17 de enero
El 17 de enero de 1939, la Alemania nazi emitió una prohibición oficial que impedía a los odontólogos, veterinarios y farmacéuticos judíos ejercer sus profesiones. Esta medida formó parte de las políticas antisemitas del régimen nazi, que buscaban excluir sistemáticamente a los judíos de la vida económica, social y cultural en Alemania. Esta prohibición dejó a muchos profesionales judíos en la miseria, sin medios para subsistir y completamente marginados de la sociedad. Además, sirvió como un paso más en el proceso de deshumanización que culminaría en el Holocausto.
Anteriormente, en 1935, estaban las Leyes de Nuremberg, que habían eliminado los derechos civiles de los judíos, defendiéndolos como una categoría racial separada, donde se prohibía además el matrimonio entre judíos y no judíos. También los judíos fueron excluidos de profesiones clave de manera progresiva. Inicialmente, los médicos, abogados y profesores judíos vieron restringida su capacidad para trabajar, y esta prohibición se amplió con el tiempo.
Al fin y al cabo, esta discriminación se justificaba bajo el pretexto de proteger la «pureza racial» y el bienestar del pueblo alemán, promoviendo una imagen de los judíos como una amenaza económica y sanitaria. La prohibición de que los judíos ejercieran profesiones sanitarias en la Alemania nazi no tenía una base científica ni racional, sino que se derivaba de la ideología antisemita del régimen nazi.
Por lo tanto, permitir que los judíos trabajaran como médicos, odontólogos, veterinarios o farmacéuticos implicaba un «riesgo» para la salud y la seguridad de los ciudadanos alemanes.