Vomitar de forma excesiva en el embarazo, ¿es normal?
La doctora Marlena Fejzo ha dado con el origen de los vómitos excesivos en el embarazo, lo que abre la puerta a crear un medicamento para evitar las náuseas
El 80% de las mujeres embarazadas sufren náuseas durante los primeros meses de gestación, es lo normal, pero llega un punto que deja de serlo. Entre el 1% y el 2% de las embarazadas, vomitan hasta 50 veces al día y por ello pierden peso, se deshidratan, y en algunos casos son hospitalizadas. Se trata de una enfermedad incapacitante llamada hiperémesis gravídica. Hasta hace relativamente poco, se desconocía qué era lo que hacía que las mujeres vomitaran durante la gestación, y esta laguna científica se llenó de prejuicios y disparates sobre el por qué vomitaban mucho o poco las mujeres en el embarazo.
Esto le ocurrió a la genetista estadounidense Marlena Fejzo quien, durante su primer embarazo, tenía vómitos bastante persistentes y violentos que la tuvieron postrada en la cama durante semanas, no le dio importancia porque como decían, «era lo normal». En su segundo embarazo, la situación empeoró y Marlena empezó a preocuparse ya que no podía moverse sin vomitar, no comía ni bebía nada. El médico que la trataba en ese momento aseguró que se trataba de un mecanismo para llamar la atención de sus familiares.
Las mujeres, durante el proceso de gestación, engordan aproximadamente cinco kilos en las primeras 15 semanas de gestación, Marlena adelgazó hasta siete kilos, bajando su peso hasta los 41 kilos. Durante ese primer trimestre, la genetista acabó en silla de ruedas porque no tenía fuerza ni para estar de pie, comenzaron a alimentarla mediante sonda intravenosa pero fue demasiado tarde, su bebé falleció. Desde su recuperación, Marlena decidió dedicar su carrera laboral a descubrir la verdadera causa de su enfermedad.
Un acercamiento a la causa de la enfermedad
Esta semana, en la revista Nature se ha publicado el último estudio en el que ha participado, el cual la acerca a entender qué fue lo que le pasó hace más de 20 años y que en la actualidad, le sigue pasando a miles de mujeres.
La respuesta al estudio fue la hormona GDF15. Se trata de una hormona que actúa sobre el tronco del encéfalo, la segrega el embrión en sus primeras etapas de crecimiento. Además, es la responsable de las náuseas y vómitos del embarazo, incluso de su forma más grave, la hiperémesis gravídica.
Al principio, se creía que las mujeres que tenían niveles altos del GDF15 antes del embarazo no podían soportar el aumento extra que conllevaba y que por ello, se desarrollaban los vómitos excesivos. Pero este último análisis sugiere lo contrario.
Según la doctora, “lo que descubrimos es que hay mujeres que generan muy poca hormona o menos de lo normal. Y durante el embarazo, esta sube mucho. Al no estar acostumbradas, estas mujeres son hipersensibles al aumento”.
Esto ha hecho que se abra una puerta a crear un medicamento para evitar las náuseas durante el embarazo, sea agresivo o no. El equipo de investigadores realizó la prueba con ratones, dándoles la hormona en una dosis baja antes de exponerles a una dosis más alta similar a la del embarazo. El resultado fue que una exposición previa les hace más tolerantes.
Esto, además de ayudar a resolver dicho problema, ayuda a concienciar sobre la existencia del problema. Ahora, toca encontrar el modo de tratar y prevenir la enfermedad, pero la genetista Marlena se da por satisfecha tras haber demostrado dos décadas después, que el problema es real.