23 de enero
Tal día como hoy, el 23 de enero de 1989, en Estados Unidos se autorizó el primer trasplante de genes a humanos para tratar la enfermedad del cáncer. La autorización, otorgada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y el Instituto Nacional de Salud (NIH), permitió el inicio de ensayos clínicos de terapia génica en pacientes con cáncer.
El objetivo era tratar el melanoma avanzado, un cáncer agresivo de la piel, mediante la modificación genética. El procedimiento consistió en extraer células del sistema inmunológico de los pacientes, introducir un gen modificado en las células, utilizando tecnología de ADN recombinante, y después reinyectarlas en el cuerpo para fortalecer la capacidad del sistema inmunológico de combatir las células cancerígenas.
Dicho ensayo lo lideraron W. F. Anderson, M. Blaese y S. Rosenberg, pioneros de la terapia génica, quienes trabajaban en el NIH. Este trabajo inició las bases de una nueva era en el tratamiento de enfermedades genéticas y cánceres mediante la intervención directa en el material genético de los pacientes.
Este hito no solo representó un paso adelante en el tratamiento del cáncer, sino que también sentó las bases para el desarrollo de la terapia génica como un campo revolucionario en la medicina.