Apoyo Positivo
Desde su creación en los 90, Apoyo Positivo se dedica a combatir el estigma que el SIDA causa en las personas que lo padecen
Apoyo Positivo nació en 1993 como respuesta organizada de la sociedad civil ante el VIH y la discriminación asociada, y desde entonces ha evolucionado hacia un proyecto de innovación social que articula salud, educación y derechos con una mirada comunitaria. Ese recorrido quedó reforzado por su declaración de utilidad pública en 1999, reconocimiento que comporta obligaciones de transparencia y acredita el interés general de su actividad. Hoy la entidad se define como un recurso de innovación social en diversidad, con programas que operan sobre el terreno y también en el ámbito digital.
La historia de la organización puede leerse como una ampliación constante de foco. Nacida para defender los derechos de las personas afectadas por el VIH y su integración social, consolidó un modelo de intervención que combina acompañamiento clínico y psicosocial con educación sexual basada en evidencias y con defensa activa de los derechos sexuales y reproductivos. Ese modelo se despliega en tres áreas (salud, educación y derechos) y se apoya en un laboratorio creativo propio, el hub Algo Está Pasando, desde el que la entidad convierte necesidades comunitarias en proyectos culturales y de sensibilización.
¿Hasta dónde llegan los actos de Apoyo Positivo?
Las funciones de Apoyo Positivo se concretan, en primer término, en la promoción de la salud sexual y emocional integral. A través de sus centros comunitarios CASA y de su programa Checkpoint, ofrece cribados de infecciones de transmisión genital, pruebas rápidas y PCR para diagnóstico de VIH, VHC, clamidia o gonococo, así como atención de psicología, sexología y medicina especializada; también integra itinerarios específicos en PrEP, PEP y reducción de riesgos en contextos de chemsex. La educación es su segunda línea vertebral: el área WE LOVE desarrolla talleres, capacitaciones y materiales destinados a jóvenes, familias y profesionales, con el objetivo de dotar de competencias para gestionar la sexualidad, la afectividad y la ciudadanía desde la diversidad. En paralelo, el área de derechos impulsa campañas propias y para terceros, con la comunicación como columna vertebral de la estrategia.
El alcance de la organización es nacional. El certificado del Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior fija su ámbito territorial como estatal, y su red de dispositivos se extiende, de forma estable, a Madrid, Torremolinos, Cádiz y Ourense, con servicios accesibles a cualquier persona y prioridad para colectivos vulnerables. A ese despliegue presencial se suma una capa digital que amplifica el acceso: la aplicación PrEPARADXS, desarrollada junto con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, ofrece información verificada sobre VIH e ITS, métodos preventivos y recursos de apoyo, y refuerza la continuidad educativa y preventiva.
Objetivos
Su organigrama combina gobierno asociativo y estructura profesional. De acuerdo con el certificado registral vigente, la Junta Directiva está encabezada por la presidenta y representante legal, Reyes Velayos, e incluye vicepresidente, secretaría con facultades certificantes, tesorería y vocalías; el documento acredita además el domicilio social y la fecha de alta de la entidad. Sobre esa dirección política se asienta un equipo multidisciplinar coordinado por una dirección ejecutiva que lidera proyectos y centros, entre ellos los espacios CASA. Este esquema permite alinear la toma de decisiones con la ejecución técnica en los distintos programas.
Los objetivos estratégicos del proyecto son transparentes y coherentes con su origen: garantizar la igualdad de trato y la no discriminación de las personas con VIH, promover la salud sexual basada en la evidencia, y convertir la diversidad en herramienta de cambio social. Apoyo Positivo declara principios de no discriminación, democracia interna, solidaridad y respeto a los derechos humanos, y se adhiere al Pacto Social por la No Discriminación asociada al VIH, iniciativa impulsada por el Ministerio de Sanidad que convoca a agentes sociales e institucionales a combatir el estigma. Esa adhesión enmarca su labor de incidencia y la conecta con metas nacionales e internacionales en materia de VIH y salud sexual.
Campañas y actos públicas
La proyección pública de estos objetivos se reconoce en campañas y actos que han logrado identidad propia. Indetectables, primera serie de ficción online sobre salud sexual en España, transforma la prevención en relatos audiovisuales que abordan indetectabilidad, PrEP, prueba del VIH, estigma y diversidad, con un tono narrativo pensado para llegar donde los folletos no alcanzan; la webserie y su dossier describen esa «vuelta de tuerca» a la sensibilización. Junto a ella, DIVERSXS y su continuación, Transversales, han llevado a festivales y circuitos educativos historias de jóvenes LGTBIQA+, migrantes o con VIH, y han recibido reconocimientos como los de LesGaiCineMad o Mostra la Ploma. En paralelo, la campaña y libro anual GeneraciónD utiliza referentes contemporáneos para visibilizar la diversidad y reivindicar el Orgullo desde la educación cívica, mientras acciones más recientes, como Power to Trans, colonizan el espacio urbano con simbología que acompaña y empodera a las personas trans.
Apoyo Positivo, juntos por un futuro mejor
La innovación también cruza la frontera de lo estrictamente comunicativo. PrEPARADXS ha funcionado como extensión móvil de la educación sexual, con contenidos diseñados por profesionales de salud y validados con usuarios en grupos focales; la entidad ha articulado, además, proyectos de información y acompañamiento sobre PrEP y PEP en sus centros comunitarios, conectados con recursos del Sistema Nacional de Salud. Estas iniciativas muestran cómo una ONG puede ocupar espacios de prevención, alfabetización sanitaria y derivación, en estrecha colaboración con la administración y con sociedades científicas.
Treinta años después, el valor específico de Apoyo Positivo reside en su capacidad para unir clínica comunitaria, alfabetización y cultura, de modo que el cuidado de la salud sexual y la defensa de derechos se apoyen mutuamente. La condición de utilidad pública, el alcance estatal y un gobierno asociativo trazado con nitidez han dado estabilidad a un proyecto que no se limita a prestar servicios, sino que diseña narrativas que cambian percepciones. En un terreno donde el estigma aún distorsiona el acceso a la prevención y al tratamiento, esa mezcla de intervención directa, pedagogía y comunicación creativa se ha convertido en su sello.