La hipertensión, cómo controlarla
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias mientras el corazón la bombea
La hipertensión, también conocida como presión arterial alta, es una condición médica muy común que afecta a millones de personas en todo el mundo. A veces se le llama el “asesino silencioso” porque puede no presentar síntomas evidentes durante años, pero si no se trata, puede provocar problemas graves como infartos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y daño ocular.
Esta se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y se expresa con dos cifras: la presión sistólica (cuando el corazón late) y la presión diastólica (cuando el corazón descansa entre latidos).
Una lectura normal de presión arterial es de aproximadamente 120/80 mmHg. Se considera hipertensión cuando estas cifras se mantienen de forma constante en 140/90 mmHg o más. Existen distintos grados de hipertensión, y cuanto más alta es la presión, mayor es el riesgo para la salud.
Factores de riesgo y síntomas
La hipertensión puede tener diversas causas. En muchos casos, no hay una causa identificable (hipertensión esencial), pero hay factores que aumentan significativamente el riesgo, como:
- Edad avanzada
- Antecedentes familiares
- Sobrepeso u obesidad
- Consumo excesivo de sal
- Sedentarismo
- Tabaquismo y consumo de alcohol
- Estrés prolongado
- Enfermedades renales u hormonales
Uno de los aspectos más peligrosos de la hipertensión es que por lo general, no presenta síntomas evidentes. Algunas personas pueden experimentar dolores de cabeza, visión borrosa, mareos o zumbido en los oídos, pero estos signos suelen aparecer cuando la presión ya está muy alta.
Por eso, es fundamental medirse la presión arterial periódicamente, especialmente a partir de los 40 años o si se tienen factores de riesgo.
¿Cómo se puede controlar?
Aunque la hipertensión es una condición crónica, sí se puede controlar con una combinación de hábitos saludables, seguimiento médico y, en algunos casos, medicamentos. Algunas recomendaciones clave son:
1. Alimentación saludable
Reducir el consumo de sal, evitar alimentos ultraprocesados y aumentar la ingesta de frutas, verduras, legumbres y granos integrales puede ayudar a mantener la presión bajo control. La dieta DASH (enfocada en reducir la presión arterial) es especialmente recomendada.
2. Actividad física regular
Hacer ejercicio moderado al menos 30 minutos al día, 5 veces a la semana, contribuye a bajar la presión arterial y mejorar la salud general del corazón.
3. Evitar el alcohol y el tabaco
Fumar y beber en exceso elevan la presión arterial y dañan los vasos sanguíneos. Reducir o eliminar estos hábitos es fundamental.
4. Control del estrés
Practicar técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el yoga puede ayudar a reducir la tensión arterial.
5. Medicamentos
En algunos casos, el médico recetará medicamentos antihipertensivos. Es muy importante tomarlos según las indicaciones y no abandonarlos sin consultar.
Sí, la hipertensión es una enfermedad seria, pero con el diagnóstico temprano, cambios en el estilo de vida y tratamiento adecuado, es posible vivir una vida larga y saludable. La clave está en la prevención, el control y el seguimiento médico regular.