Fernández.
Otra necesidad crucial es la información sobre los mecanismos de ayuda existentes, gestionados por diversos actores, estatales y no estatales. Las personas afectadas señalan desinformación y desconocimiento sobre los mecanismos de ayuda disponibles: el 79% de las personas de la pequeña muestra de Médicos del Mundo declaró no haber recibido ninguna ayuda para acceder a la ayuda disponible.
Servicios sanitarios y medicación
Los hospitales y centros de salud sufrieron graves daños durante el terremoto en Turquía y Siria, así como su personal sanitario. Así, la capacidad de las personas afectadas de acceder a los servicios sanitarios, ya sean de nivel primario o secundario, se ha visto gravemente afectada. Denuncian además una nula o insuficiente medicación.
En Siria, donde el sistema sanitario ya afrontaba grandes retos antes del terremoto, los servicios sanitarios necesitan kits de higiene, botiquines de primeros auxilios que incluyan material para vendajes, consumibles quirúrgicos, cubrecamas y colchones, etc.
Además, el denso polvo que emana de los edificios destruidos por el terremoto también supone una amenaza significativa para la salud pública en la región, elevando el riesgo de enfermedades respiratorias y otras complicaciones de salud causadas por la mala calidad del aire y la contaminación.
Las personas refugiadas
Uno de los retos importantes a los que se enfrentan las personas refugiadas que residen en las ciudades afectadas por el terremoto es la falta de opciones de alojamiento en las diferentes ciudades. Como consecuencia, muchas se ven obligadas a permanecer sin documentación reglada y sin acceso a servicios básicos como la educación y la sanidad. El apoyo jurídico en el registro y la información sobre los servicios disponibles son fundamentales.
Además, aunque se registre a las personas refugiadas y se apruebe su reubicación, estas tendrán que hacerse cargo de sus propios gastos durante este periodo, incluidos el transporte y la comida. Esto puede suponer una importante carga financiera para las personas refugiadas, ya de por sí vulnerables, lo que dificulta más aún la reconstrucción de sus vidas.
El ministro turco de Defensa Nacional ha informado de que aproximadamente 42.000 personas refugiadas sirias han regresado a Siria como consecuencia del terremoto y de las difíciles condiciones de vida en Turquía. Se espera que este número pueda superar las 150.000 personas, un cambio demográfico significativo en la región que conlleva también un aumento de las necesidades humanitarias de la zona.