Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB)
Treinta años después, la ACAB sigue luchando por erradicar los trastornos de la conducta alimentaria en Cataluña
La Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB) nació en Barcelona en 1992 por impulso conjunto de familias y profesionales del Hospital Clínic. Desde entonces actúa como entidad sin ánimo de lucro dedicada a acompañar a personas con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y a sus familias, al tiempo que promueve la sensibilización social frente a sus riesgos y consecuencias. Sus estatutos fijan el ámbito principal de actuación en Cataluña, sin impedir que desarrolle actividades en otros territorios cuando sea necesario, lo que ha favorecido su proyección más allá de la comunidad.
El recorrido histórico de la entidad está marcado por la combinación de atención directa y prevención. En 2007, ACAB promovió la creación de la Fundación Imagen y Autoestima (IMA) para diseñar estrategias preventivas dirigidas a alumnado, profesorado, educadores y familias; esta alianza ha sostenido, desde entonces, programas continuos de educación para la salud y trabajo en escuelas. A partir de 2012, y a propuesta de ACAB, la Agencia Catalana de Consumo impulsó la Mesa de Diálogo para la Prevención de los TCA, un espacio de trabajo multidisciplinar que ha orientado políticas y campañas en ámbitos tan distintos como Internet, la familia y la publicidad. Estas dos líneas han consolidado un enfoque que combina la intervención comunitaria con la incidencia institucional.
Funciones y alcance de la ACAB
Las funciones de ACAB se ordenan en torno a cuatro ejes complementarios. En primer lugar, la atención y el apoyo: la asociación informa, orienta y acompaña a personas afectadas y a sus familiares, ofreciendo acogida y derivación hacia recursos terapéuticos especializados, así como espacios de apoyo emocional. En segundo término, la prevención, con programas escolares y familiares que buscan reducir factores de riesgo y fortalecer los de protección. El tercer eje es la sensibilización pública, que incluye acciones para mejorar la comprensión social de los TCA, combatir estigmas y promover una imagen corporal saludable. Finalmente, ACAB trabaja en red con administraciones, centros sanitarios y otras entidades para armonizar criterios y multiplicar el alcance de las intervenciones. Esta combinación responde a la misión institucional de ayudar a las familias, a las personas con TCA y de concienciar a la sociedad y a las autoridades sanitarias.
Su alcance es ante todo catalán, pero su integración en estructuras colaborativas amplía su impacto. Forma parte de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y la Bulimia (FEACAB), que agrupa a entidades del conjunto del Estado para coordinación, formación y acción conjunta. Además, participa en el Consejo Consultivo de Pacientes de Cataluña, órgano de la Conselleria de Salud que canaliza la voz de las personas afectadas en la elaboración de políticas sanitarias. Estas pertenencias le permiten alinear iniciativas de prevención, atención y defensa de derechos en varios niveles administrativos.
Campañas de éxito
Los objetivos de ACAB están explícitos en su misión y visión: contribuir a una sociedad con buena autoestima e imagen corporal positiva, especialmente entre infancia y juventud, y promover mecanismos eficaces de prevención y ayuda. Estos fines se concretan en valores de solidaridad y empatía con quienes sufren un TCA, y se traducen en actuaciones que fomentan la salud por encima de la apariencia y el rechazo de ideales estéticos irreales. La Mesa de Diálogo ha plasmado esta filosofía en un decálogo de buenas prácticas para el sector de la publicidad y los medios, que insta a diversificar representaciones corporales, evitar mensajes que normalicen conductas de riesgo y cuidar el tratamiento informativo de los TCA.
Las campañas y actos de sensibilización dan cuerpo público a estos propósitos. En 2013 ACAB lanzó la campaña Si no comes NADA, dejas de SER tú, presentada en el Campus Centro de Medicina de la Universidad de Girona, para alertar a la juventud sobre conductas restrictivas normalizadas; bajo la etiqueta #ResSer, el mensaje apelaba a la identidad y a la salud, no al peso. A esta acción la siguieron otras piezas divulgativas, como La anorexia no es culpa de nadie, orientada a desterrar narrativas culpabilizadoras y a reforzar la idea de recuperación posible.
Premios Espejo, unos galardones que valoran la innovación
Además, la asociación ha institucionalizado los Premios Espejo, que desde 2018 reconocen la excelencia asistencial, la mejor prevención y las iniciativas más relevantes de sensibilización: en su primera y segunda ediciones distinguieron a profesionales pioneros en TCA, a unidades hospitalarias y a actores públicos que promovieron cambios regulatorios (por ejemplo, la modificación del Código de Consumo para controlar la apología de los TCA en Internet), así como a medios y programas que han tratado el problema con rigor. En paralelo, su participación en foros de moda y salud y en los monográficos de la Mesa de Diálogo ha permitido trasladar el debate al ecosistema digital, al hogar y a la industria publicitaria.
Tres décadas después de su fundación, ACAB se ha consolidado como un referente en la lucha contra los TCA gracias a una mezcla de acompañamiento directo, prevención basada en evidencia y alianza con instituciones y sectores clave. Su trabajo cotidiano, sostenido por profesionales y voluntariado, se complementa con una estrategia de incidencia que influye en marcos regulatorios, corrige prácticas perjudiciales y crea condiciones para la recuperación. No hay atajos: su propuesta descansa en tejer comunidad, formar a quienes educan y cuidan, y ofrecer a las personas afectadas y a sus entornos un itinerario de apoyo que, con tiempo y constancia, las devuelva a una vida digna y saludable.