Fundación NED
La Fundación NED, fundada en 2008, tiene como objetivo fomentar la cooperación de colectivos sanitarios e investigadores
La Fundación NED (acrónimo de Neurocirugía, Educación y Desarrollo) es una entidad española sin ánimo de lucro creada en 2008 para impulsar la neurocirugía global desde la cooperación sanitaria, la formación y la investigación aplicada. Su propósito se concreta en un marco de actuación que combina proyectos asistenciales en contextos de bajos recursos, programas de capacitación clínica y alianzas académicas que permitan fijar capacidades locales de manera sostenible. La organización, presidida por el neurocirujano José Vicente Piquer Belloch, opera con base en España y despliega su actividad principal en África Oriental, con especial arraigo en Zanzíbar (Tanzania).
La historia reciente de NED se entiende a partir de un hito estructural: la construcción, en 2014, del Mnazi Mmoja NED Institute dentro del Hospital Mnazi Mmoja de Zanzíbar, concebido como primer centro de atención y formación neuroquirúrgica de la isla. Ese instituto nació para resolver un vacío evidente y para anclar, junto al hospital público, una respuesta clínica y docente continuada. La inauguración, en noviembre de 2014, reunió a equipos internacionales y locales y marcó el inicio de una práctica regular con quirófanos, cuidados intensivos y hospitalización adaptados a patología neurológica.
Sobre esa base física se ha construido la función esencial de la fundación: proveer asistencia especializada, formar a profesionales y promover protocolos de trabajo acordes con estándares internacionales pero ajustados a la realidad de recursos del entorno. NED lo articula mediante misiones periódicas de equipos mixtos, rotaciones clínicas, talleres y supervisión a pie de sala; no se trata de hacer cirugías de forma episódica, sino de fortalecer un servicio local capaz de diagnosticar, intervenir y cuidar con autonomía creciente. La literatura académica ha descrito este enfoque como un modelo de neurocirugía humanitaria con énfasis en transferencia de conocimiento y construcción institucional.
Alcance y gobierno
El alcance geográfico y operativo es nítido. En Zanzíbar, el Hospital Mnazi Mmoja es el principal centro de referencia del archipiélago y depende del Ministerio de Sanidad local; el Instituto NED funciona en su recinto como unidad de atención y escuela práctica. Desde 2014 se han consolidado circuitos asistenciales y bases de datos clínicas que permiten evaluar resultados y orientar la docencia, al tiempo que se han movilizado apoyos privados y alianzas con empresas para modernizar equipamiento crítico. La colaboración con la hotelera RIU, por ejemplo, facilitó mejoras de infraestructura y dotación del instituto, reforzando su capacidad para casos complejos.
El gobierno de la entidad responde al patrón fundacional clásico en España. La dirección estratégica recae en un Patronato, con José Vicente Piquer Belloch como presidente, acompañado por Javier Landa Peredo como secretario y Salvador Roca Marquina como tesorero, entre otros vocales. La gestión ejecutiva la lidera el director, José Piquer Martínez, apoyado por un pequeño equipo técnico y coordinadores de área (cuidados intensivos, administración, etc.), lo que confiere agilidad y cercanía operativa a los proyectos internacionales. Se trata de una estructura liviana, orientada a misión, que concentra la toma de decisiones en órganos no remunerados y despliega la ejecución a través de profesionales y voluntariado especializado.
Objetivos, campañas y proyectos de Fundación NED
Los objetivos se formulan con una lógica de resultados verificables: consolidar un servicio de neurocirugía funcional en Zanzíbar; ampliar el acceso a procedimientos de alta prevalencia (como el tratamiento de la hidrocefalia infantil); y establecer itinerarios formativos capaces de retener talento sanitario en el sistema público local. A ello suma la producción de conocimiento aplicada a entornos de escasos recursos y la incidencia en la agenda de la cirugía global, coherente con la hoja de ruta internacional que sitúa la cirugía como componente indispensable de la cobertura sanitaria universal. La Cátedra VIU-NED de Neurociencia Global y Cambio Social, codirigida con la Universidad Internacional de Valencia, materializa esta ambición a través de informes, estancias y ayudas competitivas a la investigación.
En términos de actividades, destacan varias líneas complementarias. Por un lado, las misiones clínicas y docentes sostenidas en el Instituto NED han permitido atender patología neurológica compleja y, sobre todo, entrenar a equipos locales en técnicas y cuidados perioperatorios, con un número de despliegues que supera varias decenas desde su inicio. Por otro, la fundación impulsa acciones de sensibilización y captación de recursos en España, vinculadas a premios y reconocimientos que han contribuido a visibilizar la brecha de atención neuroquirúrgica en países de ingresos bajos. El acceso a distinciones del sector sanitario español ha sido, además, un canal para legitimar públicamente un trabajo normalmente alejado de los focos.
A esa combinación de asistencia y docencia se suman proyectos de mejora institucional del propio hospital: elaboración de protocolos, soporte a unidades críticas, mantenimiento de equipamiento y acompañamiento a la gestión, coherentes con los planes de recursos humanos del gobierno de Zanzíbar para reforzar su hospital de referencia. Son acciones silenciosas, administrativas y clínicas, que aseguran que cada avance técnico tenga continuidad y no dependa de visitas puntuales.
Una entidad pionera
La fundación mantiene, además, una comunicación cercana con su base social, con informes y memorias que documentan hitos como la inauguración del instituto o la evolución de su cartera de servicios; esa práctica de rendición de cuentas, apoyada por perfiles públicos del equipo y por la evaluación externa de entidades especializadas, forma parte del esfuerzo por sostener la confianza de donantes y aliados. En el ecosistema español de ONG, la ficha técnica de Fundación Lealtad aporta información sobre gobierno y control, y confirma el papel del Patronato y la dirección ejecutiva como vértices de la estructura.
En conjunto, NED ha logrado traducir una iniciativa personal en una institución con impacto sostenido: creó infraestructura allí donde no existía, la dotó de un sentido docente y la conectó con redes científicas y sociales en España. La fórmula funciona porque evita el voluntarismo intermitente y apuesta por la transferencia de competencias en un marco público, sin perder de vista la investigación y la innovación organizativa que demanda la neurocirugía en contextos frágiles. Si su primera década consolidó un centro y un método, la siguiente se medirá por la capacidad de ese método para multiplicarse y adaptarse en otros lugares que, como Zanzíbar en 2014, aún esperan el primer servicio de neurocirugía estable.

