España, frente al reto del deterioro cognitivo: más de 800.000 personas afectadas y un futuro incierto
La cifra de personas que padecen algún tipo demencia o deterioro cognitivo en España podría alcanzar los dos millones de afectadas en 2050 si no se adoptan medidas preventivas y de diagnóstico precoz
El progresivo envejecimiento de la población española ha convertido el deterioro cognitivo y la demencia en uno de los mayores desafíos sanitarios y sociales del siglo XXI. Así lo recoge el documento Deterioro cognitivo y demencia en mayores: situación en España, impulsado por la Fundación de Ciencias de la Salud, donde se analiza la situación actual del deterioro cognitivo y la demencia en España, que actualmente afecta a más de 800.000 personas en nuestro país y que presenta una proyección que podría duplicar esta cifra para el año 2050.
El documento, que ha sido elaborado por un equipo de expertos en geriatría, neurología, bioética, economía de la salud y comunicación junto con miembros de la asociación de pacientes AFA Segovia, alerta sobre la urgencia de actuar en la prevención, diagnóstico precoz y apoyo a pacientes y cuidadores.
El informe ha sido presentado en una jornada inaugurada por Emilio Bouza, patrono de Fundación de Ciencias de la Salud y presidente del Consejo Científico Fundación Ramón Areces; y que ha contado con la coordinación de José Antonio Serra Rexach, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital General Universitario Gregario Marañón, profesor titular de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, miembro del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable del Instituto de Salud Carlos III de Madrid y coautor del estudio; y Ángel Berbel García, neurólogo del Grupo de Estudio de Neurofarmacología de la Sociedad Española de Neurología y del Hospital Central de la Cruz Roja del Madrid y coautor del estudio.
El Alzheimer se presenta como la forma más prevalente de deterioro cognitivo
Según se recoge en el documento, la enfermedad de Alzheimer es la forma más prevalente de los casos de deterioro cognitivo y demencia en España, representando entre el 70 y el 77%, seguida por otras formas como la demencia vascular, la demencia con cuerpos de Lewy y las demencias frontotemporales. Unas patologías cuya prevalencia aumenta exponencialmente con la edad: afecta al 1% de las personas entre 65 y 69 años, pero al 40% entre quienes superan los 90.
Sin embargo, en el informe se subraya que hasta un 40% de los casos de deterioro cognitivo y demencia podrían prevenirse si se actúa sobre factores modificables. «La promoción de un estilo de vida saludable, una dieta equilibrada (como la mediterránea), el ejercicio regular y la estimulación cognitiva son claves para preservar la salud cerebral. Además, es importante tener en cuenta otros factores como el control de la hipertensión y la diabetes, la reducción del aislamiento social y la corrección de déficits auditivos», ha destacado el Dr. José Antonio Serra Rexach, uno de los autores del estudio.
Diagnóstico tardío y desigualdad territorial
Entre las principales conclusiones, el documento pone el acento en el retraso en el diagnóstico, ya que, desde la aparición de los primeros síntomas hasta la confirmación médica supera los 28 meses. Este retraso impide que los pacientes participen de forma activa en decisiones sobre su cuidado y limita el acceso a tratamientos y recursos, y se debe principalmente a la falta de concienciación, el estigma social, la escasa formación de algunos profesionales y la desigualdad en el acceso a pruebas diagnósticas como la neuroimagen o los biomarcadores.
Por ello, el documento recalca la importancia de la detección precoz en estos casos. «El diagnóstico precoz no solo permite iniciar tratamientos, sino que es esencial para planificar el futuro del paciente y su entorno. Mejorar el acceso a pruebas diagnósticas y reducir los tiempos de espera es clave para una atención más eficaz y centrada en la persona», ha afirmado el Dr. Ángel Berbel García, también coautor del estudio.
El documento también pone de relieve la falta de equidad en el acceso a recursos especializados según la comunidad autónoma. «La atención especializada en demencias es muy desigual en España. Mientras algunas regiones cuentan con unidades de memoria multidisciplinares, otras apenas disponen de recursos específicos. Necesitamos un modelo homogéneo y accesible que garantice una atención integral desde el diagnóstico hasta la fase avanzada», ha subrayado el Dr. Berbel.
La importancia del cuidador
El cuidado de personas con demencia recae mayoritariamente en las familias, generando un fuerte impacto emocional, físico y económico. Según el informe, se estima que el coste medio anual por paciente supera los 25.000 euros, lo que representa un gasto total estimado de más de 20.000 millones de euros al año en España.
Así, los familiares que asumen el cuidado de una persona con demencia sufren una disminución significativa de su calidad de vida y repercusiones negativas en su salud y bienestar que requieren apoyo e intervenciones específicas. Por ello, el documento pone de manifiesto la necesidad de incrementar el apoyo a los niveles asistenciales y recursos sociales para desarrollar programas generales de atención familiar en las demencias basados en evidencias científicas que permitan mejorar la preparación y la capacidad de respuesta de las familias.
En este sentido, Elena Jiménez Gómez, psicóloga de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Segovia (AFA Segovia), ha explicado que el mayor porcentaje de personas con deterioro cognitivo y demencias viven en su domicilio. «Esto es posible gracias al cuidado de la familia, que lleva a cabo una atención continuada y hace posible que la persona enferma pueda seguir viviendo en su propio entorno. La evolución del deterioro provoca un aumento de la dependencia y de las necesidades de cuidado, que provocan una sobrecarga en la familia con efectos en su grado de salud y bienestar. Las AFAs proporcionan diversos tipos de información, orientación y apoyo a las familias a lo largo de todo el proceso de evolución de la enfermedad», explica la terapeuta.
Dar accesibilidad a las personas afectadas
Además, desde el punto de vista legal, el documento subraya la importancia de garantizar la autonomía y la dignidad de las personas afectadas, promoviendo herramientas como las voluntades anticipadas y los apoyos en la toma de decisiones.
A través del informe, la Fundación Ciencias de la Salud hace un llamamiento a las autoridades sanitarias para reforzar la atención primaria, crear más unidades de memoria multidisciplinares y garantizar el acceso a biomarcadores y terapias emergentes. Asimismo, se insiste en la necesidad de campañas de sensibilización para combatir el estigma y fomentar el diagnóstico precoz. «Estamos ante una emergencia silenciosa que requiere una respuesta urgente y multidisciplinar. No podemos permitirnos seguir ignorando una realidad que afecta a cientos de miles de personas y que, con toda probabilidad, nos tocará vivir de cerca a todos», ha concluido el Dr. Serra.