Almirall, 80 años de ciencia, piel y propósito
En 1944, en plena posguerra y con apenas recursos, Antonio Gallardo Carrera y el farmacéutico Víctor Almirall Rius pusieron en marcha una pequeña planta farmacéutica. Nacía así Laboratorios Almirall, una firma que, desde su origen, se propuso transformar la salud de las personas. A lo largo de ocho décadas, aquel proyecto familiar se ha convertido en una compañía global centrada en la innovación dermatológica, respaldada hoy por una inversión constante en I+D y un firme compromiso con los pacientes.
Historia de Almirall
Desde las primeras décadas, Almirall apostó por el conocimiento científico. Por ello, a inicios de los años sesenta, iniciaron sus actividades de investigación y desarrollo, lanzando productos icónicos como el antiácido Almagato en los años ochenta o el antihistamínico Ebastina en los noventa. En 1997, la fusión con Prodesfarma consolidó su posición en España y abrió la puerta a su internacionalización.
No obstante, el verdadero giro se produjo en la primera década del siglo XXI. Tras adquirir compañías como Hermal, Aqua Pharmaceuticals y Poli Group, Almirall centró su estrategia en la dermatología, vendiendo en 2014 su línea respiratoria a AstraZeneca. Hoy, sin embargo, más del 50 % de sus ventas provienen del cuidado de la piel.
Investigación
La base de este éxito radica en su gran centro de I+D en Sant Feliu de Llobregat, un campus científico donde conviven cientos de investigadores y tecnología de vanguardia. En 2024 inauguraron “The Hive”, un ecosistema de innovación abierta que atrae startups y empresas biotecnológicas para generar sinergias y acelerar nuevos tratamientos.
Igualmente, Almirall ha dedicado en los últimos años más del 12 % de sus ventas netas a investigación, sumando en la última década millones de euros de inversión. Gracias a ello, ha desarrollado terapias avanzadas para diversas patologías cutáneas: desde tratamientos para la psoriasis como Ilumetri, hasta medicamentos innovadores para la queratosis actínica (Klisyri) y la dermatitis atópica (Ebglyss).
Lanzamiento de Ebglyss
El lanzamiento de Ebglyss ha sido clave en su crecimiento reciente. Tras adquirir los derechos, la compañía prevé grandes ingresos en su fase más madura. Esta estrategia forma parte de una hoja de ruta que permitirá, según previsiones, mantener un crecimiento económico hasta 2030, impulsado por sus productos biológicos más avanzados.
Sostenibilidad para Almirall
Pero Almirall no sólo se centra en la ciencia. Su compromiso con la sostenibilidad y el impacto social es una parte esencial de su identidad. Desde 2011 han reducido un 23% el consumo energético y disminuido un 34% las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, han implantado tecnologías solares en sus plantas, fomentan la diversidad y cuentan con políticas éticas certificadas internacionalmente.
Actualmente, con más de 2.000 empleados, presencia en más de 100 países y filiales activas en Europa y Estados Unidos, Almirall se define como una empresa emprendedora, centrada en la piel y en la mejora de la calidad de vida. Su mensaje es claro: la combinación de inversión constante en ciencia, foco terapéutico y responsabilidad social les permite liderar el presente y proyectarse hacia el futuro de la dermatología.
“La vida es muy corta para ser mediocres, y queremos ser líderes en dermatología mundial”, afirma Carlos Gallardo, presidente y consejero delegado de la compañía. Por ello, este reto lo afrontan desde una base sólida: una estrategia de innovación bien definida.