7 de enero
El 7 de enero de 2020 se descubrió en Wuhan, China, una nueva enfermedad causada por un patógeno desconocido hasta el momento que, cuatro años después, conocemos como COVID-19. Cuatro días antes, el 3 de enero, se aisló un nuevo virus que había provocado un brote de neumonía durante los días anteriores. En el momento, esta neumonía tenía un origen desconocido; se teorizó que podía tratarse de alguna clase de gripe u otros virus que provocan enfermedades respiratorias. Fue tras el aislamiento e investigación, sin embargo, que se confirmó y anunció que esta neumonía la había causado un nuevo tipo de coronavirus.
Después de realizar el anuncio, el presidente chino Xi Jinping realizó peticiones para que se controlase el COVID-19 de la misma forma que se le había puesto freno al brote de neumonía. Sin embargo, el mandatario chino no realizó comentarios sobre esta enfermedad hasta el 20 de enero, trece días después. El hallazgo provocó una gran movilización en redes sociales, al punto que el propio gobierno chino prohibió el uso del hashtag #WuhanSARS e investigó a todos aquellos usuarios que habían difundido información que consideraron engañosa.
Durante los siguientes días se fueron reportando numerosos casos. El 8 de enero el virus traspasó fronteras y llegó a Corea del Sur. Un día después, el 9 de enero, se confirmó la primera muerte por esta enfermedad: un hombre de 61 años de la ciudad de Wuhan. En España, no obstante, el primer caso no se registró hasta finales de mes, el 31 de enero, en la canaria isla de La Gomera. El primer deceso por COVID-19 en territorio nacional ocurrió el 13 de febrero en Valencia.