Roche
Un origen con propósito
En el corazón de Europa, a orillas del Rin, nació en 1896 una empresa que con el tiempo se convertiría en uno de los grandes nombres de la industria farmacéutica mundial. Roche fue fundada en Basilea por Fritz Hoffmann-La Roche un joven empresario suizo que creía firmemente en la posibilidad de industrializar la producción de medicamentos en un momento en el que la salud aún dependía en gran medida de remedios artesanales.
Así, inspirado por el gran caos provocado por epidemias como la de cólera en Hamburgo, su visión era clara: aportar ciencia y rigor al mundo de la medicina. A finales del siglo XIX lanzó su primer gran producto, un jarabe para la tos con sabor a naranja que se convirtió en un éxito internacional.
Durante las siguientes décadas, Roche no solo sobrevivió a dos guerras mundiales, sino que se consolidó como pionera en el ámbito científico lanzando en 1934 la primera vitamina C sintética producida en masa bajo el nombre de Redoxon.
La compañía entró con fuerza en el mundo de la psicofarmacología a mediados del siglo XX, siendo responsable de las benzodiacepinas como Valium, que marcaron un antes y un después en el tratamiento de la ansiedad y otros trastornos del sistema nervioso. También incursionó en campos como los antibióticos, la oncología y la investigación hormonal, convirtiéndose en un referente global en este ámbito.
Crisis superadas y expansión global de Roche
No todo fue sencillo, ya que en 1976 una explosión química en Seveso, Italia, vinculada a una filial de Roche, puso a prueba su gestión de crisis. Sin embargo, la compañía reaccionó con rapidez y reformuló su estructura organizativa apostando por una diversificación clara en cuatro divisiones: farmacéutica, diagnóstica, vitaminas y químicos finos.
Hoy Roche es una de las mayores firmas biotecnológicas del planeta y líder absoluto en diagnóstico in vitro con más de 100 años de historia, presencia en más de 100 países y una inversión anual en I+D que supera ampliamente los trece mil millones de francos suizos. En este sentido, solo en Europa da empleo a miles de personas y mantiene centros de innovación punteros.
Una de sus apuestas más decisivas fue la compra total de Genentech en 2009, una biotecnológica californiana pionera en terapias innovadoras que reforzó el liderazgo de Roche en oncología, inmunología y enfermedades raras. También, destacan sus colaboraciones estratégicas con empresas japonesas como Chugai y más recientemente con Zealand Pharma, para desarrollar tratamientos contra la obesidad.
La división diagnóstica de Roche se ha vuelto especialmente relevante en la era postpandemia con sistemas como cobas 5800 y test combinados de detección rápida de SARS-CoV-2, gripe y virus respiratorio. Además, ha desarrollado un test innovador basado en el biomarcador pTau217 para la detección precoz del Alzheimer, considerado por la revista TIME como una de las invenciones más destacadas del año.
Nuevos desafíos terapéuticos
En el ámbito farmacéutico, Roche ha sido responsable de avances clave en tratamientos para enfermedades como el VIH, con el primer inhibidor de proteasa aprobado, o en artritis reumatoide con tocilizumab, y continúa apostando por nuevas áreas como la obesidad con su fármaco CT-996 en fase de desarrollo y el prometedor petrelintide con previsión de lanzamiento en 2030.
Por ello, Estados Unidos se ha convertido en un eje estratégico para la compañía. En abril de 2025 Roche anunció una inversión histórica de 50 mil millones de dólares durante cinco años para ampliar su capacidad productiva en territorio estadounidense, una apuesta que generará más de 12 mil empleos directos e indirectos. A esto, se suma la expansión de su planta de producción de dispositivos para monitorización de glucosa en Indianápolis.
Sostenibilidad para Roche
La sostenibilidad y el compromiso social han estado siempre en el ADN de Roche. Reconocida en múltiples ocasiones como una de las empresas más responsables del sector, la compañía impulsa proyectos de salud personalizada, colabora estrechamente con hospitales universidades y gobiernos y trabaja para facilitar el acceso a tratamientos innovadores en todo el mundo.
Un símbolo de su ambición es la Torre Roche II en Basilea el edificio más alto de Suiza con 205 metros de altura, inaugurado en 2022. Un espacio moderno y sostenible que refleja la filosofía de Roche, es decir, combinar ciencia humanidad y visión de futuro.
Con todo esto, Roche no es solo una farmacéutica, sino que es una fuerza global que ha sabido transformar la investigación biomédica en soluciones concretas para millones de pacientes. Un siglo después de su fundación, su misión sigue vigente: mejorar vidas hoy y construir un mañana más saludable para todos.