SVR Labs
SVR, seis décadas de innovación dermocosmética desde el corazón de Francia
Un origen humilde con vocación científica
En 1962, en una pequeña farmacia parisina, Simone y Robert Véret, una pareja de farmacéuticos visionarios, decidieron que la ciencia podía transformar no solo la salud de la piel, sino también la manera en la que las personas se relacionaban con ella. Así nacía Laboratorios SVR, una marca que desde el inicio apostó por un principio pionero con fórmulas dermatológicas altamente concentradas en principios activos, pero siempre con una tolerancia óptima para incluso las pieles más sensibles.
El apellido Véret se convirtió pronto en sinónimo de rigor, cercanía y confianza. La farmacia en la que todo comenzó pasó a ser un punto de referencia local, y con el paso de los años, el proyecto familiar trascendió fronteras, manteniendo siempre ese espíritu original de combinar eficacia y seguridad.
La segunda generación, basada en consolidación y expansión internacional
Con la llegada de la segunda generación de la familia, SVR dejó de ser un secreto de barrio para convertirse en una marca reconocida en el mercado francés de dermocosmética. Fue entonces cuando se comenzó a trabajar en gamas específicas que respondieran a problemas concretos, abarcando desde la piel seca y atópica hasta el acné o la hiperpigmentación.
La consolidación llegó acompañada de un cambio de escala, ya que SVR entró en farmacias y parafarmacias de todo el país, y pronto empezó a exportar. Hoy, sus productos se comercializan en más de 45 países, con una sólida reputación en Europa, Asia y Oriente Medio.
Gamas dermatológicas
SVR no se presenta como una marca de cosmética genérica, sino como un laboratorio especializado. Su portafolio está dividido en líneas que responden a necesidades muy concretas:
- Topialyse, pensada para pieles atópicas, secas o con tendencia a eccema, se ha convertido en un básico recomendado por dermatólogos.
- Xérial, enfocada en la sequedad extrema y la descamación, utiliza altas concentraciones de urea estabilizada para restaurar la piel.
- Sebiaclear, diseñada para pieles grasas y acneicas, combina activos seborreguladores con un enfoque suave y eficaz.
- Clairial, específica para tratar manchas y la pigmentación irregular.
- Liftiane e Hydracid, gamas antiedad con potentes antioxidantes y moléculas innovadoras que actúan sobre arrugas y pérdida de firmeza.
Cada gama refleja la filosofía SVR, es decir, usar altas dosis de activos dermatológicos, avalados científicamente, sin comprometer la tolerancia cutánea.
Lo que distingue a SVR de otros laboratorios dermatológicos es su empeño en no sacrificar el placer de uso. Los productos no solo tratan la piel, sino que también buscan ofrecer texturas agradables, fragancias suaves y fórmulas que inviten a la constancia en el cuidado. Para la marca, un tratamiento dermatológico no tiene por qué ser frío ni distante; puede ser también una experiencia cotidiana de bienestar.
Así pues, en un momento en que la industria cosmética se enfrenta al reto de la transparencia y la sostenibilidad, SVR ha tomado una posición clara. Sus fórmulas se desarrollan bajo estrictos criterios de seguridad, puesto que trabajan mano a mano con dermatólogos, alergólogos y toxicólogos para garantizar que sus productos evitan ingredientes controvertidos como los disruptores endocrinos o ciertos alérgenos.
Además, la compañía ha reforzado su compromiso con el medio ambiente. Evalúa la biodegradabilidad de sus activos, fomenta envases más responsables y busca reducir al máximo su huella ecológica, sin perder la eficacia que caracteriza a la marca.
Una marca recomendada por profesionales
SVR ha logrado convertirse en una referencia tanto para consumidores como para especialistas. Dermatólogos, pediatras y farmacéuticos la recomiendan como una alternativa que equilibra ciencia, eficacia y tolerancia. Esa credibilidad es fruto de más de 60 años de trabajo constante, avalado por estudios clínicos y pruebas rigurosas que sustentan cada lanzamiento.
Lo que comenzó como un sueño de Simone y Robert Véret en una farmacia parisina es hoy una marca global, reconocida por su capacidad de innovación, su compromiso con la piel sensible y su visión a largo plazo. A pesar del crecimiento, SVR conserva su esencia, es decir, la de una empresa familiar que entiende la piel como algo más que una superficie estética, como un reflejo de salud y bienestar.
“No vendemos simplemente cosméticos; ofrecemos soluciones que combinan belleza, salud y placer”, repite con frecuencia la marca, resumiendo una filosofía que, más de sesenta años después, sigue siendo su motor.