10 curiosidades médicas del pasado
A lo largo de la historia, la medicina ha sido un mundo de descubrimientos brillantes y a su vez de prácticas insólitas que hoy en día nos parecen impensables
En épocas donde el conocimiento sobre la ciencia era limitado y la superstición sin embargo abundaba, el ser humano se valía de lo que tenía a mano para tratar los males (plantas, animales, minerales, etc.).
Algunas de estas prácticas nacieron de la observación y, sorprendentemente, dieron lugar a tratamientos efectivos. Otras, en cambio, surgieron de la desesperación, la ignorancia o las creencias religiosas y culturales más arraigadas, resultando más peligrosas que curativas.
A continuación, vamos a explorar algunas de esas curiosidades médicas del pasado que combinan lo absurdo con lo ingenioso, siendo testimonio de lo que es la creatividad humana y de lo mucho que se ha avanzado (por suerte) en el cuidado de la salud.
1. El cerebro: ese gran desconocido
Durante gran parte de la historia, el cerebro fue subestimado. Hipócrates fue uno de los primeros en intuir su relación con el pensamiento, pero Aristóteles insistía en que su función principal era enfriar la sangre caliente del corazón, que consideraba el verdadero centro de la inteligencia. Esta idea influyó durante siglos en la medicina occidental.
2. “Miel cadavérica”: una receta de longevidad en China
En algunos textos chinos antiguos se menciona una supuesta práctica en la que personas ancianas se ofrecían como “donantes” para una momificación viviente: se alimentaban exclusivamente de miel hasta morir, tras lo cual sus cuerpos eran sumergidos en tinajas llenas del mismo ingrediente. Después de décadas, el “jarabe humano” se vendía como medicina milagrosa. No hay evidencia sólida de que esta práctica se realizara a gran escala, pero solo la idea es suficiente para dejar a cualquiera boquiabierto.
3. Beber huesos humanos triturados
En la Europa renacentista, no era raro consumir huesos pulverizados, cráneos molidos o grasa humana como parte de tratamientos médicos. Era el llamado “canibalismo medicinal” y fue impulsado por la creencia de que la esencia vital de los muertos podía transferirse a los vivos. Irónicamente, estas prácticas eran comunes entre las clases altas y la nobleza.
4. Enemas de humo de tabaco: reanimación por vía rectal
En el siglo XVIII, los rescatistas de personas ahogadas en el río Támesis usaban enemas de humo de tabaco como método de resucitación. Se creía que el humo estimulaba la respiración y el ritmo cardíaco. Se usaban kits especiales con fuelles, y el procedimiento llegó a estar presente en estaciones médicas fluviales hasta que se abandonó por completo en el siglo XIX (menos mal).
5. Máscaras de peste con pico: funcionales y terroríficas
Durante las pandemias de peste bubónica en Europa, los médicos usaban las famosas máscaras en forma de pico, que rellenaban con hierbas aromáticas, vinagre o especias. Aunque no protegían contra las bacterias (cuyo descubrimiento vendría siglos después), sí ayudaban a bloquear los malos olores, considerados en ese entonces la causa de la enfermedad según la teoría miasmática. Hoy en día esas máscaras suelen utilizarse para disfraces de Halloween o carnaval.
6. Sangre menstrual como remedio
En algunas culturas antiguas, la sangre menstrual era considerada poderosa. En Egipto y Roma se le atribuían propiedades curativas y se usaba en pociones o ungüentos. También se creía que podía purificar, fertilizar los campos o repeler enfermedades, aunque con el tiempo esta percepción cambió hacia tabúes más represivos.
7. Beber veneno como entrenamiento
En la India y Persia, existían los llamados “mitridatistas”, personas que consumían pequeñas dosis de venenos con el fin de desarrollar inmunidad (¿?). El nombre proviene del rey Mitrídates VI del Ponto, quien supuestamente tomaba veneno a diario para evitar ser asesinado. Paradójicamente, según la leyenda, cuando intentó suicidarse para evitar la captura, no pudo morir por envenenamiento.
8. Urinoterapia: el oro líquido de la antigüedad
En la medicina ayurvédica y en prácticas de algunas tribus africanas, la orina, especialmente la primera del día, se bebía por sus supuestos efectos curativos. También se aplicaba en la piel para tratar eccemas o quemaduras. Aunque en contextos modernos algunas personas siguen promoviendo esta práctica, no existe evidencia científica suficiente que respalde sus beneficios.
9. Insectos como medicina viva
En la medicina tradicional china y en otras culturas asiáticas, se han utilizado insectos como cucarachas secas, gusanos de seda o escarabajos para tratar distintas dolencias. Por ejemplo, el “gorgojo chino” se popularizó como supuesta cura para el asma, diabetes y hasta el cáncer. Hasta hoy, ciertos remedios tradicionales siguen usando preparados a base de insectos.
10. Curación por amuletos
En la Edad Media europea, muchos pacientes portaban amuletos, piedras o reliquias sagradas para protegerse de enfermedades. Algunos contenían palabras grabadas, fragmentos de huesos de santos o incluso uñas y cabello. Se pensaba que tenían poder espiritual para alejar el mal… o la peste.