23 de febrero
El 23 de febrero de 1990, por primera vez en Europa, una niña de cuatro años recibía una solución a una malformación congénita de corazón sin necesidad de cirugía. La intervención se realizó en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y el especialista en realizarla fue el cardiólogo estadounidense Charles E. Mullins.
Dicha intervención consistió en la colocación de una prótesis de cierre para la anomalía, transportada por un catéter a través de vía intravenosa por una punción desde la ingle, a través de la vena femoral. Mullins solo había realizado esta intervención en 15 pacientes en la Universidad de Houston de EE.UU.
Un día después de la operación, la niña recibió el alta con resultados favorables y preparada para iniciar una vida normal.