Establecer horarios escolares acordes con los ritmos biológicos de los estudiantes favorece un sueño saludable
La Alianza por el Sueño ha presentado en el Palacio de Congresos de Vitoria un decálogo de propuestas para unos horarios escolares saludables, dirigido a los centros educativos para mejorar el sueño de los niños y adolescentes
El sueño saludable no debería ser un lujo, sino una necesidad biológica vital que permita a cuerpo y mente resetearse, restaurar funciones vitales y prepararse para enfrentar cada nuevo día con energía y equilibrio. Al igual que la alimentación, el ejercicio físico y la afectividad, el sueño forma parte de los pilares esenciales de la salud integral. Además, un sueño de calidad es esencial para el desarrollo cognitivo, emocional, físico y mental de todas las personas y, en especial, de los niños y los adolescentes, en los que es crítico para lograr un neurodesarrollo adecuado. Por ello, promover hábitos de descanso saludables es invertir en una sociedad más sana, más equilibrada y más feliz.
Concienciar a los centros escolares
Con el fin de concienciar sobre la importancia del sueño y su cuidado, la Alianza por el Sueño ha organizado la jornada Sueño y aprendizaje: por unos horarios escolares saludables, que ha tenido lugar esta mañana en el Palacio de Congresos de Vitoria.
En ella, diferentes expertos como el Dr. Carlos Egea, neumólogo, coordinador del Grupo Sanitario de la Alianza por el Sueño, coordinador del Año SEPAR 2025/26 de los Trastornos Respiratorios del Sueño y presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES) y el Dr. Gonzalo Pin, coordinador del Grupo Social de la Alianza por el Sueño y coordinador del Comité de Sueño y Cronobilología de la Asociación Española de Pediatría (AEP), han reflexionado sobre cómo padres, educadores, profesionales de la salud y responsables políticos pueden contribuir a promover hábitos de sueño saludables y a alinear los horarios escolares, laborales y familiares con los ritmos biológicos. Además, la alcaldesa de Vitoria-Gasteiz, Maider Etxebarria, también ha estado presente en el acto dando la bienvenida institucional del mismo.
La jornada ha estado protagonizada por el abordaje del sueño como un pilar básico en la salud de la infancia y la adolescencia a través de conferencias, testimonios y mesas de debate multidisciplinares en las que han participado activamente distintos actores de la sociedad implicados en el cuidado del sueño.
Hoja de ruta para los profesionales
Además, el evento ha servido para presentar el Decálogo de propuestas para unos horarios escolares saludables dirigido a los centros educativos, realizado por la Alianza por el Sueño junto con el Grupo Pediátrico de la Sociedad Española de Sueño (SES), el Comité de Sueño y Cronobiología de la AEP y la FESMES. Esta hoja de ruta responde a la necesidad de actuar frente a la realidad que vivimos en nuestros país en torno al sueño, ya que en España se estima una prevalencia del insomnio en adolescentes del 38,5% y en los niños menores de 5 años del 30%1.
Paralelamente a la jornada, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), con la colaboración de la Alianza por el Sueño, ha puesto a disposición de todos los ciudadanos una unidad móvil de screening a pie de calle con el objetivo de informar a la población de la importancia del sueño, situada en la avenida Gasteiz, junto al Palacio de Congresos Europa. En ella, diferentes profesionales de la medicina del sueño han realizado un cribado del sueño a la ciudadanía, que consiste en identificar a través de test diagnósticos y pruebas de aplicación rápida potenciales trastornos de sueño como insomnio y apnea.
Medidas concretas para favorecer un horario escolar saludable
La concienciación y la educación en salud son herramientas esenciales que se deben impartir desde la infancia, con el fin de afianzar hábitos de sueño saludables que perduren a lo largo de toda la vida. Para ello, es fundamental el compromiso, cuidado e impulso de las administraciones públicas, que velen por el bienestar de nuestros niños y jóvenes.
Por ello, la creación del Decálogo de propuestas para unos horarios escolares saludables se produce con el objetivo de ofrecer a los centros escolares una serie de medidas para que puedan desempeñar su labor académica respetando los ritmos biológicos de los estudiantes y, por ende, promover la calidad de su sueño y el rendimiento educativo.
