Expertos destacan el potencial del hemograma para el diagnóstico de anemias congénitas, fallos hepáticos y leucemias
El hemograma es la prueba de referencia para la detección de alteraciones en la sangre; si bien necesita de otras pruebas complementarias que permitan confirmar, clasificar y entender el origen de las alteraciones hematológicas
El análisis de la morfología de la sangre periférica es una prueba de laboratorio que proporciona información clave sobre posibles enfermedades tanto hematológicas como no hematológicas. Por medio de una simple gota de sangre, el especialista de Medicina de Laboratorio puede detectar anomalías en su morfología o visualizar células anormales relacionadas con diferentes patologías, desde diferentes tipos de anemia, un fallo hepático o incluso células cancerosas circulando en la sangre, especialmente en leucemias y linfomas.
La Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEMEDLAB) es consciente de que un conocimiento más amplio de estas alteraciones puede contribuir a diagnosticar correctamente a los pacientes, a evitar errores y a aumentar la calidad del laboratorio. Por ello, ha celebrado del 23 al 27 de junio el Curso Virtual sobre Citología de Sangre Periférica; con el objetivo de fortalecer las competencias diagnósticas de los profesionales del Laboratorio Clínico en este campo.
Algunos de los procesos que siguen siendo clave
Aunque las nuevas tecnologías han incorporado herramientas automatizadas para detectar alteraciones hematológicas, la observación microscópica de la morfología celular sigue siendo esencial para orientar el diagnóstico clínico inicial. Así lo indica la presidenta del Comité Científico de SEMEDLAB y directora del curso, la Dra. Anna Merino, quien explica que el análisis de la sangre en el laboratorio puede detectar alteraciones relacionadas con patologías en cualquiera de las tres series hematopoyéticas.
De acuerdo con la facultativa, las tres series hematopoyéticas son la denominada serie roja, constituida por los hematíes y sus precursores, la serie blanca constituida por los cinco tipos de leucocitos maduros (neutrófilos, eosinófilos, basófilos, linfocitos y monocitos) junto a sus precursores y, por último, las plaquetas. «En el laboratorio podemos cuantificar el número de hematíes, leucocitos y plaquetas que circulan en la sangre de los pacientes utilizando equipos que se basan en diferentes tecnologías. Las alteraciones cuantitativas en cualquiera de las tres series hematopoyéticas nos indican enfermedad», ahonda la Dra. Merino.
Un rol técnico, pero también clínico y diagnóstico
La experta destaca que la información que ofrece el análisis cuantitativo y cualitativo de las tres series hematopoyéticas con respecto a la salud de una persona es “extraordinaria”; posibilitando un diagnóstico y, por tanto, un tratamiento más efectivo. Por su parte, la presidenta de la Comisión de Hematología de SEMEDLAB y profesora del curso, la Dra. Maite Serrando, incide en que el profesional del Laboratorio Clínico no solo tiene un rol técnico, sino también clínico y diagnóstico: «Interpreta, valida, colabora y orienta, siendo esencial en el abordaje integral de patologías hematológicas».
Gracias a esta información obtenida en el Laboratorio Clínico es posible la detección precoz de diferentes alteraciones hematológicas. Así, como asevera la Dra. Merino, el análisis morfológico de la sangre permite detectar diferentes tipos de anemia y no solamente las que se deben a la carencia de hierro o de vitamina B12 y ácido fólico, sino otras anemias debidas a causas congénitas y ante las que se debe realizar un estudio familiar por sus implicaciones hereditarias. Asimismo, evidencia su utilidad para detectar posibles infecciones cuyo tratamiento debe ser inmediato, como por ejemplo visualizar los parásitos en la malaria.
Detectar el cáncer antes de que se extienda
Por otro lado, la Dra. Merino sostiene que este análisis es clave en la detección de un fallo hepático inesperado agudo y grave, una intoxicación por plomo u otras enfermedades como la denominada «púrpura trombótica trombocitopénica». Finalmente, incide en que es posible detectar células cancerosas circulando en la sangre, especialmente en leucemias y linfomas. «Ocasionalmente, hemos podido observar células de un cáncer de estómago o de mama en la sangre antes que en su lugar de origen», precisa la facultativa.
En palabras de la experta, el potencial del análisis de la sangre periférica como herramienta diagnóstica es enorme, y, como subraya la Dra. Merino, «pronto podremos detectar el avance de un cáncer y la presencia de un número muy pequeño de células malignas en la sangre antes de que se manifieste en otras localizaciones».
El hemograma, una prueba diagnóstica de referencia
El hemograma, como apunta la Dra. Serrando, es la prueba de referencia indispensable para la detección inicial de alteraciones morfológicas en la sangre. En la ponencia del curso, Criterios de Revisión de Hemogramas, la facultativa aborda la importancia estratégica del hemograma como herramienta diagnóstica, además de promover la revisión crítica de los resultados, y empoderar al profesional del Laboratorio Clínico como agente activo en la atención clínica.
Esta prueba de laboratorio, como explica la Dra. Serrando, permite detectar anomalías en eritrocitos, leucocitos y plaquetas; además de ofrecer una alta sensibilidad con tecnología moderna y la detección automatizada de alertas morfológicas. «Activa revisiones manuales cuando se identifican células inmaduras o patrones sospechosos», describe la experta; quien resalta su utilidad tanto para patologías hematológicas (leucemias, anemias, mielodisplasias) como para afecciones sistémicas.
No obstante, la especialista precisa que el máximo valor diagnóstico del hemograma solo se logra cuando se complementa con otras pruebas morfológicas, bioquímicas e inmunológicas, «que permiten confirmar, clasificar y entender el origen de las alteraciones hematológicas». En particular, destacan otras pruebas esenciales como el frotis de sangre periférica, que confirma las alteraciones detectadas por el hemograma; al igual que el recuento y análisis de reticulocitos, «donde se evalúa la respuesta medular ante anemia», como informa la experta.