Minirriñones humanos en cerdos: una nueva esperanza para los trasplantes
España es un referente mundial en trasplantes, pero cada año miles de personas no llegan a recibir el órgano que necesitan
En todo el mundo, el problema es mucho mayor: millones de pacientes esperan una donación, y las listas no dejan de crecer a causa del envejecimiento de la población. Solo en Estados Unidos, diecisiete personas mueren al día esperando un riñón, y cada nueve minutos se suma un nuevo paciente a la lista.
En este contexto, un equipo de investigadores españoles ha dado un paso decisivo al lograr que minirriñones humanos, creados a partir de células madre, se integren en riñones de cerdo. Este avance podría permitir aprovechar órganos dañados o descartados, y así reducir el tiempo de espera para un trasplante.
Cómo funcionan los minirriñones
Los llamados organoides son pequeñas estructuras que se desarrollan a partir de células madre. Aunque tienen el tamaño de la cabeza de un alfiler, logran organizarse en tejidos con funciones similares a las de los órganos reales. Esto los hace especialmente útiles para estudiar enfermedades, probar tratamientos o, como ahora se ha demostrado, explorar su uso en trasplantes.
El estudio, publicado en la revista Nature Biomedical Engineering, ha sido liderado por la investigadora NuriaMontserrat, del Instituto de Bioingeniería de Cataluña y actual consejera de Investigación y Universidades de la Generalitat. Su equipo, en colaboración con la Universidad de California y la Organización Nacional de Trasplantes, consiguió injertar organoides renales humanos en riñones de cerdo utilizando máquinas de perfusión normotérmica, que mantienen el órgano vivo y oxigenado fuera del cuerpo. Los órganos se reimplantaron después en los animales y demostraron funcionar correctamente, sin rechazo.
Próximos pasos y colaboración internacional
El siguiente reto será aplicar la técnica en riñones humanos que hoy no se pueden trasplantar. Solo en España se desechan más de mil órganos al año por no cumplir los criterios clínicos, y esta tecnología podría servir para regenerarlos o emplearlos en investigación.
Crear organoides que imiten al riñón humano no es sencillo, ya que este órgano contiene 23 tipos diferentes de células especializadas. Los minirriñones desarrollados por el equipo español incluyen ya 19 de esos tipos, un logro notable dadas sus diminutas dimensiones.
El proyecto es fruto de una red de colaboración entre instituciones de Barcelona, A Coruña, Zaragoza y Madrid, que combina el desarrollo celular, los trasplantes experimentales y el análisis inmunológico.
Un futuro más cercano a la medicina regenerativa
Hasta ahora, algunos pacientes han recibido órganos de cerdo modificados genéticamente, con resultados variables. Los organoides humanos podrían ofrecer una alternativa más segura, al permitir órganos más compatibles con el cuerpo humano. Además, la nueva técnica permite fabricar hasta 30.000 minirriñones en un solo experimento, frente a los 40 que se conseguían antes con los métodos tradicionales.
La directora de la Organización Nacional de Trasplantes, Beatriz Domínguez-Gil, recuerda que más de 77.000 personas esperan un riñón en Europa. La diálisis les permite sobrevivir, pero limita su calidad de vida y supone un coste enorme para los sistemas sanitarios. Esta investigación abre la puerta a regenerar órganos y aprovechar los que ahora se descartan, lo que podría transformar el tratamiento de la insuficiencia renal.
Expertos como el médico brasileño Leonardo Riella, de la Universidad de Harvard, destacan el trabajo como un paso “elegante e innovador” hacia la unión de la medicina regenerativa y los trasplantes entre especies. Aunque aún queda mucho por investigar, el estudio demuestra que los organoides humanos pueden integrarse y sobrevivir en órganos de cerdo, un hito que acerca un futuro en el que ningún órgano donado se desperdicie.

