Consejos

¿Cómo afecta a nuestra piel el uso excesivo de cremas?

Exploramos los potenciales riesgos que tiene para nuestra piel un mal uso de cremas y otros productos cosméticos

En la era de la imagen, el uso de cremas para la piel trasciende generaciones, géneros y estatus sociales. Se asume como natural, por tanto, que estas se empleen para hidratar la piel, revitalizarla u ocultar imperfecciones. Sin embargo, con todo beneficio llega siempre una contra. Y es que un error habitual es asumir que cuantos más de estos productos se utilicen mejor será el estado de nuestra piel. La realidad, no obstante, es que las cremas hidratantes responden a necesidades específicas: el paso del tiempo, pérdida de colágeno, cambios en la humedad ambiental o las temperaturas… En definitiva, no pueden utilizarse de forma indiscriminada y sin un motivo aparente. Es por ello que a continuación dejamos varias consecuencias que un mal uso de este tipo de cremas puede tener en nuestra piel:

Resequedad y descamación

Nuestro cuerpo tiene memoria. Si abusamos de la crema humectante y la aplicamos todos los días llegará un momento en que será la propia piel la que deje de producir humedad de forma natural, puesto que asumirá que esta llegará en la forma del susodicho cosmético. De esta forma, la piel se resecará y comenzará a desprenderse y quebrarse, dándole un aspecto escamoso. Esta situación puede alcanzar su nadir con bajas temperaturas. Asimismo, la regeneración cutánea se verá interrumpida, con lo cual se necesitará bastante tiempo para que nuestra piel vuelva a su estado original.

Obstrucción de los poros

La capacidad de absorción de la piel tiene un tope: sobrepasarse con la aplicación de productos implica que los residuos que resten quedarán en la piel, obstruyendo los poros. Esto causa que el sudor y la oleosidad que produce la propia piel no puedan ser secretados y tiendan a acumularse, favoreciendo la aparición de acné. Para las personas con predisposición a sufrir acné esto puede ser especialmente nocivo.

Deterioración de la barrera protectora

Esto es algo que tendemos a olvidar, pero la piel tiene como función principal la protección y el aislamiento. El abuso de sustancias foráneas puede debilitar la capa protectora de la misma, lo cual puede derivar en una mayor irritación e inflamación en primer lugar e infecciones en el caso de sufrir algún corte o herida que dé paso a patógenos y agentes víricos.

Ineficacia de las cremas

Todos estos productos tienen principios activos que los hacen funcionar. Una mala combinación o un abuso de los mismos puede derivar en que estos pierdan progresivamente sus efectos. Para ello, conviene investigar cuales van bien en conjunto y cuales deben utilizarse solos, así como para qué se utiliza cada uno de los principios activos que contienen.

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