Investigación

Un hombre con párkinson vuelve a caminar gracias a una prótesis neuronal

A Marc Gauthier le diagnosticaron párkinson precoz, quizá muy precoz. Cuando tenía 36 años empezó a tener problemas de movimiento y coordinación, dando paso a los temblores y la rigidez.

Hace bastantes años, le hicieron un doble implante en el cerebro, por un lado, le instalaron un generador de dopamina, un neurotransmisor clave para el movimiento, y por otro lado, un estimulador cerebral profundo en los ganglios basales. Marc tuvo una importante mejoría pero, tras un tiempo, las caídas volvieron y se agravaron, dándole incapacidad para poder levantarse y bloquearse mientras caminaba. El hombre llegó a coger miedo a las escaleras, ya que le parecía un suplicio subir los primeros escalones.

Pero hace dos años, un equipo de investigadores implantó una nueva neuroprótesis en el cerebro de Marc y ahí comenzó su nueva vida. Entre los investigadores, se encuentra Eduardo Martín Moraud, científico español que, junto con el neurocientífico Grégoire Courtine y la neurocirujana Jocelyne Bloch, llevan años investigando cómo ayudar a las personas parapléjicas a volver a caminar.

Primero, empezaron a estudiar con ratas y tras ver el funcionamiento, probaron la manera de puentear las lesiones medulares que sufrían algunos monos. Tras validarlo en animales, los investigadores probaron en humanos con resultados positivos en 2018. El año pasado, el equipo consiguió que tres personas parapléjicas volviesen a caminar tras una operación.

Implante en párkinson

Después de muchos años investigando y trabajando con este tipo de pacientes, este sistema podía utilizarse para personas que padeciesen párkinson, aunque esta enfermedad no tenga mucho que ver con una paraplejia, “independientemente del origen del problema, todo control de las piernas pasa por la médula. En un caso no llega información al cerebro porque está seccionada, en el otro sí baja la información, pero es anómala”, explicó Eduardo Martín.

Existe un conjunto de neuronas motoras que se encuentran en la zona baja de la espalda, estas son las encargadas de ordenar a los músculos de las piernas que se activen y se muevan. Además, estas mismas reciben información de las piernas y la envían hacia la médula para arriba. Así, la estimulación epidural ha conseguido más o menos corregir esa información errónea que llegaba de la corteza motora cerebral.

Hace dos años, Marc Gauthier ingresó en NeuroRestore con graves problemas en su sistema locomotor, por ejemplo, había veces en las que quería levantarse de una silla pero sus piernas no respondían, se caía varias veces al día e incluso era prácticamente imposible andar unos metros sin detenerse.

Tras el implante, Marc estuvo seis meses en Suiza para ver que el sistema y él pudieran entrar en un programa intensivo de rehabilitación. Así, después de esos meses y tal esfuerzo, Marc ha viajado, ha hecho caminatas, sube escaleras sin miedo y se levanta de la silla sin caerse. Este, utiliza la neuroprótesis más de ocho horas al día, solamente la apaga cuando está un rato sentado o cuando se va a dormir. Cada seis meses tiene que acudir a Suiza a revisión, pero hoy en día, Marc hace una vida prácticamente normal.

El equipo de investigadores asegura que el párkinson es una enfermedad heterogénea que puede desarrollar los problemas motores en fases muy avanzadas o desde el principio. Por eso ven la necesidad de probar este implante en más pacientes. Tienen previsto a principios de 2024 seleccionar a seis candidatos para la segunda fase y, si sale bien, continuar con una tercera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *