¿Por qué nos da hipo y cómo podemos quitarlo?
El hipo es uno de esos fenómenos corporales tan comunes como misteriosos
El hipo es una contracción involuntaria y repetitiva del diafragma, el músculo que se encuentra entre el pecho y el abdomen y que cumple una función esencial en la respiración. Cada vez que este músculo se contrae bruscamente, se produce una entrada repentina de aire que hace que se cierre la glotis (una parte de la laringe), generando el sonido tan característico.
A todos nos ha pasado, estamos comiendo, hablando o incluso descansando, y de pronto aparece ese característico “hip” involuntario que se repite una y otra vez, a veces por minutos, otras veces por horas. Aunque normalmente no es peligroso, el hipo puede ser molesto y hasta desconcertante.
Este proceso ocurre de forma automática, algo fuera de nuestro control, y suele durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos. En la mayoría de los casos, el hipo desaparece solo sin necesidad de intervención.
¿Por qué nos da hipo?
Existen varias razones por las que se puede desencadenar el hipo. Por lo general, están relacionadas con una irritación o estimulación del nervio frénico (que controla el diafragma) o del nervio vago (involucrado en diversas funciones digestivas y respiratorias). Algunas de las causas más comunes incluyen:
- Comer o beber demasiado rápido. Esto puede provocar una distensión del estómago y estimular el diafragma.
- Cambios bruscos de temperatura. Beber algo muy frío o muy caliente repentinamente puede irritar el sistema nervioso.
- Consumir bebidas carbonatadas. El gas de estas bebidas puede distender el estómago y provocarlo.
- Reírse o hablar mientras se come. Tragar aire sin darnos cuenta también puede generar hipo.
- Estrés o excitación emocional. Aunque es menos común, el hipo también puede aparecer por razones psicológicas.
En casos raros, el hipo puede estar asociado a problemas médicos más serios, como trastornos del sistema nervioso, enfermedades gastrointestinales o metabólicas, o incluso efectos secundarios de algunos medicamentos. Sin embargo, estos casos suelen estar relacionados con episodios de hipo que duran más de 48 horas, algo poco frecuente.
¿Cuánto puede durar? ¿Hay que preocuparse?
El hipo se clasifica según su duración:
- Hipo agudo. Es el más común y dura menos de 48 horas. Generalmente no requiere tratamiento médico.
- Hipo persistente. Dura más de 48 horas pero menos de un mes.
- Hipo intratable. Persiste por más de un mes. Este tipo de hipo puede interferir significativamente con la calidad de vida y requiere atención médica especializada.
Casos extremos de hipo persistente han sido documentados en la literatura médica, siendo el más famoso el de Charles Osborne, un estadounidense que tuvo hipo durante 68años consecutivos, desde 1922 hasta 1990.
Aunque el hipo es inofensivo en la mayoría de los casos, hay situaciones en las que conviene consultar a un médico como por ejemplo:
- Si el hipo dura más de 48 horas.
- Si interfiere con el sueño, la alimentación o la respiración.
- Si viene acompañado de otros síntomas como dolor en el pecho, vómitos, fiebre o debilidad muscular.
En estos casos, el hipo podría estar señalando una afección más profunda, y será necesario un diagnóstico para determinar su origen.
Seis acciones para quitar el hipo
Afortunadamente, existen muchas estrategias caseras que pueden ayudar a detener el hipo. Aunque no todas tienen respaldo científico sólido, muchas personas afirman que les funcionan. Aquí algunas de las más populares:
1. Contener la respiración
Inhalar profundamente y mantener el aire en los pulmones por unos 10 a 20 segundos puede ayudar a detener el espasmo del diafragma.
2. Beber agua fría
Tomar pequeños sorbos de agua fría o incluso un vaso entero sin parar puede interrumpir el ciclo del hipo.
3. Asustarse o sorprenderse
El famoso consejo de “asustar” a alguien con hipo se basa en la idea de alterar bruscamente el patrón de respiración o el sistema nervioso. Aunque no hay evidencia científica, a veces puede funcionar.
4. Estimular el paladar blando
Por ejemplo: chupar un limón, una cucharadita de vinagre o incluso azúcar puede activar los nervios implicados en el reflejo del hipo.
5. Respirar en una bolsa de papel
Esto aumenta el nivel de dióxido de carbono en la sangre, lo que puede relajar el diafragma. Pero cuidado, no debe hacerse por más de 30 segundos seguidos, y nunca debe usarse una bolsa de plástico.
6. Presionar el diafragma o los ojos
Aplicar presión suave sobre el abdomen o cerrar los ojos y presionarlos ligeramente puede interrumpir el reflejo del hipo.
El hipo es una contracción involuntaria del diafragma que todos hemos experimentado en algún momento. Así que la próxima vez que tengas hipo, respira profundo, bebe un poco de agua… y a esperar.

