23 de julio
Hoy, 23 de julio, se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Sjögren. Se trata de una enfermedad autoinmune sistémica y crónica, que afecta principalmente a las glándulas exocrinas y lleva a la aparición de síntomas de sequedad. Las glándulas exocrinas son las encargadas de producir líquidos como la saliva, las lágrimas, las secreciones mucosas y secreciones vaginales, que son líquidos que hidratan, lubrican y suavizan partes del organismo que están en contacto con el exterior.
Su diagnóstico puede ser algo retador, ya que los síntomas y manifestaciones no aparecen de manera homogénea en todos los pacientes. Estas manifestaciones, normalmente se evalúan de forma individual por diferentes especialistas, en vez de considerarse en conjunto como parte de una única enfermedad. Además, la enfermedad presenta una progresión demasiado lenta a lo largo del tiempo y por ello, puede haber un periodo de hasta 10 años entre el comienzo de los síntomas y el diagnóstico.
A diferencia de otras enfermedades autoinmunes sistémicas, el Síndrome de Sjögren no suele estar asociado con un rápido deterioro de los síntomas ni con cambios dramáticos en su evolución a lo largo de los años. Con respecto al tratamiento, hay tres tipos:
- No farmacológico. El estilo de vida del paciente es importante y se sugieren algunas recomendaciones como dormir las horas necesarias, evitar el estrés, realizar ejercicio físico, tener una alimentación variada y evitar el tabaco y el alcohol.
- Farmacológico. Está dirigido a los casos más graves de sequedad y pueden ser comprimidos y lagrimas oculares.
- Nuevas terapias. Las principales novedades sobre el tratamiento se centran en el uso cada vez más racional de los corticoides, inmunodepresores y, en las terapias biológicas, que son un nuevo tipo de medicamentos que se fabrican en el laboratorio a semejanza de diversas moléculas que forman parte del propio sistema inmunológico.
