Gina Rippon, desmitificando el cerebro femenino
Por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, hablamos de Gina Rippon, una de las neurocientíficas más influyentes a nivel mundial
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia se celebra el 11 de febrero de cada año. Este día lo estableció la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015 con el objetivo primordial de reconocer el papel fundamental que las mujeres y las niñas desempeñan en la ciencia y la tecnología.
Pese a los avances, las mujeres siguen estando poco representadas en el ámbito científico. Según la UNESCO, alrededor del 30% de los investigadores en el mundo son mujeres, y menos del 35% de los estudiantes en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son mujeres.
Por eso, en conmemoración a este día, este artículo trata sobre la profesora Gina Rippon, una de las neurocientíficas más destacadas a nivel mundial en el estudio del cerebro humano, concretamente en la investigación sobre la influencia del género en la estructura y la función cerebral. Durante su carrera, la profesora Rippon ha desafiado la idea de que existen diferencias en el cerebro del hombre y la mujer, abogando por una visión más adaptada e informada de la neurociencia.
Gina Rippon desarrolló sus estudios en neurociencia cognitiva, es profesora de neuroimagen cognitiva en la Universidad de Aston (Birmingham). Su investigación se centra en el uso de tecnologías de neuroimagen para el estudio de la actividad cerebral y poder comprender cómo el entorno moldea el cerebro humano.
Durante su carrera, la científica ha criticado numerosos de los estudios que sostienen que existen diferencias cerebrales entre hombres y mujeres. Publicó un libro, The Gendered Brain (El cerebro con género) en el que argumenta que numerosos estudios que afirman diferencias cerebrales por género han sido malinterpretados por estereotipos sociales.
El cerebro no tiene género
Rippon ha demostrado que el cerebro es altamente plástico y cambia en función de la experiencia y el entorno y, sin duda, esta ha sido una de las principales aportaciones que la científica ha hecho a la neurociencia. Según su investigación, muchas de las diferencias que se han atribuido a la biología son en realidad producto de la socialización y expectativas culturales que se han impuesto desde la infancia.
La científica argumenta que, desde edades tempranas, se exponen a los niños y las niñas a estímulos diferentes, algo que moldea sus cerebros de manera diferente. Estas diferencias no son innadas, sino que se adquieren. Por ejemplo, la forma en que se les educa, los juguetes y las actividades pueden influir en el desarrollo de algunas habilidades cognitivas.
Además, Rippon fue y es muy crítica también en lo que ella denomina “neurociencia rosa y azul”, refiriéndose a los estudios que refuerzan los estereotipos de género mediante afirmaciones sobre diferencias cerebrales. La profesora sostiene que estos estudios carecen de un rigor metodológico y que los resultados suelen ser “sobregeneralizados”.
Asimismo, señala que la ciencia tiene cierta influencia debido a los sesgos de géneros durante generaciones, lo que ha llevado a interpretaciones erróneas y a la conservación de mitos sobre el cerebro humano. Rippon resalta la importancia de utilizar metodologías más rigurosas y considerar el impacto del entorno en el desarrollo del cerebro.
Implicaciones del trabajo de Gina Rippon
Los estudios de investigación de Rippon tienen importantes implicaciones en distintos ámbitos como la neurociencia, la educación y la igualdad de género. Sin duda, su trabajo desafía la idea de la existencia de diferencias innatas en habilidades cognitivas entre hombres y mujeres, algo que refuerza la necesidad de promover oportunidades igualitarias en los campos del conocimiento y del desarrollo profesional.
También, su trabajo ha sido fundamental para desmantelar los mitos que han justificado durante décadas las desigualdades que existen en diferentes ámbitos, tanto en la educación como en el mundo laboral. La evidencia de que el cerebro es maleable y se adapta al contexto social resalta la importancia de crear entornos que fomenten un desarrollo igualitario de habilidades en todas las personas.
Por todo ello, Gina Rippon es una figura clave en la neurociencia contemporánea. Sus trabajos han contribuido en gran medida a cambiar la forma en que entendemos el cerebro humano y ha desmentido algunas creencias erróneas sobre la relación entre la estructura cerebral y el género. Gracias a sus investigaciones y a celebraciones como este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, se está promoviendo cada vez más una ciencia inclusiva y libre de prejuicios.