Un estudio de GeSIDA aborda el problema de la soledad y del aislamiento social en las personas mayores de 50 años que viven con VIH en España
Las personas con soledad e aislamiento social suelen vivir solas sin desearlo, tener depresión y enfrentar a un mayor estigma por VIH
Un estudio realizado entre profesionales de GeSIDA de 22 centros hospitalarios de toda España ha puesto de manifiesto el problema de la soledad y/o del aislamiento social en las personas mayores de 50 años que viven con VIH. Estos datos se extraen del estudio No One Alone llevado a cabo por expertos vinculados al Grupo de Estudio del SIDA (GeSIDA) de la SEIMC (Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica) y que recientemente se han publicado en la revista de la British HIV Association (HIV Medicine).
Características demográficas y perfil de los participantes que presentan soledad y aislamiento social
Para la realización de esta investigación se han seleccionado 399 personas que viven con VIH con 50 o más años, de las que el 77,4% eran hombres y con una edad media de 59,9 años. El 86% habían nacido en España, el 86,7% vivían en zonas urbanas, el 56,4% contaban con estudios secundarios o superiores y el 4,5% vivían solas contra su voluntad. De este total, el 66,9% habían contraído el VIH por transmisión sexual, con una mediana de 22,9 años desde el diagnóstico.
El 90,7% tenía el VIH controlado (carga viral inferior a 50 copias/ml) y el 93,5% tenía una adherencia al tratamiento antirretroviral superior al 95%. Por otro lado, el 29,1% y el 21% manifestaron síntomas significativos de ansiedad y depresión, respectivamente, el 24,3% también expresó tener problemas de movilidad y el 40,8% dolor. El 10,0% de los participantes presentaba soledad, el 5,8% aislamiento social y el 6,5% ambos.
Se identificó que tener entre 50 y 59 años, estar desempleado o jubilado, vivir solo sin desearlo, estar soltero, tener una mala calidad de vida, la presencia de ansiedad significativa y de un mayor grado de estigma relacionado con el VIH se asociaron con la soledad. Por su parte, un nivel educativo más bajo, vivir solo sin desearlo y tener síntomas depresivos significativos se asoció con el aislamiento social. Las personas que vivían solas sin desearlo, que presentaban síntomas depresivos significativos y que experimentan un mayor grado de estigma relacionado con el VIH presentaron un mayor riesgo tanto de soledad como de aislamiento social. El estudio concluye que es necesario desarrollar estrategias para la detección y el manejo de la soledad y el aislamiento social en personas que viven con VIH mayores de 50 años.