La realidad virtual en medicina
La realidad virtual ya no es solo cosa de videojuegos o películas de ciencia ficción
En los últimos años, la realidad virtual ha dado un salto sorprendente al mundo de la medicina, transformando desde la forma en la que los estudiantes aprenden, hasta cómo los pacientes se preparan para una intervención quirúrgica. Aunque sigue en evolución, el impacto de esta tecnología es ya visible en quirófanos, salas de rehabilitación y en facultades de medicina de todo el mundo.
La realidad virtual es una tecnología que permite simular entornos tridimensionales con los que una persona puede interactuar en tiempo real, como si realmente estuviera allí. Se pueden utilizar unas gafas especiales, sensores de movimiento y guantes hápticos que reproducen el sentido del tacto. De esta manera, los usuarios pueden acceder a mundos simulados para explorar, practicar o experimentar diferentes situaciones.
En el campo de la medicina, esto significa tener la posibilidad de observar un cuerpo humano desde dentro, practicar una operación sin riesgos o incluso ayudar a un paciente a superar el miedo a algunas pruebas clínicas.
Formación médica más realista
Una de las aplicaciones más importantes de la realidad virtual en medicina es la formación de los profesionales sanitarios. A diferencia de los métodos tradicionales, que dependen de libros, modelos anatómicos o cadáveres, la realidad virtual permite practicar procedimientos quirúrgicos en entornos simulados que imitan a la perfección el cuerpo humano.
Por ejemplo, un estudiante de medicina puede aprender a hacer una laparoscopia en un entorno virtual interactivo antes de entrar al quirófano real. Así, no solo mejora su confianza y habilidades, sino que también reduce los errores y protege la seguridad de los pacientes.
Asimismo, la realidad virtual ofrece escenarios infinitos. Se pueden simular situaciones de emergencia, reacciones adversas a medicamentos, partos complicados y un sinfín de situaciones que preparan mejor al profesional sanitario para actuar en la vida real.
Cirugías precisas y seguras y terapias efectivas
En los quirófanos, la realidad virtual también está modificando la forma de operar. Gracias a la planificación quirúrgica en situaciones virtuales, los cirujanos pueden estudiar con antelación los detalles del paciente basados en imágenes reales. Esto les permite ensayar el procedimiento antes de coger el bisturí.
Además, la realidad virtual combinada con la realidad aumentada (que superpone información digital en el mundo real), algunos cirujanos pueden ver estructuras internas del cuerpo proyectadas sobre el paciente durante la intervención, mejorando la precisión y reduciendo los riesgos.
La realidad virtual no solo beneficia al profesional médico y al estudiante. También esta mejorando la experiencia de los pacientes, sobre todo en el ámbito de la salud mental y la rehabilitación física.
Por ejemplo, en psicología se utiliza para tratar fobias, estrés postraumático o ansiedad, ¿cómo? El paciente se expone gradualmente a su miedo dentro de un entorno controlado y seguro. Este tipo de terapia se denomina exposición virtual y ha demostrado ser muy efectiva.
También se utiliza en el tratamiento del dolor crónico. Al introducir al paciente en entornos relajantes o entretenidos, su cerebro desvía la atención del dolor, lo que puede reducir la necesidad de analgésicos. Por ejemplo, en pacientes con quemaduras graves, los juegos de realidad virtual han ayudado a disminuir el dolor durante las curas.
En el campo de la rehabilitación, esta tecnología ayuda a personas que se recuperan de accidentes cerebrovasculares, lesiones cerebrales o cirugías a retomar funciones motoras mediante ejercicios virtuales guiados, que además hacen la terapia más motivadora y divertida.
Accesibilidad, desafíos y un futuro cercano
Aunque los beneficios de la realidad virtual en medicina son prometedores, todavía existen barreras. Una es el coste del equipamiento y el desarrollo de software especializado, lo que puede dificultar su adopción en hospitales con menos recursos.
Además, se necesitan más estudios científicos a largo plazo para validar su efectividad en ciertos tratamientos y garantizar que su uso no sustituya el contacto humano, que sigue siendo esencial en el cuidado de la salud.
Por otro lado, la formación de médicos y terapeutas en el uso correcto de estas tecnologías es clave para que su aplicación sea segura y eficiente.
La integración de la realidad virtual en la medicina está creciendo rápidamente. A medida que los dispositivos se vuelven más accesibles y la tecnología más avanzada, es probable que veamos aún más aplicaciones en el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de enfermedades.
Desde aprender a operar sin tocar un bisturí, hasta aliviar el dolor sin medicinas, la realidad virtual está marcando el inicio de una nueva era en la atención médica, una en la que la innovación tecnológica se pone al servicio de la salud, mejorando la calidad de vida de pacientes y profesionales por igual.

