Azul en Acción
Azul en Acción nació como una iniciativa de la Policía de Murcia para llevar asistencia sanitaria a diferentes puntos de España
Azul en Acción nació en Murcia en el año 2000, impulsada desde la Policía Local, con una vocación de cooperación sanitaria directa y una preferencia clara por los lugares donde la falta de especialistas y de equipos condena problemas de salud evitables a convertirse en discapacidades permanentes. Desde entonces ha consolidado un perfil técnico y operativo que combina misiones quirúrgicas y ópticas, educación para la salud y acciones de sensibilización en España. La propia organización subraya su carácter íntegramente voluntario y la ausencia de personal remunerado, algo que explica el peso que tienen las alianzas locales para sostener cada despliegue.
Una trayectoria encomiable
La trayectoria deja un rastro reconocible. Según su memoria reciente, Azul en Acción ha ejecutado 76 proyectos en países como Camerún, Mali, Marruecos, Togo, Burkina Faso, Senegal, Sáhara Occidental, Mauritania, India y Perú, además de iniciativas en la Región de Murcia. La entidad se presenta como Asociación de Utilidad Pública, forma parte del Registro de ONGD de la Cooperación Española y es miembro fundador de la Federación Nacional de Asociaciones para la lucha internacional contra la Ceguera, trabajando en España bajo el marco del programa Visión 2020. Ese encaje institucional aporta reglas, transparencia y acceso a convocatorias públicas; en el caso de la AECID, la inscripción es requisito para concurrir a ayudas computables como Ayuda Oficial al Desarrollo.
Su forma de operar se apoya en equipos multidisciplinares y en un modelo logístico exigente. Para la campaña 2024 en Senegal, por ejemplo, transportó desde España la dotación completa del Hospital Oftalmológico Ciudad de Murcia y, en apenas dos días, montó consultas de óptica y oftalmología, quirófanos, salas de anestesia y reanimación, esterilización, almacenes y un servicio de admisión. El despliegue se coordinó con el Ministerio de Salud de Senegal y el Hospital de Mbour, y funcionó con protocolos de calidad en todo el circuito asistencial, desde la selección de pacientes y la anestesia hasta la esterilización y la trazabilidad de consumibles.
Más de 2.000 personas atendidas en 2024
El alcance humano de esa misión permite entender bien su foco sanitario. En 2024 se consultó a 2.050 personas y se realizaron 2.585 actos de consulta; la actividad quirúrgica en oftalmología sumó 350 intervenciones, junto con tratamientos, graduaciones y donación de gafas. Los datos son elocuentes: 2.369 tratamientos administrados, 2.050 graduaciones de visión, 1.473 gafas graduadas donadas y 1.225 gafas de sol entregadas, además de un depósito logístico de 9.000 gafas correctoras. A la cirugía de cataratas y glaucoma se añadieron procedimientos como pterigium o cirugía plástica palpebral cuando fue necesario, y parte del equipo colaboró con ginecología en asistencias a partos y revisiones, donando también instrumental y medicación al hospital local.
La gobernanza es deliberadamente ligera y muy operativa. La asociación está presidida por Jesús Franco Vicente y se organiza por proyectos, con equipos de oftalmología, óptica y logística que se activan para cada misión. El detalle de recursos humanos refleja la densidad técnica de los despliegues: médicos oftalmólogos, anestesistas, enfermería, ópticos-optometristas, auxiliares de esterilización, técnicos de logística y traductores locales en formación. Ese organigrama práctico, más cerca de un cuadro de misión que de una estructura burocrática, se sostiene sobre voluntariado especializado y sobre la premisa explícita de no destinar fondos a remuneraciones ni a gastos de funcionamiento.
Objetivos
Los objetivos están alineados con la agenda internacional de erradicación de la ceguera evitable: reducir drásticamente el backlog de cataratas, detectar y tratar glaucomas y defectos refractivos, y devolver autonomía a personas cuya vida cotidiana se ve limitada por problemas de visión corregibles. Ese enfoque entronca con Visión 2020, iniciativa de la OMS y la IAPB para eliminar la ceguera evitable, que prioriza precisamente las patologías para las que existen intervenciones costo-efectivas. A la vez, cada campaña incorpora capacitación tácita al personal local, mejora de equipamientos y acuerdos con autoridades sanitarias, con la idea de dejar capacidad instalada más allá de la misión puntual.
Los ejemplos ayudan a fijar la imagen. Bajo el lema «El milagro de ver», las campañas en Senegal han evolucionado de dispositivos quirúrgicos móviles a verdaderos hospitales temporales, con tres puestos de quirófano trabajando en paralelo y circuitos de óptica capaces de graduar y adaptar gafas en volumen. En la edición de 2024, además de la actividad clínica y quirúrgica, el equipo reforzó ginecología en el Grand Mbour y donó equipamiento como tonómetros Perkins, microscopios quirúrgicos y autorefractómetros, junto con consumibles y medicación. La evaluación final subraya el impacto familiar y comunitario de devolver visión funcional en contextos donde la sanidad no es universal y los costes indirectos impiden acceder a tratamiento.
Una causa respaldada por múltiples entidades
El trabajo sanitario descansa también sobre una base social sostenida en casa. La Universidad de Murcia, a través de la Facultad de Óptica y Optometría, incorpora a alumnado y egresados en voluntariados y campañas, y acompaña las acciones con iniciativas de sensibilización; al tiempo, el Ayuntamiento de Murcia respalda públicamente las misiones y visibiliza su impacto cuando se presentan nuevas expediciones. Los actos de recaudación, como la Gala Solidaria El Milagro de Ver, completan el mapa de apoyos que permite financiar consumibles, prótesis y logística.
Mirada en conjunto, Azul en Acción ha encontrado un método eficaz para transformar recursos limitados en resultados clínicos medibles: equipos voluntarios altamente cualificados, coordinación con sistemas de salud locales y una logística quirúrgica que replica estándares de países desarrollados en contextos de baja dotación. Su origen policial explica una cultura de servicio y disciplina operativa; su presente, centrado en campañas sanitarias de alto impacto, sugiere que la reducción de la ceguera evitable y de la baja visión puede lograrse cuando la organización acierta a unir pericia, materiales adecuados y alianzas públicas. Todo ello, con una huella que se extiende por África y Asia y un anclaje cívico en Murcia que sostiene año tras año el objetivo elemental de permitir, literalmente, volver a ver.