Un correcto abordaje del acné podría ayudar a prevenir enfermedades futuras como la depresión
El acné es una de las enfermedades inflamatorias cutáneas más frecuentes en la población, causando un gran impacto emocional y psicológico.
Cuando hablamos de acné solemos asociarlo a la adolescencia. Lo relacionamos con una patología de elevada incidencia y propia de edades tempranas, donde las hormonas se alteran y producen este proceso fisiológico que impacta tanto en la imagen y el físico de quienes lo padecen. Sin embargo, el acné es una enfermedad que se puede manifestar a cualquier edad, y como tal debemos tratarla.
El acné se enmarca dentro de las enfermedades inflamatorias cutáneas con más prevalencia entre la población. Tal y como se desgrana en un estudio publicado por la Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV, por sus siglas en inglés) el pasado mes de octubre, casi el 70% de los adolescentes lo padecen, y el 30% de las mujeres y el 7% de los hombres con más de 25 años lo sufren. A pesar de su alta prevalencia en la pubertad y adolescencia, esta patología puede afectar en distintas edades, incluso también en el periodo prenatal.
El acné no solo afecta en lo físico, dejando marcas en la piel que pueden durar toda la vida si no se realiza un correcto tratamiento. Lleva consigo también un importante estigma asociado, afectando a la salud emocional y psicológica de los pacientes, pues tiene un profundo impacto en cómo se percibe a los individuos que lo padecen en entornos sociales. La afectación emocional de quienes tienen acné o de aquellos que lo han superado es tan fuerte que en ocasiones puede derivar en importantes problemas relacionados con la salud mental, como es la depresión. Así lo han manifestado las expertas que han participado en el último webinar Acné: diagnóstico, tratamiento y cuidados en las distintas edades celebrado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería (CGE), con la colaboración de CeraVe.
«Informar y formar»
Durante hora y media de formación, expertas en la materia han hablado de los cuidados de la barrera cutánea y, en concreto, de los diversos tipos de acné que podemos encontrar en distintas edades y etapas de la vida, donde las mujeres adultas pueden llegar hasta un 50% de prevalencia. No es hasta después de la menopausia donde estos datos disminuyen de forma más significativa, tal y como explica Teresa Truchuelo, dermatóloga del Hospital San Rafael, en Madrid. Estas expertas han enfatizado en los diferentes tratamientos y herramientas que transmiten a los pacientes para hacer un correcto abordaje de esta patología, donde la enfermería cuenta con un papel esencial educando en salud y potenciando el autocuidado de los pacientes.
«Esta formación sirve para incidir en la importancia de la enfermería como promotoras de la salud, porque las enfermeras, como profesionales más cercanos a los pacientes, tenemos la obligación de informar y formar a las personas en todas las cuestiones vinculadas a su salud, prestando especial atención a la adecuación de esos cuidados en todas las etapas de la vida y en todas las edades de la misma. En concreto, su labor en el cuidado de la piel, que es en muchos casos desconocido por la población, quienes le restan importancia sin tener en cuenta las graves consecuencias y el alto impacto que puede llegar a tener un inadecuado cuidado, especialmente en el tratamiento del acné, donde un autocuidado erróneo puede dejar marcas y huellas que deriven en otras enfermedades de especial gravedad», afirma Pilar Fernández, directora de ISFOS.
Acné en todas las edades
«El acné es una de las enfermedades inflamatorias cutáneas más frecuentes que tenemos en la consulta de Dermatología y tiene un impacto muy importante para la calidad de vida de los pacientes porque muchos lo sufren en silencio. En ocasiones los pacientes le restan importancia a la enfermedad y esto les hace no trasladar sus dudas a la consulta, pero realmente esta patología tiene una gran afectación emocional y psicológica en quienes la padecen, y esto justifica totalmente el tratamiento del mismo», apunta la dermatóloga.
