Errores comunes en la prescripción de medicamentos
La prescripción de medicamentos es una de las acciones más frecuentes en la práctica médica
Esta también es una de las que más riesgos conlleva si no se realiza de manera adecuada. Aunque la mayoría de los tratamientos farmacológicos se indican con la mejor intención y siguiendo criterios médicos, existen errores que pueden afectar la salud del paciente, especialmente si no se toman ciertas precauciones. La buena noticia es que muchos de estos errores pueden prevenirse.
Errores más comunes en la prescripción
Un error de prescripción ocurre cuando hay una equivocación en la elección del medicamento, en la dosis, en la vía de administración, en la duración del tratamiento, o cuando no se tienen en cuenta ciertas condiciones del paciente (como alergias o interacciones con otros fármacos). Estos errores pueden llevar a efectos secundarios innecesarios, falta de eficacia del tratamiento y hasta consecuencias graves.
A continuación, detallamos los 6 errores más comunes:
1. Medicamento incorrecto
A veces se prescribe un fármaco que no es el más adecuado para la condición del paciente. Esto puede deberse a diagnósticos imprecisos, confusión entre medicamentos con nombres similares, o uso de medicamentos obsoletos.
2. Dosis inadecuada
Una dosis demasiado alta puede provocar toxicidad y una dosis demasiado baja puede ser ineficaz. Este error es especialmente delicado en niños, personas mayores o pacientes con problemas hepáticos o renales.
3. Interacciones con otros fármacos
No tener en cuenta los otros medicamentos que está tomando el paciente puede generar interacciones peligrosas. Por ejemplo, algunos antibióticos pueden interferir con anticonceptivos, y ciertos analgésicos pueden potenciar el efecto de anticoagulantes.
4. Alergias no registradas
Un error común es no revisar si el paciente tiene alergias a determinados fármacos, como la penicilina, lo que puede provocar reacciones graves.
5. Confusión en las indicaciones
Instrucciones poco claras o abreviaturas mal entendidas pueden llevar a errores en la administración del medicamento. Por ejemplo, escribir «1 c/8h» sin especificar si es antes o después de comer puede generar dudas.
6. Prescripción sin revisar el historial médico
Indicar un medicamento sin conocer adecuadamente las condiciones médicas previas del paciente puede ser riesgoso, especialmente en personas con enfermedades crónicas.
Prevención
La seguridad en la prescripción no es solo responsabilidad del médico. Todos los actores del proceso, incluyendo al propio paciente, tienen un papel fundamental en evitar errores.
Para profesionales de la salud:
- Revisar el historial médico completo, incluyendo alergias, enfermedades crónicas y tratamientos actuales.
- Utilizar nombres genéricos cuando sea posible para reducir confusión.
- Evitar abreviaturas confusas y escribir las indicaciones de forma clara.
- Actualizarse constantemente sobre interacciones medicamentosas y nuevas recomendaciones terapéuticas.
- Confirmar con el paciente que ha entendido las instrucciones y sabe cómo tomar el medicamento.
Para pacientes:
- Informar al médico sobre todos los medicamentos que estás tomando, incluidos suplementos y productos naturales.
- Decir si tienes alergias conocidas a medicamentos o si has tenido reacciones adversas en el pasado.
- Preguntar si tienes dudas, no hay preguntas “tontas” cuando se trata de tu salud.
- Leer el prospecto del medicamento, especialmente en lo relacionado con efectos secundarios y contraindicaciones.
- No automedicarse ni modificar por cuenta propia la dosis o la frecuencia del tratamiento.
Para farmacéuticos:
- Verificar la receta y, en caso de duda, consultar con el médico.
- Educar al paciente sobre cómo tomar el medicamento correctamente.
- Detectar posibles interacciones entre medicamentos y alertar al paciente o al médico si es necesario.
El papel de la tecnología
Hoy en día, muchas consultas médicas cuentan con sistemas informáticos que ayudan a prevenir errores. Estos sistemas pueden alertar sobre interacciones medicamentosas, duplicidades o errores de dosificación. Sin embargo, ninguna tecnología sustituye al criterio profesional ni a la comunicación clara con el paciente.
Los errores en la prescripción pueden tener consecuencias serias, pero la mayoría son evitables. Una prescripción segura no es solo responsabilidad del médico: los pacientes informados, los farmacéuticos atentos y las herramientas tecnológicas también son parte de la solución.
Una buena comunicación, una actitud activa del paciente y una práctica médica cuidadosa son claves para evitar errores y garantizar que los tratamientos farmacológicos cumplan su objetivo: mejorar la salud y la calidad de vida.