Según un estudio realizado por GeSIDA, las ITS se diagnostican en España a edades cada vez más precoces, con independencia del sexo biológico al nacimiento y la orientación sexual

GeSIDA, el Grupo de Estudio del SIDA de la SEIMC (Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica) valora positivamente el anuncio realizado en el Senado por la ministra de Sanidad, Mónica García, de establecer la gratuidad de los preservativos para los jóvenes con edades comprendidas entre los 14 y 22 años, con el claro propósito de favorecer su uso como medida para prevenir la transmisión de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual).

«El preservativo es el método barrera más efectivo con el que contamos hoy día frente a cualquier ITS, como la sífilis, la gonorrea, la clamidia o el VIH, entre otras. Con esta medida se facilitaría que en el grupo de edad donde más se están incrementado el número de casos y que menor poder adquisitivo pueda adquirirlo», destaca la presidenta de GeSIDA, la Dra. Rosario Palacios.

A falta de conocer más detalles sobre esta propuesta anunciada por la ministra de Sanidad, desde GeSIDA se solicita asimismo plantear «una respuesta aún más ambiciosa al gran reto que plantean hoy día las ITS entre los más jóvenes», sostiene la Dra. Palacios. En este sentido, desde este Grupo de Estudio se aboga por fomentar una mayor educación sexoafectiva, recuperar campañas informativas gubernamentales de concienciación como las desarrolladas entre las décadas de 1980 y 1990, incidir en fenómenos como el chemsex (uso de drogas recreativas en contextos sexuales) o en la escasa conciencia de riesgo que existe entre los jóvenes sobre las ITS o la percepción que los jóvenes tienen de la sexualidad a través de los roles que ven recogidos en la pornografía, entre otros.

Los diagnósticos de ITS, en edades más precoces

A colación del anuncio realizado por la ministra de Sanidad, desde GeSIDA se recuerdan los datos de un estudio realizado en nueve hospitales de cinco comunidades autónomas sobre una muestra de 529 casos diagnosticados entre 2018 y 2022. Este estudio confirmó que las ITS se diagnostican a edades cada vez más precoces, con independencia del sexo biológico al nacimiento y la orientación sexual. En concreto, en cuanto a la edad, de los 529 episodios analizados, 20 (casi un 4%) fueron en menores de 15 años (adolescentes precoces); 176 (más de un 33%) fueron en adolescentes hasta los 18 años.

El estudio incluyó los casos de nuevos diagnósticos de las siguientes ITS: VIH o episodio de sífilis durante todo el periodo referido, e infección por C. trachomatis, N.
gonorrhoeae, M. genitalium o Virus herpes simple (VHS) en los primeros 15 días de cada trimestre, durante esos cinco años. La investigación arrojó un 17% de casos en los que hubo al menos una coinfección. VIH, sífilis y gonorrea se asociaron mayoritariamente a adolescentes hombres (en un 81%, 67% y 72% de los casos), mientras que el virus herpes simple (VHS), M. genitalium y clamidia se asociaron con mayor frecuencia a mujeres adolescentes (en el 77%, 86% y 68% de los casos). El VIH se diagnosticó con mayor frecuencia en adolescentes homosexuales (57,6% de los casos), mientras que clamidia y VHS en heterosexuales (58% y 75%).

En sus conclusiones, los autores de la investigación destacaron que era necesario reforzar asimismo la formación del personal sanitario en la atención de adolescentes con sospecha de ITS. Este estudio reveló oportunidades de mejora en la información, manejo y tratamiento de los adolescentes con ITS, y alerta de que el cribado de otras ITS, para descartar coinfecciones, se realiza de forma minoritaria.

Problemas de confidencialidad

Según quedó recogido en el estudio, liderado por la Dra. Cristina Epalza, del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, otro factor importante que estaba detrás de esta alta incidencia de las ITS en adolescentes y adultos jóvenes estaba relacionado con los problemas de confidencialidad del adolescente con el personal sanitario, es decir, la percepción de que no se respetará su intimidad. Asimismo, los factores biológicos hacen que la mujer adolescente-joven sea más susceptible a ciertas ITS, como la clamidiasis. También perjudican los problemas de acceso al sistema sanitario: la necesidad de coger cita, de tener la tarjeta sanitaria, los horarios no adaptados a la vida de un adolescente, o el pago de los medicamentos, entre otros.