El insomnio, uno de los factores de riesgo cardiovascular que más afecta a las mujeres
Tener un buen descanso y mantener un patrón de sueño constante puede ayudar en la prevención de enfermedades cardiacas
Los trastornos del sueño, como el insomnio, constituyen uno de los factores de riesgo cardiovascular. De hecho, estudios recientes señalan la asociación entre la falta de sueño y enfermedades como la arterioesclerosis o la fibrilación auricular. Por ello, desde el Movimiento Corazón de Mujer, se advierte de la importancia de tener unas buenas pautas del sueño, sobre todo a las mujeres que es a quien más afectan estos problemas. De esta manera, se permitirá un descanso regular que ayudará al organismo a controlar el metabolismo cardiovascular, los ritmos circadianos y a mantener a las personas activas y sanas durante el día para así tener una buena salud.
Un estudio reciente publicado en la revista Current Cardiology Reports confirma la relación entre insomnio y fibrilación auricular y destaca cómo la mejora de los patrones del sueño puede reducir el riesgo de padecer esta enfermedad cardiovascular. “Es importante trasladar a la población que una buena calidad del sueño ayuda a nuestra salud cardiovascular. De hecho, se estima que puede reducir el riesgo hasta en un 65%, pues, no sólo permite dar descanso a nuestras arterias, sino que nos ayuda a controlar otros factores asociados: el peso, los niveles de azúcar en sangre, la presión arterial, etc.”, explica la doctora Leticia Fernández-Friera, directora de la Unidad de Mujer de ATRIA Clínic e impulsora del movimiento Corazón de Mujer.
Asimismo, otro estudio publicado en la revista de la Asociación Americana del Corazón concluye que las irregularidades del sueño, en particular la duración de este, se asocia con un endurecimiento de las arterias, lo que conlleva más probabilidades de arterioesclerosis, por lo que su regulación podría reducir su riesgo.
Durante el sueño se mejora la función endotelial y baja la presión arterial que, durante el descanso, decrece entre un 10 y un 15% aproximadamente. Esto es de especial importancia, ya que ayuda a reducir los factores asociados al estrés, uno de los principales inductores de los problemas del sueño y que, a su vez, supone una serie de cambios negativos para la salud cardiovascular. “El estrés produce un aumento de catecolaminas, lo que, entre otros, se traduce en una subida de los niveles de tensión arterial y, también, en un incremento de la resistencia a la insulina, que conlleva un mayor riesgo de diabetes. Por último, lleva parejo unos hábitos de vida no cardiosaludables: tabaquismo, dieta desequilibrada, sedentarismo, etc., por lo que es perjudicial para nuestro corazón”, subraya la doctora Fernández-Friera.
Por todas estas cuestiones, y siguiendo con las pautas de la OMS, se recomienda dormir entre 6 y 8 horas de manera reparadora. “Los sueños fragmentados y los despertares nocturnos pueden aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca y arterioesclerosis” comenta la cardióloga de ATRIA Clínic.
Consejos para controlar el sueño y el estrés para favorecer la salud cardiovascular
La Asociación Americana del Corazón incluye el sueño como uno de los factores beneficiosos para la salud cardiovascular, además de una dieta saludable, practicar ejercicio, evitar hábitos tóxicos, controlar la presión arterial y mantener niveles saludables de colesterol y de azúcar en sangre, así como controlar el peso.
Por ello, desde el Movimiento Corazón de Mujer aconsejan cinco recomendaciones para controlar el sueño y el estrés y contribuir así a reducir el riesgo cardiovascular:
- Realizar ejercicio físico de forma habitual: es conveniente la práctica regular y moderada de ejercicio a diario y de dos horas y media a la semana de ejercicio físico vigoroso.
- Introducir técnicas de meditación o relajación durante el día a día: se recomienda realizar una pausa durante la jornada laboral e, incluso, en casa para practicar meditación y relajar la mente, de manera que se alcance un bienestar físico y psíquico que favorezca el sueño. La lectura o escuchar música relajante también pueden contribuir al descanso del cerebro.
- Aprender a relativizar los asuntos cotidianos: conviene priorizar el orden de importancia en los asuntos diarios para distinguir lo urgente de lo importante.
- Llevar una rutina del sueño: es lo que se llama la higiene del sueño e incluye pautas como mantener los mismos horarios al acostarse y levantarse, ya que las rutinas son fundamentales para conseguir respetar un patrón de sueño constante. También se debe procurar la ausencia de luz y ruido en la habitación o evitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de irse a la cama.
- Reducir la ingesta de alcohol para mantener un sueño de calidad: el alcohol y productos como el tabaco actúan como estimulantes en el organismo, por lo que conviene evitar su consumo, sobre todo en las horas previas a acosarse. Además, una dieta equilibrada que incluya una cena ligera ayudará a conciliar el sueño, evitando los despertares nocturnos.