El acné es una enfermedad de la glándula pilosebácea que se caracteriza por un exceso de producción de grasa, una obstrucción folicular y una presencia bacteriana. Estos elementos no son exclusivos de la adolescencia, como culturalmente se ha creído. Puede afectar a ambos sexos en diferentes edades de la vida. «El adolescente puede llegar a unas frecuencias de un 70% o incluso más porcentaje de afectación. Es cierto que, aunque va disminuyendo con la edad, el acné en la mujer adulta presenta unos porcentajes también muy altos. En la pubertad puede presentarse de forma más severa, intensa y con lesiones más cicatriciales, sin embargo, en el caso de la mujer y el hombre adulto también afecta con lesiones molestas y dolorosas o persistentes e inflamatorias, en el caso de las mujeres, donde puede empeorar a lo largo del ciclo menstrual o impactando incluso en sus relaciones sociales», sigue Truchuelo.
Abordaje y tratamientos
Es importante recalcar que el acné no se produce por una falta de higiene en las diferentes zonas corporales donde puede manifestarse. «Es crucial explicar que hay que tener una correcta higiene dos veces al día, por la mañana y por la noche, sin realizar una fricción excesiva para no conseguir un efecto contrario al deseado. Para tratar el problema del acné al paciente hay que educarle y concienciarle sobre los correctos cuidados que debe seguir con el objetivo de empoderarle y así obtener los resultados esperados», cuenta Carolina Lázaro, enfermera de Dermatología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, en Madrid.
El abordaje enfermero en el cuidado del acné es muy amplio. No solo hacen promoción de la salud, sino también educan al paciente para potenciar el autocuidado y hacerle partícipe, protagonista y autónomo en los mismos. «Una vez diagnosticado, el paciente acude a la consulta enfermera para afianzar los conocimientos sobre el tratamiento pautado. En ocasiones los pacientes salen atorados de las consultas y no saben qué pasos seguir. Las enfermeras les dejamos que se expresen, que planteen sus dudas y comenzamos el abordaje. Corregimos pautas, hábitos de limpieza, les aconsejamos sobre los mejores productos que pueden usar… Nosotras reforzamos la información, empoderamos al paciente y ofrecemos esa educación sanitaria para que el paciente sea independiente de sus propios cuidados», sigue la enfermera.
Un problema en el que influyen muchos factores
Además, en el abordaje del acné hay que tener en cuenta que influyen otros factores más allá de la higiene. «Hay que estudiar cada caso en particular. Hay pautas que valen para todo el mundo, como es la correcta higiene, el uso de protección solar o una correcta dieta y alimentación. Pero, por ejemplo, en el caso de los hombres, los cuidados son más específicos. A la hora del afeitado siempre les recomendamos que lo hagan si es absolutamente necesario, ya que traumatiza mucho la piel acneica. En ese caso deben ablandar la barba con agua tibia y deben intentar hacerlo con maquinilla para evitar cortes», puntualiza Lázaro.
Otro de los aspectos esenciales en el tratamiento del acné es que la limpieza se adecúe a cada tipo de piel para optimizar los resultados. «Lo primero es saber que no todos los granos son acné, hay otro tipo de lesiones que se pueden confundir. A su vez, cuando estamos ante un acné, este puede ser de distintos tipos. Incluso podemos presenciar un acné de tipo neonatal, que se caracteriza por su desaparición de forma espontánea en la preadolescencia. También está el acné caracterizado por una explosión hormonal o el que depende de la carga genética de cada paciente, donde su expresividad es totalmente variable. Tanto en adolescentes, como en hombres o mujeres el acné puede llegar a estar relacionado con otras patologías relacionadas con la piel. Hay ciertos casos donde sería necesaria la realización de algún estudio para descartar que debajo no haya alguna patología endocrinológica subyacente», explica Truchuelo.