Este decálogo propone organizar la jornada escolar ajustando horarios de inicio y fin, distribuyendo las clases y evaluaciones según los momentos de mayor atención, introduciendo pausas y espacios de descanso, fomentando la actividad física y al aire libre, estableciendo horarios de alimentación adecuados y manteniendo la siesta en la infancia. Asimismo, destaca la importancia de educar desde temprana edad a niños, adolescentes, familias y docentes sobre el sueño y los ritmos circadianos, promoviendo hábitos saludables que mejoren la salud, el bienestar y el rendimiento académico a lo largo de la etapa escolar.
«Garantizar el derecho al descanso»
En base a ello, Dr. Gonzalo Pin ha destacado: «No se trata solo de horarios: hablamos de salud, de aprendizaje, de bienestar y de futuro. En conjunto, estas medidas buscan algo muy sencillo pero fundamental, que es garantizar el derecho al descanso y, con él, el derecho a una educación de calidad y a una vida saludable. Esta es la visión que, desde la perspectiva de la salud, queremos compartir con docentes y familias para llegar entre todos a un consenso. Por ello, es imprescindible que este decálogo no se quede en un documento, sino que se traduzca en políticas y cambios reales en nuestros centros escolares».
Cifras y consecuencias de los trastornos de sueño en niños y adolescentes
En España, cuatro de cada diez menores de entre los 8 y 16 años, no cumplen con las recomendaciones de horas de sueño de lunes a viernes, una realidad que se acentúa sobre todo en los adolescentes, ya que más de la mitad de ellos duerme menos horas de las recomendadas. De esta forma, el 52,4% de los adolescentes van a clase con menos de 8 horas de sueño, lo que repercute en su rendimiento académico y en su capacidad de gestión afectiva y/o emocional.
Además, con la edad, el porcentaje de niños y adolescentes que duermen menos de lo recomendado va aumentando: de tercero de primaria a cuarto de la ESO se dedican 2 horas menos a dormir entre semana. Esta situación se intenta revertir los fines de semana, cuando el 48,1% de la población infantil duerme más horas de las recomendadas, lo que es un indicador indirecto del déficit de sueño que sufren entre semana. Esto es lo que se conoce como el jetlag escolar, que provoca que uno de cada tres escolares pueda presentar síntomas de somnolencia diurna y un cansancio que les impide desarrollar sus tareas y actividades con normalidad y en plenas condiciones.
Una situación preocupante
Estos datos son motivo de una preocupación particular, pues el insomnio durante estas etapas puede tener consecuencias de largo alcance que perduran en la vida adulta. Asimismo, la evidencia científica señala que existe una relación bidireccional entre una mala calidad del sueño continuada y crónica, por ejemplo la provocada por el insomnio, y la aparición de alteraciones de salud de diversos tipos: cardiovascular, endocrino, metabólico, inmune, neurodegenerativo y mental, lo que correlaciona directamente con una mayor probabilidad de sufrir patologías graves a largo plazo, entre ellas infarto de miocardio, ictus, diabetes, obesidad, enfermedad de Alzheimer, ansiedad y depresión. Del mismo modo, los niños y adolescentes con menor duración y calidad de sueño presentan también un mayor sedentarismo, algo que se asocia con mayor adiposidad, peor salud cardio-metabólica, peor forma física y conductas antisociales.
Reducir el consumo de sedantes
A su vez, no hay que olvidar que España se sitúa a la cabeza del consumo mundial de fármacos hipnóticos con alto componente adictivo, y los datos se vuelven más preocupantes entre la población joven: desde 1994 se viene documentando una tendencia al alza en el consumo de hipnosedantes entre los estudiantes de secundaria, con un 19,6% que declaran haberlos consumido en algún momento de sus vidas. De igual manera, otro de los desencadenantes de este aumento de casos se debe al mal uso de las tecnologías, especialmente por la exposición a pantallas en niños y jóvenes antes de dormir.
En palabras del Dr. Carlos Egea, «el consumo de hipnosedantes entre niños y adolescentes altera la arquitectura del sueño, deteriora la función cognitiva, afecta la salud emocional y aumenta el riesgo de dependencia, repercutiendo negativamente en su conducta y rendimiento académico». «Además, tampoco podemos obviar el perjuicio que provoca el abuso de pantallas antes de dormir por parte de los más jóvenes, que provoca hiperactivación cerebral y disminuye la cantidad y calidad del sueño. Por ello, la concienciación y la educación en hábitos de sueño saludables desde la infancia y la adolescencia son esenciales para proteger su bienestar y desarrollo a largo plazo», concluye.