27 de octubre
El 27 de octubre de 1970 se le otorgó el Premio Nobel de Química al argentino Luis Federico Leloir por sus investigaciones sobre los nucleótidos del azúcar y el rol que cumplen en la creación de los hidratos de carbono. Gracias a estas investigaciones se pudo entender al completo la enfermedad galactosemia, la cual hace a quien la padece no poder asimilar la glucosa y transformarla en lesiones del hígado y del sistema nervioso. Debido a esto, el proceso catabólico que sigue el monosacárido galactosa recibió el nombre de «Vía de Leloir».
La galactosa es un azúcar simple que está presente en alimentos como los lácteos, así como en frutas y verduras (higos, uvas, dátiles, guisantes) y algunas legumbres como los garbanzos, las lentejas o las judías. El hígado convierte este azúcar en glucosa, que a su vez es fuente de energía para el cuerpo humano.
Leloir dedicó gran parte de su trayectoria profesional al estudio de los azúcares y como estos afectan al cuerpo humano. En 1947 creó un equipo de químicos que descubrió que el riñón impulsa la hipertensión arterial cuando está enfermo. Fue al año siguiente, en 1948, que comenzó sus investigaciones sobre los carnucleótidos, la investigación que le hizo ganar el Nobel 22 años después.