Individualizar los tratamientos del acné
Los distintos tratamientos dependerán de cada caso en particular, y pueden ir desde una buena rutina dermocosmética hasta tratamientos médicos, incluyendo tópicos y sistémicos (aquellos que recomendamos por vía oral). «Dependiendo de los grados de acné hay un tipo de tratamiento. En los casos más leves, donde hay menos lesiones, la clave es tener una buena higiene por el día y la noche, seleccionando un producto suave a nivel de limpieza pero que incorpore elementos que nos ayuden a reducir las imperfecciones, y también es importante aplicar hidratantes que sean no comedogénico y que los apliquemos por la noche, en caso de que lleven ácidos, y por último por la mañana debemos aplicar protección solar para completar la rutina», explica Mercedes Abarquero, scientific medical manager de L’Oreal Dermatological Beauty en España.
Y añade: «En el caso de acné más severos, los dermocosméticos ayudan a mejorar el cumplimiento del tratamiento farmacológico, ya que el correcto protocolo de cuidado diario ayuda a reducir el impacto sobre la barrera cutánea. Por ello es clave la individualización de la higiene y el tratamiento hidratante diario en función del tratamiento médico, el nivel de imperfecciones y el estado de la barrera cutánea».
Mejorar la calidad de vida de los pacientes con acné
Isabel Castillejo, directora del área Medical para L’Oreal Dermatological Beauty, ha destacado el compromiso de CeraVe para ayudar a «contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas a través del cuidado de la piel; donde la enfermería juega una importancia en el seguimiento y cuidado de estos pacientes. Por ello, estamos muy orgullosos de continuar el proyecto bajo el lema En la piel de la enfermera. Un proyecto que nació en 2021 y que este año abordamos con más ilusión tras el éxito en las diferentes acciones de formación como el webinar llevada a cabo hoy, así como el desarrollo de infografías y vídeos animados. CeraVe propone cuidados dermocosméticos desarrollados con dermatólogos gracias a las ceramidas y la asociación de la tecnología MVE, una tecnología exclusiva que permite la liberación gradual de sus activos, ayudando a restaurar la barrera cutánea».
«Por último, la Beca En la Piel de la Enfermera, desarrollada en colaboración con el Consejo General de Enfermería y el instituto ISFOS, es una muestra más de nuestro compromiso con el colectivo de la enfermería para ayudar al desarrollo de iniciativas que tengan impacto en la sociedad. Agradecemos a todos los participantes en la última edición de la Beca, donde el proyecto ganador fue destinado a mejorar la calidad de vida en pacientes con discapacidad intelectual, trabajando la prevención y los cuidados y favoreciendo su autonomía. En unos meses será convocada la cuarta edición, a la que os animo a participar con vuestros proyectos. Es un verdadero orgullo para CeraVe continuar con nuestro compromiso con los profesionales de la salud y en especial con el colectivo de enfermería», concluye.
Impacto en la salud mental
Las afecciones de la piel generan un gran estigma y van asociadas a complejos en los pacientes que las padecen. En concreto, las lesiones que deja sobre el rostro el acné, tanto en su fase aguda como tras la superación de la enfermedad, pueden perjudicar la autoestima y la confianza a tal punto que pueden derivar en enfermedades como la depresión o la ansiedad.
Para tratar los complejos y manejar el estigma asociado a esta afección, las enfermeras desempeñan un rol imprescindible, no solo por su formación, sino por su cercanía con el paciente. Tal y como explica Lázaro: «Es importante no pasar por alto este tema y tener empatía, pues es una patología que condiciona mucho la vida de los pacientes. En el caso de los adolescentes ya es complicado por la etapa de la vida en la que se encuentran, pero, además, muchos se acaban aislando porque reciben burlas y no quieren salir de casa. En el caso de las mujeres adultas también es un problema que les afecta en sus relaciones sociales porque les condiciona de cara a sus iguales, especialmente en las situaciones laborales, tanto que muchos pacientes adultos acaban teniendo depresión».
«Nosotras como educadoras debemos gestionar esto bien y darle la importancia que merece a cada paciente. Debemos ofrecerles las herramientas necesarias al paciente para que aprendan a gestionar emocionalmente esta situación, apoyarles y realizar una buena terapia con ellos porque el acné puede volver a aparecer y sin un correcto abordaje ese paciente puede volver a encerrarse en sí mismo”, concluye la enfermera de Dermatología.