Medicina

El consumo diario de alcohol provoca daño hepático en personas con obesidad o diabetes

La combinación de alcohol y obesidad se convierte en una amenaza tan importante para la salud hepática, que los expertos hablan de una nueva enfermedad, a la que han denominado MetALD (Enfermedad Metabólica-Alcohólica)

El alcohol y la obesidad se ayudan mutuamente para causar enfermedad en el hígado. Y un estudio multicéntrico e internacional, con cerca de 11.000 pacientes de España y Estados Unidos, acaba de demostrar hasta qué punto. La investigación se ha presentado en el 49 Congreso de la Asociación Española para el Estudio del Hígado, que reúne en Madrid a más de 900 especialistas, y evidencia que las personas con síndrome metabólico y obesidad tienen mayor riesgo de sufrir una
enfermedad hepática cuando consumen diariamente cualquier cantidad de alcohol, incluso si es moderada o baja. Dicho de otra forma, todo consumo diario de alcohol, aunque sea una sola copa vino, se asocia de forma independiente con daño hepático en este tipo de pacientes.

Ya era conocido que tanto la disfunción metabólica como el consumo de alcohol causan enfermedad hepática esteatótica (acúmulo de grasa en el hígado). Por lo que el objetivo de este estudio ha sido evaluar de manera específica el impacto de diferentes niveles de consumo de alcohol en la prevalencia de fibrosis significativa en pacientes con hígado graso asociado a obesidad. Para ello, se cruzaron los resultados de dos cohortes, una de derivación, en España, y otra de validación, en Estados Unidos. La conclusión es clara: el consumo de alcohol, incluso de bajo a moderado, está asociado con el aumento de fibrosis o daño hepático en pacientes con acumulación de grasa en su hígado asociada a obesidad.

Estrecha relación con la obesidad

La cohorte de derivación incluyó a 6.738 adultos en España, de los cuales el 33% tenía disfunción metabólica. Entre ellos, el 9% reportaron consumo bajo y el 14% moderado. La prevalencia de fibrosis significativa fue del 14% tanto en los pacientes con consumo bajo como moderado. El consumo se asoció de forma independiente con una fibrosis significativa. Asimismo, se observó interacción entre el número de bebidas/semana y las principales comorbilidades metabólicas (obesidad, diabetes, dislipemia), con efecto perjudicial en cualquier nivel de consumo diario de alcohol.

Por su parte, la cohorte de validación incluyó 4,218 participantes de Estados Unidos, 40% con difusión metabólica y 13% con fibrosis significativa. El 39% reportó consumo bajo y el 31% moderado. Esta cohorte validó el aumento sustancial de fibrosis significativa en pacientes con 2/3 de comorbilidades metabólicas importantes y consumo de alcohol bajo o moderado. Tras cruzar ambas cohortes, la conclusión de los autores ha sido que «el consumo de alcohol de bajo a moderado se observa comúnmente en personas con síndrome metabólico y aumenta el riesgo de enfermedad avanzada».

La combinación de alcohol y obesidad se viene convirtiendo en una amenaza tan importante para la salud hepática que los expertos hablan de una nueva enfermedad, a la que han denominado MetALD (Enfermedad Metabólica-Alcohólica). Preocupa su impacto en la salud del hígado de toda la población y particularmente entre los jóvenes, donde se asocia a estilos de vida muy perjudiciales y sin embargo cada vez más normalizados. De ahí que los hepatólogos consideren al alcohol y la obesidad, tanto juntos como por separado, como «el gran enemigo a batir» para la salud hepática de los españoles y particularmente de los jóvenes.

Estudio sobre consumo de alcohol en pacientes con diabetes

A lo largo de tres días, el 49 Congreso de la AEEH va a acoger el debate de los profesionales sobre cómo afrontar los retos que plantea la progresión de las enfermedades hepáticas y su vinculación cada vez más acusada con el consumo de alcohol. Sobre esta relación, el encuentro acogerá la presentación de un segundo estudio que ha analizado el impacto del consumo de alcohol sobre el incremento del riesgo de fibrosis hepática en pacientes con diabetes tipo 2 (DM2).

Dicho estudio, presentado en el marco del Encuentro de Enfermería que acoge el Congreso de la AEEH, se ha realizado sobre 430 pacientes con DM2 atendidos en Atención Primaria en Barcelona. El valor de esta investigación es el de haber estudiado la conexión entre diabetes mellitus y consumo de alcohol en su impacto sobre el hígado. Por un lado, la DM2 se asocia con frecuencia a hígado graso y representa un factor de riesgo de fibrosis hepática. Por el otro, también se sabe que el consumo de alcohol es frecuente en la población general y representa también un factor de riesgo de fibrosis hepática.

Gran variedad de problemáticas

Sin embargo, apenas se ha estudiado con qué frecuencia estas dos situaciones se presentan en combinación en pacientes atendidos en Atención Primaria y el impacto que esto puede tener sobre el hígado. El conocimiento de esta interrelación es importante para favorecer la labor de prevención y educación sanitaria en estos pacientes.

Este estudio aporta un avance al respecto, evidenciando que el consumo de alcohol incrementa el riesgo de fibrosis hepática en personas con diabetes tipo 2, pues los pacientes con un consumo de alcohol de riesgo en este estudio tuvieron una prevalencia de fibrosis avanzada superior a la de los pacientes sin consumo de alcohol de riesgo. En concreto, en la cohorte de 430 pacientes analizada, uno de cada 7 pacientes con DM2 y consumo de alcohol de riesgo presentaba fibrosis hepática avanzada. Por ello, los autores concluyen que los protocolos de actuación enfermera a pacientes diabéticos en Atención Primaria deberían incluir no sólo la evaluación del riesgo de enfermedad hepática sino aspectos de educación sanitaria destinados a la prevención del consumo de alcohol en estos pacientes.

49º Congreso de la AEEH

El 49 Congreso anual de la Asociación Española del Estudio del Hígado se celebra en Madrid del 14 al 16 de febrero (Hotel Meliá Castilla) , y en él está prevista la presencia de más de 900 especialistas para debatir sobre el preocupante crecimiento de las patologías del hígado, y su impacto a edades cada vez más tempranas, incluso entre jóvenes y adolescentes.

La celebración de este encuentro científico coincide además con dos hitos importantes. Por un lado, el anuncio por parte del Ministerio de Sanidad de un anteproyecto para prevenir y combatir en los menores el consumo de alcohol, que se ha convertido en el enemigo público a batir para la salud del hígado y está ya detrás de más de la mitad de los cánceres hepáticos.

Por otro lado, el décimo aniversario de la aprobación por la Agencia Europea del Medicamento del primer antiviral de acción directa (ADD) que lograba curar la hepatitis C. Un hito que permitió un giro de 180 grados en la historia de esta enfermedad infecciosa y que hoy coloca a nuestro país ante la oportunidad de conseguir un gran logro de Salud Pública: su eliminación en poco más de tres décadas después del descubrimiento del virus, para lo cual será necesario realizar un último esfuerzo de cribado, particularmente entre colectivos vulnerables.

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