¿Qué es la artrosis y cómo aliviar sus síntomas?
La artrosis es una de las enfermedades articulares más comunes y, a pesar de su prevalencia, muchas personas no comprenden completamente en qué consiste esta afección ni cómo puede afectar la calidad de vida
La artrosis, también conocida como osteoartritis, es una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones del cuerpo. En condiciones normales, las articulaciones están protegidas por cartílago, un tejido elástico y resbaladizo que permite que los huesos se deslicen sin fricción. Sin embargo, en la artrosis, este cartílago se desgasta con el tiempo, lo que provoca que los huesos rocen entre sí. Esto genera dolor, inflamación, rigidez y, en casos graves, pérdida de movimiento en la articulación.
Es importante destacar que la artrosis no solo afecta a las personas mayores, aunque es más común en este grupo debido al desgaste natural de las articulaciones con la edad. También puede desarrollarse en personas jóvenes debido a factores genéticos, lesiones articulares previas o enfermedades metabólicas.
La artrosis no tiene una causa única, sino que se desarrolla como resultado de una combinación de factores que influyen en el desgaste progresivo de las articulaciones. Uno de los principales elementos asociados es el envejecimiento, ya que con el paso del tiempo el cartílago que recubre las articulaciones se deteriora de manera natural, lo que incrementa la probabilidad de que aparezca esta enfermedad.
Además, las lesiones articulares previas, como fracturas, esguinces o cualquier tipo de traumatismo, pueden afectar negativamente la estructura articular y acelerar el proceso degenerativo. Otro factor relevante es la obesidad, ya que el exceso de peso corporal ejerce una presión adicional sobre las articulaciones, especialmente en zonas como las rodillas, las caderas y la columna vertebral, lo que favorece el desgaste.
Asimismo, si existe un historial familiar de artrosis, es más probable que una persona desarrolle esta condición. Por último, las actividades físicas o laborales que implican movimientos repetitivos o sobrecarga constante de las articulaciones también aumentan el riesgo de padecer artrosis.
Síntomas más comunes
Los síntomas de la artrosis pueden variar dependiendo de la gravedad de la enfermedad y de las articulaciones afectadas, pero los más comunes son:
- Dolor articular. Suele aparecer de manera gradual y se intensifica con la actividad física o el movimiento. En etapas más avanzadas, el dolor puede ser constante y empeorar por la noche.
- Rigidez. Especialmente después de periodos de inactividad, como al levantarse por la mañana o tras sentarse durante mucho tiempo.
- Inflamación. La articulación puede hincharse debido a la inflamación del tejido.
- Pérdida de movilidad. La flexibilidad de la articulación disminuye, lo que dificulta el movimiento completo de la misma.
- Crujidos o ruidos articulares. Algunas personas experimentan la sensación de “crujir» cuando mueven la articulación afectada.
¿Se pueden aliviar estos síntomas?
Aunque no existe una cura definitiva para la artrosis, existen varias formas de manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
1. Ejercicio regular
El ejercicio es uno de los tratamientos más recomendados para aliviar los síntomas de la artrosis. Mantenerse activo es esencial para fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones y mejorar su movilidad. Ejercicios de bajo impacto, como caminar, nadar, andar en bicicleta o hacer yoga, son ideales, ya que minimizan el estrés sobre las articulaciones.
El fortalecimiento muscular reduce la presión sobre el cartílago y mejora la estabilidad de la articulación. Además, el ejercicio regular ayuda a mantener un peso saludable, lo cual es clave para evitar la sobrecarga en las articulaciones.
2. Control del dolor
Existen varios enfoques para controlar el dolor asociado con la artrosis. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), estos fármacos como el ibuprofeno o el paracetamol pueden aliviar la inflamación y el dolor, aunque deben ser utilizados bajo supervisión médica para evitar efectos secundarios.
También existen terapias tópicas, es decir, cremas y geles antiinflamatorios que se aplican directamente sobre la piel, proporcionando alivio localizado.
Asimismo, están las terapias físicas y ocupacionales en las que los fisioterapeutas pueden enseñar ejercicios específicos y técnicas para mejorar la función de las articulaciones y reducir el dolor.
3. Bajar de peso
El sobrepeso aumenta la carga sobre las articulaciones, especialmente las de las rodillas, caderas y espalda. Mantener un peso saludable es fundamental para reducir el estrés sobre las articulaciones afectadas por la artrosis. Incluso una pérdida sencilla de peso puede tener un impacto significativo en la reducción del dolor y la mejora de la movilidad.
4. Suplementos y dieta antiinflamatoria
Algunos estudios sugieren que ciertos suplementos pueden ayudar a aliviar los síntomas de la artrosis. Los suplementos de glucosamina y condroitina son populares, ya que se cree que pueden ayudar a proteger el cartílago y reducir el dolor. Sin embargo, los resultados son mixtos, por lo que es importante hablar con un médico antes de iniciar cualquier tratamiento.
Una dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, ácidos grasos omega-3 y baja en alimentos procesados, también puede ayudar a reducir la inflamación general en el cuerpo, lo que puede beneficiar a las articulaciones afectadas.
5. Tratamientos médicos y quirúrgicos
En los casos más avanzados de artrosis, cuando los tratamientos conservadores ya no son suficientes, se pueden considerar opciones médicas adicionales, como inyecciones de esteroides, inyecciones de ácido hialurónico e incluso cirugía.
El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son claves para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta afección.

