Medicina

La vacuna de GSK contra el herpes zóster proporciona más de una década de protección en adultos de edad superior a 50 años

La eficacia de la vacuna contra el herpes sigue siendo elevada, llegando al 82% al año 11 después de la vacunación inicial

GSK ha anunciado los datos positivos del ensayo de fase III de seguimiento a largo plazo ZOSTER-049, en el que se ha hecho un seguimiento a los participantes durante un periodo aproximado de 11 años tras la vacunación inicial con Shingrix (vacuna recombinante frente al herpes zóster o RZV). Las conclusiones finales del ensayo muestran que esta vacuna mantiene su eficacia frente al herpes zóster durante más de una década en adultos mayores de 50 años. Los datos se presentarán en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID Global, anteriormente conocido como ECCMID), que se celebrará en Barcelona del 27 al 30 de abril de 2024.

El estudio ZOSTER-049, un estudio de extensión de dos ensayos clínicos de fase III en adultos mayores de 50 años (ZOE-50 y ZOE-70), incluye los siguientes resultados:

  • Eficacia acumulada de la vacuna (EV) del 79,7% en adultos de 50 años o más en el periodo comprendido entre el sexto y el undécimo año tras la vacunación (IC 95%: 73,7-84,6).
  • 82% de EV en adultos de 50 años o más en el año 11 (IC 95%: 63,0-92,2), mostrando que la EV anual se mantiene elevada después de la vacunación.
  • 73,1% de EV en adultos de 70 años o más durante el periodo de seguimiento de 6 a 11 años después de la vacunación (IC 95%: 62,9-80,9), mostrando altas tasas de EV en todos los grupos de edad.

Mejora la situación de las personas de mayor edad

El Dr. Javier Díez-Domingo, investigador principal y miembro de FISABIO (Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana) ha comentado que «estos datos finales demuestran una protección continua durante más de una década, manteniéndose su eficacia en niveles altos tanto en el grupo de edad de mayores de 50 como en el de mayores de 70. Las enfermedades infecciosas como el herpes zóster suponen un riesgo significativo para los adultos debido al deterioro natural de nuestro sistema inmunitario, y estos datos representan un gran avance en nuestra comprensión de lo que puede conseguirse a largo plazo en la protección frente al herpes zóster».

Philip Dormitzer, Senior Vice President, Head of Vaccines R&D de GSK, ha afirmado: «Estos datos trascienden los resultados de los tradicionales ensayos de seguimiento, ya que permiten seguir evaluando la eficacia de la vacunación en algunos participantes a medida que alcanzan los 70, 80 y 90 años. Ahora que nuestra vacuna está incluida en numerosos programas nacionales de inmunización de todo el mundo, estos datos se suman al conjunto de evidencia científica sobre la protección a largo plazo frente al herpes zóster y generan una mayor confianza de cara a informar sobre las estrategias públicas de vacunación».

Mantener a raya un problema común

A nivel mundial, el herpes zóster afectará a 1 de cada 3 personas a lo largo de su vida. Son varios los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar herpes zóster, como por ejemplo el tener edad avanzada y/o presentar situaciones de inmunodeficiencia o inmunosupresión, así como otras afecciones crónicas como EPOC, diabetes y asma.

El herpes zóster generalmente se presenta como una erupción en la piel con ampollas dolorosas en el pecho, el abdomen o la cara. El dolor a menudo se describe como agudo, punzante, con sensación de ardor o similar a una descarga eléctrica. Después de la erupción, hasta el 30% de las personas experimentan neuralgia posherpética (NPH), un dolor neuropático que puede durar semanas o meses y, en ocasiones, puede persistir durante varios años. El herpes zóster también se asocia a un importante coste sanitario y humano, pudiendo ocasionar que el 57% de las personas con herpes zóster falten al trabajo una media de 9,1 días.

Continuaremos evaluando datos a largo plazo y realizando estudios en vida real relacionados con la efectividad, eficacia, inmunogenicidad y seguridad de la vacuna en las poblaciones que la tienen indicada, incluidas aquellas con mayor riesgo de padecer herpes zóster, para evaluar una posible necesidad de revacunación en el futuro.

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