10 hábitos saludables que pueden alargar tu vida según la ciencia
En este artículo exploramos los hábitos de vida más saludables para nuestro cuerpo y organismo
Mantenerse saludable y poder vivir más años no es solo cuestión de genética o de suerte, también hay que adoptar hábitos saludables que la ciencia ha mostrado que son beneficiosos para la longevidad. A continuación, hablamos de los 10 más importantes:
1. Mantener una alimentación equilibrada
Según numerosos estudios, una dieta rica en verduras, frutas, proteínas magras, grasas saludables y granos integrales puede reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Asimismo, se recomienda reducir el consumo de azúcares refinados y como no, los alimentos ultraprocesados, optando por opciones naturales y frescas.
2. Realizar ejercicio físico regular
Hacer actividades físicas con regularidad, al menos 2 horas y media de actividad moderada a la semana, está asociado con una mayor esperanza de vida y un menor riesgo de padecer enfermedades del corazón o incluso cáncer. Además, el entrenamiento de fuerza y el yoga pueden mejorar la flexibilidad, la resistencia y la salud de los huesos.
3. Dormir lo suficiente y necesario
El sueño es muy importante. Dormir entre 7 y 9 horas diarias mejora el sistema inmunológico, el metabolismo y la salud cerebral, lo que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. La higiene del sueño es fundamental en nuestras vidas, hay que evitar pantallas antes de acostarse e intentar mantener un horario regular, cosas clave para tener una buena calidad del sueño y del descanso.
4. Manejo del estrés
El estrés crónico contribuye al envejecimiento celular y además aumenta el riesgo de enfermedades. El yoga, la meditación y la respiración profunda son herramientas útiles y clave para poder controlarlo. También, mantener un equilibrio entre la vida personal y laboral favorece la reducción de los niveles de estrés.
5. Socializar y mantener vínculos afectivos
Las relaciones sociales de calidad se atribuyen a una mayor longevidad y a un menor riesgo de depresión. Tener amigos o una red de apoyo mejora significativamente la salud mental y emocional de las personas. Por lo tanto, es bueno participar en actividades comunitarias o mantener contacto con seres queridos.
6. Evitar el tabaco y el exceso de alcohol
Fumar y beber de manera excesiva alcohol están relacionados con muchas enfermedades, como el cáncer o las enfermedades hepáticas. Por ello, reducir o eliminar por completo estos hábitos mejora bastante la esperanza de vida. Se pueden sustituir por otros hábitos completamente saludables, como el ejercicio o leerse un libro.
7. Hidratarse bien
Beber la suficiente cantidad de agua ayuda a mantener el funcionamiento adecuado de los órganos, favoreciendo la desintoxicación y mejorando la salud de la piel. Como traté en el artículo anterior ¿Cuánta agua hay que beber al día?, se recomienda según la persona beber una cantidad de litros diarios.
8. Estimular el cerebro
Mantener el cerebro y la mente activo a través de la lectura, juegos de pensar y aprendizaje continuo puede prevenir el deterioro cognitivo y reducir el riesgo de enfermedades como el Alzheimer. También aprender nuevos idiomas o aprender a tocar un instrumento musical son ejemplos que sin duda fortalecen la agilidad y salud mental.
9. Exponerse al sol moderadamente
La luz solar es imprescindible para la producción de vitamina D en nuestro cuerpo, además de ser necesaria para la salud ósea e inmunitaria. Pero es importante hacerlo con precaución para evitar enfermedades dermatológicas o el cáncer de piel. Lo recomendable es exponerse al sol durante unos 10-30 minutos al día en horarios seguros y utilizar siempre protección solar.
10. Acudir al médico a realizar revisiones
Realizar revisiones médicas de manera periódica ayuda a detectar enfermedades en etapas tempranas, algo que aumenta las posibilidades de tener acceso a un tratamiento exitoso y prevenir complicaciones. Siempre hay que consultar con un médico ante cualquier síntoma de sospecha, y realizar revisiones rutinarias que puedan marcar la diferencia en la prevención de enfermedades.
En resumen, adoptar estos hábitos no solo aumenta la longevidad, sino también mejora la calidad de vida de las personas. Así que nunca es tarde para empezar a hacer cambios positivos en nuestras rutinas y por lo tanto, en nuestra salud.