3 de mayo
Un equipo de investigadores australianos que trabajaban sobre esterilidad en la Universidad de Monash de Melbourne, anunciaron el 3 de mayo de 1983 que el embrión humano que había sido congelado con éxito por el equipo, se había implantado en una mujer que en aquel momento se encontraba en la decimocuarta semana de embarazo. Según el director del grupo de investigación, Alan Trounson, la paciente estuvo cuatro meses antes tomando un medicamento para favorecer la fecundación.
El equipo extrajo cuatro óvulos de la mujer que posteriormente fueron fecundados in vitro. Desde 1980-1981, este equipo había controlado más de 40 bebés in vitro. De los cuatro óvulos que se fecundaron, tres se reimplantaron en la paciente, mientras que el cuarto se conservó en estado de congelación en una solución protectora que impedía la formación de hielo. Entonces, se procedió a enfriar de manera progresiva, y por espacio de seis horas, dicha solución para finalmente, conservarla en nitrógeno líquido a -196º.
La mujer sufrió un aborto espontáneo tras seis semanas de embarazo, por lo que aceptó someterse a una nueva intervención para que se le implantara el cuarto embrión, que finalmente fue un éxito.