Solo 1 de cada 4 empresas incluye medidas preventivas de género en su plan de igualdad más allá del embarazo, la lactancia o el acoso sexual o por razón de sexo
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) pide romper con el enfoque supuestamente neutro que utiliza como patrón el trabajo masculino, invisibilizando a las mujeres y en particular los trabajos de cuidados
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), organismo científico-técnico del Ministerio de Trabajo y Economía Social especializado en prevención de riesgos laborales, ha presentado hoy el proyecto “Los planes de igualdad como herramienta para la integración de la perspectiva de género en PRL. Negociación colectiva de los planes de igualdad”, elaborado por las expertas Pilar Frey Martínez y Sandra Rosales Peña. El estudio pone el foco en la escasa coordinación existente entre las áreas de igualdad y prevención dentro de las empresas y la falta de una metodología común para incorporar la perspectiva de género en la gestión preventiva.
En la actualidad, el Registro de Planes de Igualdad (REGCON) cuenta con 25.783 planes inscritos frente a las aproximadamente 33.320 empresas que, por número de personas trabajadoras, están obligadas a hacerlo. Esta cifra, que incluye también planes voluntarios o inscritos por otros supuestos, refleja que alrededor del 23% de las organizaciones todavía no ha registrado su plan de igualdad.
Salud laboral en el diagnóstico
La mayoría de los planes analizados por el estudio del INSST (67%) introducen la salud laboral en su diagnóstico, cumpliendo con la obligación recogida en el Real Decreto 901/2020. Además, el 77% lo hacen dentro de las materias objeto de negociación colectiva. Sin embargo, solo el 26 % desarrolla medidas concretas más allá de la protección al embarazo, la lactancia o el acoso sexual o por razón de sexo. “La integración de la prevención de riesgos laborales en los planes de igualdad tiende a limitarse a los aspectos reproductivos de la mujer, sin abordar suficientemente otras desigualdades estructurales, como la segregación ocupacional, la doble/triple presencia, la corresponsabilidad o los riesgos psicosociales vinculados a estereotipos de género”, ha explicado Frey en una jornada técnica celebrada por el INSST en Barcelona.
Por su parte, Rosales ha insistido en “la necesidad de que las mujeres estén presentes en los espacios de negociación: en los planes de igualdad, pero también en las negociaciones de convenios, en los comités de seguridad y salud… En todos los espacios donde se deciden aspectos que afectan a su seguridad y salud en el trabajo”.
Planes de igualdad
En esta línea, la directora del INSST, Aitana Garí Pérez, ha afirmado en su intervención que, a tenor de los datos recabados en el estudio, “los planes de igualdad, en lugar de ser una herramienta aliada, contribuyen a perpetuar los enfoques falsamente neutros, que bajo la apariencia de universalidad mantienen patrones androcéntricos que invisibilizan los riesgos a los que están expuestas las mujeres y sus problemas de salud laboral; problemas que en demasiados casos siguen siendo infravalorados o directamente ignorados como contingencias profesionales, con la consecuente afectación en la actuación preventiva tanto en los sectores feminizados como en los masculinizados”.
“Tanto la igualdad como la prevención de riesgos laborales deben ser materias transversales e integradas en la gestión de las empresas. Esto permitiría abordar determinados problemas de una forma integral. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la conciliación o con la violencia sexual, que son cuestiones que se han tratado casi siempre desde el ámbito laboral y desconectado de la prevención y ahora sabemos que tienen una gran incidencia en la salud de las trabajadoras”, ha explicado.
Profundización en el marco legislativo
Durante el acto, se ha profundizado en el marco legislativo y conceptual para la integración de la perspectiva de género en la salud laboral, poniendo de relieve las diferencias por sexo y las desigualdades estructurales en el entorno de trabajo. Asimismo, se han analizado determinados sectores masculinizados y se ha destacado la necesidad de contemplar los sectores feminizados y los trabajos de cuidados, tanto del ámbito remunerado como no remunerado, y cómo afectan estos a las mujeres en cuanto a la doble y triple presencia. Por último, se ha destacado la relevancia de aquellos planes de igualdad que realizan diagnósticos exhaustivos, integran diferencias y desigualdades y establecen medidas con indicadores de seguimiento claros.
Con esta jornada, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo subraya la necesidad de avanzar hacia una cultura preventiva que reconozca las diferencias y desigualdades de género y que supere el enfoque neutro tradicional, promoviendo políticas y prácticas que garanticen la seguridad y salud de todas las personas trabajadoras.

