11 de octubre
El 11 de octubre de 1980 Baruj Benacerraf obtuvo el Premio Nobel de Medicina y Fisiología por sus descubrimientos en el campo de la inmunología.
El premio, que compartió junto con George Snell y Jean Dausset, se les concedió por los descubrimientos e investigaciones relacionadas con estructuras determinadas por la genética en la superficie de la célula que regulan las reacciones inmunológicas. Estos genes son los genes Ir del complejo mayor de histocompatibilidad, que regulan la respuesta inmune frente a un determinado antígeno soluble. Por lo tanto, demuestra que la respuesta inmune frente a un antígeno es distinta para cada individuo, y se hereda según las leyes de Mendel.
Todos los individuos pueden responder frente a un mismo antígeno soluble, pero también cada individuo reconoce distintos determinantes antigénicos. Así, la investigación fue crucial para entender cómo funciona el sistema inmunitario a nivel celular. «Los genes juegan un papel importante en la mecánica de las defensas de las células de los seres vivos ante cualquier agresión o injerto de órgano», reconoció Benacerraf en varias oportunidades.
Estos descubrimientos contribuyen también a explicar por qué ciertas células cancerosas son eliminadas del cuerpo, mientras que otras, por el contrario, evolucionan hasta convertirse en tumores cancerosos. Aquellos que se mueven en el campo de los antígenos, o proteínas-carbohidratadas complejas. Su misión intenta facilitar todo el proceso de trasplante de órganos en el cuerpo humano, especialmente riñones.